Economía

Globalización y Educación

1.- Referentes y características

Restringiéndonos a la globalización, si nos preguntamos si ha sido un proceso planificado, la respuesta no puede ser un simple sí o no. Como todo fenómeno histórico, es un proceso complejo, en el que no se puede decir que una única persona o institución haya planeado su desarrollo, entre otras cosas porque confluyen aspectos cuyo origen es muy diverso (nuevas tecnologías, intereses contrapuestos, políticas diversas, multiplicidad de actores…). Pero tampoco cabe afirmar que no haya habido empujes en determinada dirección, acciones y presiones sostenidas, formas determinadas de utilizar aquello que no se ha creado explícitamente.

En este sentido, parece fuera de toda duda que han sido las grandes multinacionales, entremezcladas con los gobiernos de las grandes potencias económicas (con EEUU a la cabeza) y con las instituciones internacionales bajo el control de ambas (de forma directa o indirecta) quienes han trabajado, utilizando sus grandes palancas de poder económico y político, para que la globalización sea como predominantemente ha sido y está siendo. Esto no quiere decir que todo esté previsto por la misma mente, o que no haya contradicciones en el proceso: por ejemplo, la “invención” de Internet se produce al margen de los mecanismos económicos convencionales, pero se desarrolla en el contexto de capitalismo tecnológico y globalizado por las empresas para potenciar la flexibilidad, la desregulación, la internacionalización… y, a la vez, Internet favorece la toma de conciencia mundial y la conexión entre sectores críticos que pone en cuestión la propia globalización neoliberal.

Para muchos autores, las raíces estarían en la respuesta del “sistema” a la crisis de los 70: desregulación de los mercados y flexibilización de los modos de producción, posibles ambos por las posibilidades de la informática. Políticamente, se trata de una “contraofensiva capitalista” a escala mundial: mercado frente a política y recuperación de los márgenes de beneficio respecto a los costes laborales.

La globalización tiene como características: Lo que se globaliza es el Sector industrial, Comercial y Servicios, no el País; Presenta disminución de los costos y el incrementar la participación en el mercado; Aumento de la competencia; Diversificación de nuevos productos y servicios; Mejoramiento continuo de precios; Internacionalización de la producción; Políticas de la desregulación aduanera; y Tecnologías de la comunicación logística y distribución.

El liberalismo clásico, explica los postulados actuales de la globalización a partir del cuestionamiento de las ideas mercantilistas, y rechaza la práctica mercantilista del control del Estado en la actividad económica. Sin embargo, en un inicio la globalización se da más como el resultado lógico del proceso de acumulación de capital.

Una de las teorías postuladas es la de Anthony Giddens, que fue llevada al terreno político por Tony Blair en el Reino Unido y por Romano Prodi en la Unión Europea. El concepto clave de Giddens es que entre más se diluye la tradición y entre más se reconstruye la vida cotidiana en base a la interacción dialéctica entre lo local y lo global, más se ven forzados los individuos a negociar el estilo de vida que eligen frente a una diversidad de opciones. El plan de vida organizado de manera reflexiva se convierte entonces en el elemento central de la estructura de la auto-identidad. Este autor destaca el hecho de que la “reflexividad consiste en utilizar la información para aprender a vivir en el mundo. Ya no vivimos nuestras vidas como fatalidad”, y hace notar que el género, es decir, las relaciones entre mujeres y varones, es el ejemplo principal de cómo la tradición no puede ya justificarse de manera tradicional. El futuro, acaba diciendo, se vislumbra como un mundo en el que tiene lugar un diálogo cosmopolita basado en una globalización descentralizada.

Resulta muy significativo el hecho de que en los tres escenarios posibles que nos presentan estos autores el papel de la cultura refleje los conceptos de autonomía, reflexividad y descentración1. De hecho, puede decirse que las prácticas discursivas sobre las culturas se han reactivado precisamente porque permiten la auto-reflexividad basada en la diversidad. Esta diversidad es clave porque permite a los actores situarse en un contexto global enarbolando emblemas y símbolos.

Los emblemas son locales, ya sea cultural o territorial, pero pueden convertirse en regionales, nacionales o incluso globales.

En algunos países, este debate se ha ubicado en el marco de la “política de la diferencia”. Se enfatiza con ello que existen fronteras irreconciliables entre los distintos grupos culturales en disputa: tal y como afirmaba Karadziç, están “marcadas con sangre”. Resulta contradictorio, o lógico, que sea precisamente en esta época que se hacen este tipo de afirmaciones, cuando las transmisiones televisivas y radiofónicas, los audiovisuales, las redes virtuales, las comunicaciones por cable y por satélite, las migraciones y el turismo atraviesan las fronteras culturales esencialitas, supuestamente sólidas, inamovibles y “marcadas con sangre”.

Como ventajas de la globalización se puede esgrimir: La mundialización ha incrementado el comercio y las inversiones extranjeras directas estimulando una mayor tasa de crecimiento en los países en desarrollo; La globalización fomenta los procesos para alcanzar los mejores niveles de vida; La internacionalización promueve nuevas oportunidades en los distintos campos para la diversidad de la población; Reducción de costos: se reducen cuando se consolidan las funciones de marketing en múltiples países y se eliminan duplicaciones de actividades; Más preferencia a los clientes: esto contribuye a crear reconocimiento global, lo cual aumenta la preferencia de los clientes mediante el refuerzo; Mayor eficacia de los programas : un programa de globalización puede realzar el promedio de eficacia de los programas en todo el mundo; y Mayor eficacia competitiva: mediante la concentración de los recursos en un número menor de programas.

En el marco de las desventajas, algunos teóricos han expresado que: La globalización ha llevado a algunos sectores del planeta al borde de la catástrofe ambiental, en medio de una agitación social sin precedentes, con la economía de la mayoría de los países en escombros, y un aumento de la pobreza, el hambre, la carencia de tierras, la migración y la dislocación social. Hoy día puede afirmarse que el experimento es un fracaso; La globalización está dejando una estela de inestabilidad peligrosa y aumento de la desigualdad radicalmente entre las naciones; A causa del incremento del intercambio comercial la globalización provoca un mayor caudal de contaminación industrial y degradación del medio ambiente; y El mayor problema de la globalización es que gran parte del mundo en desarrollo no participa en el proceso.

La globalización ha asumido varias facetas en la sociedad moderna: La estandarización de productos y servicios: significa que éstos tienen poca o nula variación entre los distintos países o regiones donde se distribuyen; Reducción de barreras arancelarias: ha introducido el llamado consumo de productos masivos, permitiendo que muchos países tengan acceso a éstos; Economía de escala: implica hacer los productos más competitivos con una estrategia de bajos costos; La creación de grandes corporaciones e integración de las empresas: permite un mayor control del mercado; La creciente integración de las economías nacionales a los mercados globales, pues de éstos últimos depende el crecimiento y la estabilidad de aquellas; y Configuración de grandes zonas integradas de comercio.

El impacto de la globalización ha presenta varias dimensiones y su nivel de incidencia esta relacionado directamente con la concepción económica, social y política:

1.1.-Económico

El impacto se ha presentado como: La estandarización de productos y servicios: significa que éstos tienen poca o nula variación entre los distintos países o regiones donde se distribuyen; la reducción de barreras arancelarias: ha introducido el llamado consumo de productos masivos, permitiendo que muchos países tengan acceso a éstos; la economía a escala: implica hacer los productos más competitivos con una estrategia de bajos costos; la creación de grandes corporaciones e integración de las empresas: permite un mayor control del mercado; la creciente integración de las economías nacionales a los mercados globales, pues de éstos últimos depende el crecimiento y la estabilidad de aquellas; y la configuración de grandes zonas integradas de comercio.

El paso del comercio internacional al comercio global ha sido uno de los acontecimientos más trascendentales en el ámbito económico en los últimos años, Con el comercio internacional nacieron los mercados internacionales y la interdependencia entre los países, tanto en sus formas de producción como en la asignación de recursos (que y cuanto producir de cada bien), cada país se especializa en aquellas actividades en las que tiene ventajas comparativas. Es este principio el que rige el ámbito económico en el mundo y en función del cual se crean las Teorías de Comercio Internacional, sobre cuyas bases se estructuran las Políticas de Comercio Internacional.

1.2.-Social

Muchos culpan a la globalización de exacerbar la pobreza y la desigualdad en los países en vías de desarrollo. Los críticos apuntan a los millones de personas en América Latina, el Caribe, Asia y África que viven en condiciones de pobreza cada vez peores y lo atribuyen al avance de la globalización cuya dimensión humana haya expresión en la migración internacional.

Los debates que se sostienen sobre este tema pasan por alto que dentro del fenómeno de la globalización, este es un elemento que, al menos a nivel de base, está ayudando a aliviar la pobreza a partir del auge de las denominadas comunidades «transnacionales» que crean los inmigrantes en todo el planeta.

Estas comunidades agrupan a millones de familias e individuos procedentes de naciones pobres que no han renunciado a sus vínculos patrios luego de emigrar. Por el contrario, estas comunidades emplean magistralmente las herramientas que la globalización pone a su disposición para forjar, mantener y extender lazos con sus países de origen, así como desarrollar nuevas oportunidades para el intercambio social, político y económico transnacional.

La prueba más evidente de esto es que el envío de remesas de divisas ha pasado a ser un mercado valorado en miles de millones de dólares que vincula a países ricos y pobres «desde abajo». En la actualidad, tanto los gobiernos nacionales como las instituciones para el desarrollo internacional han dejado a un lado actitudes anteriores y perciben el mercado de las remesas de divisas como una fuente de recursos para el desarrollo de gran potencial aún sin explotar cabalmente.

1.3.-Político

El surgimiento o revitalización de movimientos culturales y étnicos, y su paralelismo con los movimientos doctrinarios, fundamentalistas, religiosos y comunitaristas, pueden verse como una reacción a la globalización. Manuel Castells hace una revisión de varios de estos movimientos en su excelente estudio sobre El Poder de la Identidad. No obstante, quizás lo más importante en este terreno es analizar cuál será la futura evolución de estos movimientos.

Algunos autores (entre ellos Alain Touraine) argumentan que al construirse una identidad los individuos se constituyen en “sujetos” que transformarán a sus sociedades al impulsar nuevos significados colectivos y holísticos. Estos nuevos significados llevarán a la construcción de nuevas formas de gobernabilidad compartida. Ernesto Laclau, por su parte, interpreta este proceso en términos del surgimiento de una “universalización relativa de valores”.

Él expresa que esta universalización y su carácter abierto ciertamente condenarán a toda identidad a una hibridización inevitable, pero la hibridización no quiere decir necesariamente una declinación por la pérdida de la identidad: también puede llevar a empoderar a las identidades existentes al abrirse nuevas posibilidades. Sólo una identidad conservadora, encerrada en sí misma, puede experimentar la hibridación como una pérdida.

Para otros autores, en cambio, la política identitaria tendrá primacía en una sociedad de redes. Manuel Castells piensa que los sujetos, si es que se construyen, ya no estarán integrados en base a sociedades civiles que se están desintegrando sino como una prolongación de resistencias comunitarias. Lo que augura esta visión del futuro son intensas disputas y en el mejor de los casos negociaciones, entre los actores que se movilizarán, desde el pueblo o tribu más pequeña hasta los grandes grupos regionales, en torno a quién va a definir los cánones culturales, la preservación del patrimonio cultural y las políticas culturales.

2.- La Globalización en el contexto educativo

En los últimos años las sociedades han venido evolucionando de manera acelerada y nuestro sistema educativo está colapsado (lo muestran los trabajos de Edgar Morin); sin embargo hay una creciente convicción de que la educación es el elemento clave para enfrentar los nuevos retos y lograr una mejor producción y distribución de los bienes y servicios que la sociedad genera así como algunos conflictos internos como la pobreza, la carencia de productividad, la ausencia de cultura individual, social y muchos otros problemas de organización humana.

Hoy necesitamos de un verdadero proceso educativo, fundamentado en contenidos que aborden las incertidumbres actuales de las sociedades acerca del tipo de cambio que se desea, el futuro social que se quiere y de la forma de participación individual para construir ese cambio. Y por supuesto que enseñe a la utilización adecuada de los aparatos o medios de producción de la informática y el conocimiento como los principales elementos que denominan en el tercer milenio.

En Venezuela hay una idea compartida de que todos los hombres, niños y jóvenes, tienen derecho a la educación. Pero la idea de cómo hacer efectivo este derecho no está muy clara porque, de hecho, se halla muy extendido un concepto superficial de la educación según el cual sus problemas se reducen a simples cuestiones de números.

Los efectos sobre la educación son desastrosos: Los presupuestos educativos bajan, las infraestructuras se deterioran, los salarios de los docentes pierden capacidad adquisitiva, la carrera del magisterio y del profesorado pierden la estima social, las universidades abren sus puertas a los alumnos de peores promedios y que no pueden aspirar a otras carreras que sean de su vocación.

De este modo parecemos atrapados en un círculo vicioso inexorable y la pobreza del sistema educativo se convierte en un factor de iniquidad, teniendo serias consecuencias reciprocas a saber: La iniquidad limita el acceso a la educación y ella, a su vez, aumenta la desigualdad.

La educación como necesidad social ha de responder a las exigencias de la sociedad a la que es útil y debe partir primordialmente de una necesidad. La necesidad de reconocerla como “Valor indispensable” de todos los demás valores. Sin ningún tipo de perfección educativa no se puede concebir aspiraciones morales sólo a través de ella se puede lograr el desarrollo integral de la personalidad, formar a las personas como valores de una sociedad y aspirar a una realidad más humana o simplemente a ser más realista.

Por ello, para nuestro temario de estudio partimos de la educación como “Valores”, como recurso indispensable en la elaboración de proyectos de vida individuales y sociales. Pero no basta con aceptarla por el bien que de ella se obtenga, el objetivo del proceso educativo es transformarla, humanizarla asumirla en los ideales de vida.

La sociedad Venezolana, como otras, tiene el reto de cambiar el modelo rentista por un modelo productivo que llene de sentido la democracia y logre un desarrollo con justicia sin que se hable de incluidos ni exclusivos como hoy se hace. Ante eso, no se trata de que la educación sea el único medio útil para solventar la crisis social, pero sin ella es imposible un avance en el aspecto social, político, económico y cultural. La ideología para el cambio debe partir, necesariamente, de un proyecto educativo.

Ahora bien, proponer un nuevo modelo educativo: ¿Por qué? ¿Para qué? ¡Para quiénes! Para humanos porque el supremo concepto de lo humano no viene dado por las características que nos representan como tal sino por el juicio valorativo que tengamos de la vida, por la justificación de nuestra representación en la acción humana, de lo que se deduce que también lo humano se aprende. ¿Por qué? y ¿Para qué?

Esto plantea grandes desafíos educativos, compromisos unísonos de reflexión; reflexiones profundas por la falta total de orientaciones, de perspectivas de cambio que nos están haciendo esclavos de la urgencia. Juan Delval (1998) nos dice que en la sociedad actual se han producido importantes cambios de valores. Durante mucho tiempo han predominado los valores de sumisión al poder (humano o divino, aunque frecuentemente eran los mismos), la resignación, la esperanza en la otra vida, la fragilidad. Hoy todos esos valores han sido sustituidos por la búsqueda del bienestar privado, el éxito social y el consumo. También las sociedades se han hecho más libres formalmente, más diversas, y se predica la tolerancia.

La proyección del adjetivo Global (en conjunto, un todo), en el sustantivo femenino Globalización, nació, en un primer tiempo, como parte del lenguaje de los contenidos educativos. Por Globalización, en el ámbito educativo, se entiende el tipo de enseñanza que intenta presentar la realidad al niño o niña, de modo que corresponda a su manera global (o sincrética) de conocer.

La enseñanza Globalizada se apoya en la afirmación de la Psicología Evolutiva de que la percepción y la comprensión del niño o niña, así como la correspondiente reacción de comportamiento, se dirigen a totalidades o complejos, y no a elementos fragmentarios. Partiendo de aquí, la didáctica intenta evitar la disociación de las distintas ramas del saber en disciplinas aisladas, y pone el acento en su interrelación, procurando que el niño o niña descubra lentamente y gradualmente, la existencia de distintas materias. (Lexis 22, España, Edita Círculo de Editores, T.10, pág.2.623)

A raíz de la política de “apertura” que implementara Mijail Gorbachov, en la hoy extinta URSS., entiéndase reestructuración económica de los proyectos implementados por el Estado, el mundo cambió radicalmente. Primero porque la acción de Gorbachov despertó sentimientos de independencia en las Repúblicas que conformaban la URSS, y ello dio fruto casi de inmediato. El Partido Comunista de la URSS no se opuso a los levantamientos nacionalistas y permitió, abiertamente, que se materializaran las aspiraciones de algunas Repúblicas, tal situación culminó con hechos simbólicos y significativos (la caída del Muro de Berlín, la Confederación de Estados Independientes, entre otras), que forjaron un cambio de cultura política en todo el globo civilizado y con la integración mundial hacia un interés común: la Unidad.

Surgió la percepción de un mundo unidimensional, enfocado a un interés económico occidental y repartiéndose entre pequeños satélites ideológicos (Cuba, China, Irán, entre otros), que si bien representan importantes centros de consumo, están limitados por la visión política y cultural que les hace dependientes de otros valores sociales y materiales.

Hoy se habla del gigante dormido, China, del hacedor de riquezas, Japón y del conclave de las estrellas, la Comunidad Europea. Hay una nueva era que geopolíticamente se va conformando, bajo premisas posibles de fortalecimiento y superación.

Occidente, liderizado por los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU), cambió la temeridad de la Guerra Fría por un Mundo Global-Interdependiente, en donde la economía se rige bajo un esquema de oferta y demanda, y donde el petróleo va compartiendo un primer lugar con la tecnología de la informática.

George C. Lodge, quien es profesor de Administración de Empresas de la Escuela de Administración de Harvard, es uno de los voceros más calificados acerca de ese nuevo término descriptivo Globalización. Según sus aportes teóricos hemos sintetizado la percepción de Globalización en seis argumentos teóricos concretos: La Globalización es el proceso por medio del cual los habitantes del mundo tienen una mayor interrelación en todas las facetas de la vida: culturales, económicas, políticas, tecnológicas y del entorno; El flujo de información, dinero y bienes de las corporaciones multinacionales, es uno de los más importantes impulsos dados a la globalización; La integración económica marca el inicio de un proceso de integración y de interdependencia, en donde los mecanismos de los tipos de cambio toman supremacía y se establecen como vía idónea para el intercambio comercial dinero-bien; La globalización crea como condición ideal que el nivel de vida de una nación, así como su independencia, depende de la capacidad de competir con éxito en la economía mundial. La globalización obliga a la convergencia con respecto a la mayoría de las prácticas competitivas; El reto que la globalización impone a las personas es el resurgimiento del liderazgo colectivo y la construcción de nuevas instituciones para manejar las tensiones globales; y La globalización exige un nuevo Estado Planificador, en donde éste asuma tareas importantes de coordinación, establecimiento de prioridades y planificación. Necesita ser eficiente y autoritario, capaz de realizar los difíciles y sutiles intercambios entre, por ejemplo, pureza del medio ambiente, abastecimiento de energía, estabilidad económica y crecimiento, derechos de membresía y competencia global

La Globalización es la avalancha de compromisos y negociaciones de la nueva era, fuera de esa idea de integralidad e interdependencia, difícilmente sobreviva una nación los próximos treinta años. Es la onda expansiva de una gran bomba que detonó en el centro de la Europa Comunista y que está dando rumbos renovadores a cada instante. Ello nos remite a las apreciaciones de Benjamín Tripier (18/05/2000): “La globalización está dando una nueva forma al mundo y se apoya en anclas estratégicas tales como Internet, prensa y televisión y tecnologías concentradas versus recursos distribuidos. Y a medida que las fuerzas económicas globales le dan forma al mundo, los gobiernos y las instituciones no gubernamentales deben adaptarse para servir de mecanismo de compensación.

“La globalización la vamos haciendo todos, todos los días. Creo que es un rumbo definido, y tendrá la forma que nosotros queramos darle…

“Global, puede leerse como una ampliación de local y de regional. El manejo equilibrado del conflicto global/local, debe dar como resultado la mayor suma de bienestar al individuo, esto es, debemos balancear los conceptos para tener lo mejor de cada ámbito”.

El proceso de la globalización, en la actualidad y en la economía mundial, juega un papel importante, gestándose en las potencias mundiales y países desarrollados, nuevas condiciones para el comercio y relaciones geopolíticas. La antigua relación de Europa y Estados Unidos, con sus países satélites-dependientes, estaba alcanzando una interacción de mayor intensidad e inmediatez. El poderío aéreo, las telecomunicaciones y la globalización de la economía mundial han incrementado esa tendencia a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.

La forma de ganar dinero en un país, de obtener ingresos y gastarlos o ahorrarlos para obtener riqueza, depende de cómo se gane dinero, se gaste y se ahorre en el resto de los países. Estos vínculos internacionales han existido desde hace mucho tiempo pero, debido al cambio de naturaleza de estos vínculos, a su intensificación y ampliación, la economía mundial actual es muy distinta a la economía internacional anterior.

En el feudalismo un granjero podía sentirse parte íntegra de una economía local muy delimitada y distinta de la del pueblo de al lado, porque casi todo lo que consumía y lo que utilizaba se había fabricado en su pueblo y pagaba la renta a un terrateniente local; era una economía de carácter local, aunque se comerciara con otros pueblos e incluso con otros países; durante el siglo XIX el desarrollo del capitalismo, de los nuevos estados nacionales como Alemania e Italia, y de los nuevos conceptos de identidad nacional, como en Japón durante la etapa Meiji, hicieron que predominara la economía nacional sobre la mundial.

Una de las ideas que más caracterizaban este dominio, era que la situación económica de los ciudadanos de un país quedaba reflejada en las actividades que se desarrollaban en él, y eran las importaciones y exportaciones las que mostraban la fortaleza o debilidad de un país. El predominio de la economía nacional tuvo su máxima vigencia en el periodo transcurrido entre 1945 y mediados de la década de los setenta, debido a los principios del keynesianismo, que impulsaron a los gobiernos a intentar alcanzar objetivos económicos precisos, como la búsqueda del pleno empleo de los recursos mediante medidas de política económica. Pero para alcanzar estos objetivos tenían que tener en cuenta el contexto internacional y el conjunto de instituciones económicas como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que intentaba fortalecer la capacidad de cada país para alcanzar sus propios objetivos económicos. La idea de economía nacional sigue existiendo, pero en la actualidad la economía de cada país (y de cada provincia, región, ciudad o pueblo del país) se enmarca en el contexto de la economía mundial, donde las condiciones económicas existentes en una región afectan a las de otras, predominando la idea de economía global sobre la de economía local.

Cuando se habla de economía mundial no sólo se está hablando de los vínculos internacionales, que han existido desde el nacimiento del comercio, sino que se afirma que la producción, el consumo, la inversión, las finanzas y cualquier otra actividad económica se organizan a escala mundial, por lo que las condiciones mundiales determinan las condiciones locales. Esto implica que las instituciones nacionales tienen mucho menos poder para influir sobre su propia actividad económica.

Por su parte, los gobiernos tienen un escaso margen de maniobra para variar el nivel de empleo o cambiar el saldo de la balanza de pagos por medio de su política fiscal o su política monetaria. Tienen que cooperar con otros gobiernos o, en el caso de los países con economías débiles, ajustarse al entorno económico mundial con las condiciones impuestas por las instituciones internacionales, concretamente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD). Las empresas nacionales han sido sustituidas por grandes multinacionales. Los sistemas bancarios nacionales han quedado subordinados a las empresas financieras internacionales que operan en los distintos mercados de valores del mundo.

La globalización y sus influencias en la producción se ha caracterizado por la inversión en otros países (inversión extranjera directa) realizada por las multinacionales que poseen y gestionan fábricas e instalaciones productivas en varios países. Estas multinacionales (o corporaciones transnacionales) constituyen la empresa-tipo de la actual economía mundial. Como producen a escala internacional, venden productos en todo el mundo, e invierten en muchos países, se puede decir que no tienen país de origen, sino que pertenecen a la economía mundial; el hecho de que su residencia fiscal esté en un país u otro es un mero formalismo.

Las empresas multinacionales propietarias de instalaciones productivas en varios países existen desde hace mucho tiempo. Durante el siglo XIX (y durante la segunda mitad del siglo XX) las inversiones extranjeras directas de las empresas europeas y estadounidenses eran muy numerosas. Sin embargo, la característica distintiva de las multinacionales a partir de la década de 1970 es precisamente la división productiva a escala internacional. En lugar de crear fábricas en otros países, las multinacionales han creado redes de fábricas especializadas en una parte del proceso de producción como subdivisiones o departamentos del proceso organizado a escala mundial. Otro cambio importante es que antes las multinacionales tenían su domicilio fiscal en Estados Unidos o en un país de Europa occidental, y ahora muchas son japonesas o coreanas, y cada vez más aparecen domiciliadas en países poco industrializados.

En las últimas décadas los gobiernos han ido eliminando los controles y restricciones a los movimientos de capital entre países, liberalizando los mercados financieros mundiales. En la década de 1970, cuando todavía existían muchas restricciones a los movimientos de capital, surgió un nuevo mercado internacional, sin ninguna restricción, para depósitos bancarios y bonos en eurodólares (es decir, que eran depósitos —o bonos— en dólares pero no depositados en Estados Unidos), y en otras euro monedas.

La creación de un mercado financiero mundial desde principios de la década de 1970, se ha visto acompañada de una mayor volatilidad de los tipos de cambio, de los tipos de interés y de los precios de los activos financieros. En algunos casos las fluctuaciones financieras en un mercado han contagiado al resto de los mercados, subrayando el carácter internacional de los mismos. Por ejemplo, la caída en la Bolsa de Nueva York, conocida como el lunes negro de octubre de 1987, repercutió en todos los mercados financieros del resto del mundo. En menor medida, la rápida caída de precios en el Mercado de Valores de México a principios de 1995 provocó un descenso en los mercados emergentes del resto de Latinoamérica y de algunos países asiáticos.

Otro reciente tema de interés ha sido el desarrollo sostenible de ciertas actividades económicas. Por ‘desarrollo sostenible’ se entiende el desarrollo económico que gracias a una cuidadosa explotación de los recursos naturales hace frente a las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de generaciones futuras para hacer frente a las suyas. La geografía económica ha mostrado, por ejemplo, los aspectos negativos del desarrollo económico, como la polución, la degradación de los suelos y la desertización, evaluando sus efectos en la sociedad del bienestar y proponiendo recomendaciones para un futuro desarrollo más equilibrado.

Durante los últimos veinte años, la geografía económica, en todas sus modalidades, se ha hecho más crítica, orientando su preocupación por la desigual distribución de la riqueza y el bienestar. Los últimos progresos en esta ciencia, señalados anteriormente, implican un abanico de escalas geográficas, pautas y procesos mucho más complejos y delicados que los anteriores modelos neoclásicos. Se puede advertir un importante cambio en el campo del interés de la geografía económica, que abarca desde la explotación de los recursos hasta el bienestar humano en todas las partes del mundo.

En las postrimerías del siglo XX la globalización de la economía mundial, la movilidad de personas y capital, y la penetración mundial de los medios de comunicación se han combinado con el propósito de limitar la libertad de acción de los estados. Estas tendencias han estimulado un vivo debate sobre si el Estado puede retener algo de esa libertad de acción que se asociaba en otros tiempos a la soberanía.

En el caso de Venezuela, se necesita hoy una verdadera “Revolución Cultural” para transformar los sustentos más arraigados de su identidad contemporánea y de su formación actual como pueblo, sin los cuales no podremos como nación enfrentar un mundo presente y futuro cada vez más difícil, conflictivo y competitivo. La principal estrategia es utilizar adecuadamente el sistema educativo, la preparación politécnica – laboral, bajo criterio humanístico y social sin dejar sustituir al hombre por la máquina de manera totalizada y alienable.

La globalización es una realidad inexorable y es por ello que no debemos cerrarnos a los avances que trae consigo, en contraste, debemos unirnos a esta realidad preparándonos concientemente y con fines positivos.

Venezuela debe asumir la globalización como el gran desafío del presente y del futuro, en un sentido amplio que va más allá de la acción coherente en el campo técnico de la macroeconomía, y toca los aspectos más complejos de la reforma educativa, y la reforma social así como la reforma de las Instituciones Públicas.

Una Revolución cultural que significa : no eliminación total de nuestra forma de vida y cultural autóctonas, sino en el sentido de una modificación en la forma de pensar y de actuar de las personas conservando su pasado cultural, ético aunque no podemos negar que ver la globalización como esa ruptura de esas barreras informativas que en décadas pasadas existían trae consecuencia tanto positivas como negativas es aquí donde se debe plantear la orientación educativa para el buen uso del conocimiento.

La realización de un escenario placentero y competitivo no depende de potencias extranjeras en totalidad, ni de dioses económicos o héroes de libertad específicos, sino que es un reto de todos los venezolanos, en el que el rol cultural, la transformación de la cultura, de lo que piensan los niños y las madres y la gente de la calle, es el único camino hacia el progreso, y de allí el rol básico de la educación. Nunca como antes la educación había tenido que responder al doble reto de preparar a los jóvenes para que se reconozca en las virtudes de una sociedad y para que puedan enfrentar un futuro difícil, cambiante e inmensamente desconocido.

En este contexto de la globalización, la falta de una educación de calidad es una apuesta segura a marginalización como individuos y como sociedad.

¿Qué esta haciendo hoy Venezuela para preparase y poder aprovechar el potencial del conocimiento humano en su desarrollo económico y social? ¿está promoviendo una educación y una cultura para la creatividad, la disciplina y el trabajo? ¿deseamos superar las malas tareas de ineficiencia, poca calidad y mala orientación de su sistema educativo?

Al respecto puede decirse que sí se esta tomando en cuenta sólo que es necesario hacer un esfuerzo mayor con visión futura para nuestro país con el mismo compromiso que los creadores de nuestra democracia contemporánea. Solo así evitaremos condenar a nuestros hijos ante una era de inmensas oportunidades y riegos.

La educación ha de entenderse en los nuevos tiempos como la expresión condensada de identidad nacional y sapiencia, construyendo un “ser social” que reconozca su localidad y pueda extraer de ella los elementos necesarios para crear un punto de vista universal que nos proyecte como sociedad y como educadores.

Está prohibido dejar de pensar. Es necesario construir un marco conceptual que nos identifique como pensadores y que evidencia, parafraseando a Neruda, la confidencia de que hemos vivido.

Antes que nada tenemos que contestarnos: ¿Qué significa educar, en medio de la aguda y dolorosa transformación que esta viviendo nuestra sociedad latinoamericana en esta segunda mitad del siglo XX? Cuando nuestro continente tiene tasa de natalidad más alta del mundo y la mitad de su población total es menor de 19 años de edad y cuando, a la vez se cuentan por millones sus alfabetos adultos, ¿Qué entendemos por educación? Paulo Freire nos contesta diciendo que la educación verdadera es: “Praxis, reflexión y acción del hombre para transformarlo”.

Cuando se refiere a transformarlo es transformar la sociedad la cual nos preguntamos deben ser los educadores, sin embargo, los protagonistas principales de su propia dignificación y del cambio educativo y para ello deben transformar profundamente el rol que desempeña. Ya no se puede percibir como cuidadores de niños y jóvenes mientras sus padres trabajan, sino como educadores sólidamente formados que entiendan que su misión primordial es estimular el aprendizaje y formación de sus alumnos y que el fracaso si la sociedad actualmente percibe a los maestros como problema, ellos deben demostrar con su práctica que más que problema son la solución posible.

Esto va a suponer en los docentes grandes esfuerzos de formación, también de educación y aprendizaje, de tirar por la borda muchas rutinas, privilegios y modos de entender y vivir la docencia, atesorados por años.

Después de indagar nos preguntamos: ¿realmente es la educación quien sacará de este auge en donde esta la sociedad? Particularmente pensamos que la educación si juega el papel más importante dentro de la realidad, ya que es el medio más seguro para el progreso y avance de la sociedad. La educación es lo primordial para que los individuos obtengan el buen desarrollo y sepan desenvolverse dentro de la sociedad.

Hoy esta de moda hablar de calidad en el mundo competitivo en que vivimos, todo se presenta ofreciendo lo mejor. Integra una concepción eficientista de calidad, que genera las mejores ganancias posibles. Sobreviven los que son capaces de convencer al mayor números de compradores de ahí la creciente importancia de la inversión en publicidad de las ventajas competitivas de un determinado producto por ello abundan tanto las ofertas de cursos de calidad y calidad total, especie de panacea para aumentar la eficiencia empresarial, mejorar los niveles de producción y acumular los mayores ingresos posibles.

También en el medio educativo se viene hablando con creciente insistencia de la necesidad de mejorar la calidad, pues hay consenso generalizado de que la educación no responde a las necesidades del país, mucho menos a sus aspiraciones.

La educación en todos los niveles se dice y se repite que esta colapsada, anda por un todo y el país por otro, ha fracasado, es un “fraude” no solo son alarmantes los niveles de deserción y repitencia, sino que los que logran culminar el proceso educativo lo hacen sin la formación que se esperaría de ellos. Dicho de una forma tajante, el sistema educativo no es capaz de retener a la mayoría de los alumnos y cuando lo hacen, lo preparan mal tanto el nivel de la debida instrucción, como en la deformación de su personalidad, todo esto lo expresado muchas veces de forma contundente el Dr. Antonio Luis Cárdenas ex ministro de educación, que aparece recogido en el plan de acción de ministros.

La educación venezolana ha venido en un gigantesco fraude con respecto a las expectativas que el país ha colocado en ellas en cuánto a instrumentos de democratización de progreso y de modernización de la sociedad.

Apenas de un tercio de los alumnos que ingresan a primer grado logran culminar su educación básica, limitándose grandemente a los incluidos del sistema educativo escolar su participación futura en la vida ciudadana y en el campo laboral.

La propuesta de educación de calidad que venimos proponiendo implica la superación definitiva de las actuales escuelas, centradas en el docente y en el programa, alejadas de la vida, del trabajo y de la gente, para empezar a imaginar y construir centro educativos de calidad donde viva y construya una genuina democracia, sean lugares de producción integral, de expresión y celebración de la vida y también espacio para la formación permanente de los docentes.

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