Economía

Fedenaga desaprueba entrega de ganado a las gobernaciones y alcaldías

«No vamos a financiar con nuestro esfuerzo y sudor ninguna gobernación o alcaldía», advirtió el presidente de Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), Armando Chacín.

Al respecto, dijo que «si quieren ganado, que lo críen y engorden en lo que expropiaron, es lo justo». «Nos oponemos a los decretos ilegales, lucharemos por que se eliminen. Si fracasamos acabaran la única proteína en Venezuela», argumentó el gremialista.

A su juicio, el gobierno de Nicolás Maduro acaba de consolidar uno de los daños más dramáticos que un gobernante pueda hacerle a sus conciudadanos: quitarle la comida, especialmente las proteínas cárnicas.

Las últimas decisiones del régimen han desmantelado la compleja, plural y diversificada cadena de producción y consumo de carne que teníamos. Insistiendo en controlar toda la cadena que va desde el sacrificio del ganado al hasta el precio a nivel del consumidor final.

Maduro ha autorizado poner la comercialización de la carne en manos de dos actores innecesarios, más bien perjudiciales: los gobernadores de estado y los militares. Los primeros, especialmente en los Estados Guárico, Cojedes, Portuguesa, Zulia, Apure y Barinas, han hecho de sus respectivas entidades un “coto particular”.

Lo que se produce en sus respectivos Estados, allí se queda. Para ellos el resto de Venezuela no existe. Al otro lado están acompañándolos los militares responsables de custodiar alcabalas, peajes, entradas de mataderos. Hay oficiales que con total transparencia han fijado tarifas fijas para cada gandola, en algunos casos hasta por 500 dólares cada una.

Todo esto hace que desde el punto de vista sanitario los pasos de intermediación como son mataderos, transporte, unidades de frío y centros de distribución estén fuera de norma internacional, con graves consecuencias para la salud de los consumidores.

Y desde el punto de vista de abastecimiento, lo que ahora ocurre se transforma -de manera paradójica- en un verdadero estímulo para que las gandolas prefieran viajar hacia Colombia, en vez de trasladarse al centro y el oriente del país.

Para entender esto a nivel del venezolano de a pie basta que usted pregunte a su vecino, a sus abuelos o hijos, por la disponibilidad de adquirir carne en los lugares acostumbrados. Simplemente la frase de respuesta es siempre la misma: ¡No hay!. ¿El precio? Ni que decirlo. De un promedio de BsS. 120 el kilo en agosto al cierre de esta semana, apenas dos meses después, está desde 455 hasta 590 BS un kilo de carne. Casi el 500% en sesenta días.¿Un éxito rojo rojito?

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