Economía

Felicidad interna bruta

Siempre hago un esfuerzo por no dedicarme solo a temas de orden económico; pues comprendo que el excesivo tecnicismo molesta y a veces aburre. En esta ocasión debo tocar el PIB para explicarme mejor y poder contrastar las visiones que se tienen sobre el bienestar social. Para todo ello he tomado algunos datos de un artículo escrito por Leonardo Boff, Doctor en Teología por la Universidad de Munich. Él nos plantea un ejemplo envidiable y extraño para nosotros, nos habla de un paraíso donde el tiempo se detuvo, nos habla de Bután, un pequeñísimo reino hereditario en las faldas del Himalaya, entre China, la India y el Tibet. Sólo tiene dos millones de habitantes, y su ciudad mayor es la capital, Timfú, con cerca de cincuenta mil habitantes. Gobernado por un rey y por un monje que tiene casi la autoridad real, es considerado uno de los países menos desarrollados del mundo. A pesar de su poca evolución, Bután nos sorprende y alecciona con algo hermoso que tuvimos en el lejano pasado de Venezuela y que en alguna parte del camino perdimos, tal vez para siempre.

Recordemos que el Producto Interno Bruto (PIB) es el valor monetario total de la producción corriente de bienes y servicios de un país durante un período (un trimestre o un año). El PIB es, sin duda, la macro magnitud económica más importante para la estimación de la capacidad productiva de una economía, mide la capacidad de crear riqueza. El PIB per cápita es una magnitud que trata de medir la riqueza material disponible por habitante. Se calcula dividiendo el PIB total dividido entre el número de habitantes. Ahora la gran pregunta será ¿mientras más dinero tengo seré más feliz?
Tal vez la respuesta nos la de Bután, ya que posee algo único en el mundo y que todos los países deberían imitar: el “índice de felicidad interna bruta”. Para el rey y el monje gobernantes, lo que cuenta en primer lugar no es el PIB, Producto Interno Bruto, medido a base de todas las riquezas materiales y servicios que un país ostenta, sino la Felicidad Interna Bruta, resultado de las políticas públicas, del buen gobierno, de la equitativa distribución de la renta que resulta de los excedentes de la agricultura de subsistencia, de la ganadería, de la extracción vegetal, de la venta de energía a India, de la ausencia de corrupción, de la garantía general de educación y salud de calidad, con carreteras transitables en los valles fértiles y en las altas montañas, pero especialmente como fruto de las relaciones sociales de cooperación y de paz entre todos.

En Venezuela tenemos una Tasa de Crecimiento Real: 10,3%, PIB: US$ 186.3 miles de millones, un PIB per capita: US$ 7.200, Índice de Desarrollo Humano 0.8740, Reservas internacionales US$ 32.362 millones. Con toda esta riqueza que me dirías sobre tu felicidad, eres más feliz que antes, te sientes más complacido al ver esta riqueza. Tú me dirás si estos inmensos recursos te quitan el miedo al hampa, al hambre y a los malos servicios públicos. ¿Cual será nuestro Índice de Felicidad Interna Bruta? Será que nos mudamos al pobre país de Bután.

Economista.

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