Economía

Fin de año

Con la Constitución enfrentemos el giro hacia el comunismo

CEDICE Libertad se suma a las voces que expresan su enorme preocupación por el giro totalitario, de corte comunista, que el gobierno del presidente Hugo Chávez ha dado desde el pasado 26 de septiembre, cuando perdió la mayoría de los votos populares.

         El Gobierno toma como excusa las recientes lluvias que afectaron a una parte del territorio nacional para atacar a los productores agropecuarios. Utiliza a los diputados de una Asamblea Nacional que concluirá su mandato el 4 de enero –la mayor parte de los cuales fueron electos con menos de 1.000 votos, además de que 70% de ellos no repetirán en la nueva legislatura- para aprobar un conjunto de leyes que socavan la democracia, debilitan la acción del Parlamento y concentran el poder de forma abusiva en el primer mandatario. La Ley Habilitante, por ejemplo, convierte al Presidente en el gran legislador nacional, minimizando el papel de los representantes electos el 26-S y desconociendo la voluntad popular. Si el pueblo hubiese querido que el jefe del Estado gobernase por decreto, ese día le habría concedido la mayoría de los sufragios.

         Una minoría fanatizada y enceguecida por la doctrina marxista y por su afiliación al modelo cubano, intenta imponerle a toda la nación un esquema basado en el atropello a las instituciones democráticas: el Parlamento, la descentralización, la autonomía universitaria, los medios de comunicación, la propiedad privada, la libertad de pensamiento. La destrucción causada por los torrenciales aguaceros y la tragedia que embarga a miles de familias venezolanas, en vez de ser aprovechada para unir a todo el país en torno a un objetivo compartido, ha sido manejada para ahondar aún más la brecha que separa a nuestros compatriotas. Se ha enarbolado de forma irresponsable la tesis de la lucha de clases para alimentar el resentimiento y la confrontación en el período navideño, cuando la mayoría de los pueblos del mundo entran en una etapa de paz y fraternidad. Con este discurso altisonante se agrede y amenaza a dirigentes sindicales,  gremiales y empresariales que han defendido con valentía e inteligencia la autonomía de los sectores que representan.

         El amplio paquete de leyes aprobado de forma atropellada e inconsulta por la Asamblea Nacional, con el único fin de complacer el voraz apetito de poder del Presidente, mina los fundamentos del sistema democrático nacido el 23 de enero de 1958, basado en la pluralidad, la inclusión de la disidencia, la tolerancia, la propiedad privada, la libertad de expresión y el perdón.  Esta arremetida contra el sistema de libertades busca desmoralizar a los venezolanos. Sembrar dudas acerca de la importancia insustituible del voto como instrumento para propiciar los cambios políticos que la mayoría demanda. Atemorizar e introducir el miedo en la fibra más íntima de los ciudadanos con la finalidad de que sientan que ningún esfuerzo vale la pena, que ninguna elección tiene sentido, que ninguna victoria es transcendente. Que el único e imperecedero poder es el del jefe de Estado.

         Frente a este objetivo dictatorial, los amantes de la libertad debemos mantenernos fieles a nuestros principios: creemos en el Estado de Derecho y en la independencia de los poderes, en la democracia y en la unidad en medio de las diferencias; en el sufragio como herramienta para modificar de forma pacífica los sistemas políticos, en la protesta civil y constitucional, tal como lo establece la Carta Magna.

         Además de vulnerar la democracia, el Gobierno anuncia un conjunto de medidas que golpearán a los venezolanos más pobres: informa que continuarán las estatizaciones, las expropiaciones y las confiscaciones. Esta política ha llevado a la ruina a Venezuela. Hoy el país es más pobre  y más dependiente del exterior que hace doce años. Sugiere que aumentará el IVA y que reestablecerá el ITF en momentos en que los precios del petróleo se acercan otra vez a $100 por barril. Sin embargo, el Presidente de la República se niega a suspender inmediatamente las ayudas millonarias a Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, y a paralizar la compra de armas inútiles e innecesarias, que solo representan un costo muy alto para la nación. Prefiere castigar al pueblo antes que dejar de lado su proyecto hegemónico de expansión continental.

         El año 2010 cierra con un balance negativo para el país en tres dimensiones esenciales: la democracia, la libertad y la propiedad privada. Hacemos votos para que 2011 sea el año que comience la recuperación sostenida de esos valores que forman parte vital de la condición humana. El primer paso puede ser la construcción del Frente Nacional de Defensa de la Constitución y la Libertad planteada por diversos sectores de la nación.

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