Economía

El reacomodo del mapa económico

Lo indeseable llegó, más como un destino inevitable
que como algo deseado y buscado. Llegó el “control de
cambios”, que esperemos que dure poco, como lo
anuncian las propias autoridades cuando hablan sobre
él.

Ello fue uno de los efectos del famoso “paro cívico
nacional”, promovido por la oposición al gobierno. Tal
como lo pronostiqué en el mes de diciembre, en el
último artículo antes de que se dañara mi computadora
(y que he tardado en ir reparándola por pedazos, a
causa del mismo paro), el paro lo terminó ganando el
gobierno, pero una victoria relativa, porque más bien
diríamos que perdió menos, o que la oposición se
rindió? antes que el gobierno. Si el resultado hubiera
sido rápido, una especie de “blitzkrieg”, hubiera
ganado la oposición, pero en esta carrera de aliento,
un maratón, la victoria (“pírrica”, porque las
pérdidas del gobierno también fueron altas) le
correspondió? al gobierno, y la oposición y quienes la
respaldan terminó? conducida en una especie de
”auto suicidio económico”, y también político, porque
su desgaste ha sido muy fuerte.

El este de Caracas es una de las zonas más golpeadas,
y ya se está notando en el mercado inmobiliario. Pero
la escasez de gasolina ha causado un golpe económico
bastante fuerte entre los que no querían sumarse al
paro, y que ni siquiera simpatizaban con la oposición.

Así, podemos notar que el paro fue más acentuado en el
centro y el occidente del país, y por razones propias
de su orografía, la zona más golpeada fueron Los
Andes, más Mérida y Trujillo que el Táchira, porque en
este último, por ser fronterizo, podían solucionar las
deficiencias nacionales en el hermano país. La zona
que fue menos afectada fue la de oriente,
especialmente la del estado Sucre, donde hasta muchos
empresarios abiertamente opositores trabajaron con
normalidad. Es más, desde la segunda semana del paro,
la sensación en las calles era de completa normalidad,
salvo momentos puntuales de escasez de combustible,
gas domestico y algunos productos de consumo masivo,
amén del paro bancario parcial común a todo el país.

Los ganadores del paro

No hay dudas de que hasta el más apartado rincón del
país fue afectado negativamente, pero cuando hacemos
un análisis relativo (con el uso de la abstracción
marginalista), hay algunas zonas que, por no haber
resultado tan perjudicadas como otras, podríamos
considerar como “ganadoras”, y podrían vivir una
especie de boom económico y beneficiarse de una
migración interna de personas y capitales.

En todas las actividades económicas hubo empresas
ganadoras (algunas no solamente no perdieron, sino que
ganaron bastante), como las marcas de refrescos
diferentes a las dos líneas predominantes en el
mercado, o las marcas de harina alternativas, los
negocios alternativos, los vendedores de “guarapo de
papelón con limón o de caña”, los vendedores de yuca,
ocumo, y afines, que se beneficiaron ante la escasez
de harina de maíz precocida; se beneficiaron también
los vendedores de leña, los que hacen negocios con la
gasolina en el mercado negro, etc.

Sigamos ascendiendo de lo micro a lo macro. En
algunas ciudades (no en todas, porque el conflicto fue
principalmente caraqueño, especialmente del este de
esa ciudad), también hubo un reacomodo en el mapa
económico. Por ejemplo, en Caracas, ya en la segunda
semana del paro el oeste de la ciudad se normalizó?
(relativamente hablando), mientras que el este parecía
una zona de guerra. Inclusive, podríamos decir que el
este de Caracas parecía un país, y el resto de
Venezuela otro país.

Sigamos, y veamos la situación desde un punto de vista
intraregional. Dentro de un mismo estado, hubo zonas
más o menos afectadas que otras. Por ejemplo, en el
estado Táchira, mientras más cerca de Colombia se
estaba (o en el estado Bolívar, mientras más cerca de
Brasil), menos daño causo el paro. En casi todos,
hubo diferencias en cuanto a los factores políticos
predominantes en uno u otro municipio, resultando unos
más afectados que otros.

También, según el tipo de geografía y de economía
agrícola (pecuaria, pesquera, etc.), hubo diferencias
en cuanto a campo y ciudad. No todas las actividades
agrícolas se pueden desarrollar sin combustible, ni
todas las geografías lo permiten. (Este tema es más
amplio, y podríamos tratarlo en uno o varios
artículos).

Luego vienen las diferencias entre los estados y las
regiones, donde también el factor político fue
importante. La región nororiental fue la menos
afectada debido a que la refinería que la surte nunca
se paró Aquí volvemos a decir que uno de los menos
perjudicados es el estado Sucre, por lo que pudiéramos
decir que fue el “ganador” relativo. Debido a su
pobreza y su geografía, tiene bajo consumo de
combustible, e inclusive, es el que tiene el sector
rural menos mecanizado, así que casi no se vio
afectado por la escasez de combustible, que aquí
tampoco hubo. Muchos de sus productos agrícolas
tuvieron mayor demanda por la escasez de productos
alimenticios industrialmente procesados. No hubo
pérdidas de cosechas. El sector comercial se vio
menos afectado que en otras partes del país. Y a
nivel social, no hubo ningún enfrentamiento entre las
clases sociales (como en Caracas), sino que la disputa
política es del tipo “tradicional”.

De esta forma, podemos decir que ese paro dejó un
reacomodo en el mapa económico venezolano en
diferentes niveles, tanto en el empresarial, como en
el intraurbano, entre las regiones, y hasta entre los
sectores económicos, políticos y sociales. Podríamos
tratar algunos de esos temas en más detalles en
ocasiones posteriores, o según lo puedan solicitar los
lectores.

—————————-

Propuesta: un límite en el presupuesto de divisas

Uno de los efectos del paro fue el actual control de
cambios, que esperemos dure poco. Pero recordemos que
el objetivo fundamental debe ser la economía nacional,
y que nunca debemos dejar de pensar en el largo plazo,
aunque estemos inmersos en las urgencias del corto
plazo. Hace unos meses propuse que se ejecutara un
plan de ahorros de las divisas, es decir, que se lleve
a cabo una política de acumulación de reservas
internacionales, porque nuestra estructura económica
peculiar lo permite, inclusive, muy aceleradamente.

Dadas las actuales circunstancias, es decir, el
control de cambios, la reducción en las entradas de
divisas producto de la baja en las exportaciones
petroleras, la deuda externa, algunas emergencias por
resolver, etc., y para evitar que se repitan nefastas
experiencias con anteriores controles de cambios,
cuando las reservas internacionales se evaporaban
aceleradamente, creo que puedo proponer que se
instaure un régimen de un presupuesto limitado máximo
para entregar divisas, y dejar el resto a otros
factores del mercado. Inclusive, parte de esta
propuesta se puede mantener hasta después que se
flexibilice o se elimine el control de cambios.

Sin tener cifras exactas o buenas aproximaciones a la
mano, creo que lo máximo que se debe gastar en dólares
al año por concepto de importaciones, servicios, y
pago de deuda al año debería rondar los US$ 12
millardos. Aproximadamente US$ 5 millardos se
destinarán al pago de la deuda externa, por lo que van
quedando US$ 7 millardos. De ellos, se deberla
destinar a las importaciones ordinarias del sector
privado aproximadamente US$ 3,6 millardos (US$ 300
millones mensuales), y el restante quedarla para las
importaciones especiales y de emergencia (como
actualmente, las de gasolina y algunos alimentos), y
también para las importaciones de la industria
petrolera (y afines) y de las empresas mineras y
metalúrgicas de Guayana.

Es decir, la CADIVI deberla limitar la entrega de
divisas a US$ 300 millones mensuales, aunque se
demanden US$ 1000. As? se estarían protegiendo las
reservas internacionales, y garantizando el futuro
económico de Venezuela, la principal razón de ser de
un control de cambios.

(*)S.Saba: Economista, M.Sc.
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