Economía

Índice de libertad económica

(AIPE)- ¿Cómo aumentar el nivel de vida y el bienestar de la gente? Esta quizás sea la pregunta más trascendental que se haya formulado en la historia de la humanidad y las respuestas equivocadas han causado muchas de las peores tragedias humanas: hambrunas, enfermedades, diásporas y hasta conflictos sangrientos.

Heritage Foundation y el Wall Street Journal publicaron el 1° de noviembre el Índice de Libertad Económica 2001, un amplio estudio de la realidad actual en 155 países, donde se miden y se comparan 50 variables distribuidas en los siguientes rubros considerados clave:

· Política comercial
· Impuestos
· Intervención del gobierno en la economía
· Política monetaria
· Flujos de capital e inversión extranjera
· Actividad bancaria y financiera
· Precios y salarios
· Derechos de propiedad
· Regulaciones y
· Mercado negro o economía informal

Según la puntuación total, 74 países son libres o mayormente libres y 81 están mayormente controlados o reprimidos. Pero lo fascinante del estudio es que el crecimiento del ingreso per capita ocurre en los países donde hay más libertad económica, mientras que los ingresos reales de la gente están estancados o inclusive se reducen en aquellas naciones donde está restringida la libertad y la iniciativa individual, a través de infinidad leyes, decretos, controles y regulaciones, además del cumulativo empobrecimiento general que significa la inflación monetaria.

El rubro mercado negro o economía informal es interesante porque refleja la reacción natural de la gente a las imposiciones oficiales. Aquellos países que por proteger a una elite industrial nacional mantienen barreras a las importaciones obligan a la ciudadanía a incumplir esas malas leyes, adquiriendo lo que necesitan en el mercado negro (sean alimentos, ropa o divisas extranjeras). La informalidad es también la respuesta de quienes no tienen los medios para cumplir con las regulaciones ni pueden asumir el costo de obtener las licencias oficiales requeridas para ejercer alguna profesión (vender sus servicios personales) o para comerciar productos.

Los 12 países que gozan de libertad económica (Hong Kong, Singapur, Irlanda, Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, Nueva Zelanda, Suiza, etc.) tuvieron un ingreso per capita promedio de 21.206 dólares en 1998, mientras que el ingreso per capita promedio de los países mayormente controlados y de los reprimidos (Paraguay, Brasil, Ecuador, Nicaragua, China, Venezuela, Haití, Libia, Cuba, etc.) promedian 2.800 dólares.

Robert Bartley, director del Wall Street Journal, escribe en el prólogo del Índice 2001: “La lección general es que la libertad económica es el cimiento de la prosperidad. Como siempre, esto genera conflictos con poderosas elites locales que obtienen beneficios de las restricciones existentes y los privilegios que las mismas protegen”.

Es satisfactorio ver cómo un país pequeñito como El Salvador aparece por primera vez en la categoría de libre. Y Uruguay que sufría de una inflación de 112,5% en 1990 la redujo a 5,6% para 1999. Nicaragua, por su parte, reducía la inflación en el mismo período de 7.485% a 11,2%.

Por el contrario vemos que Venezuela, país que en 1960 tenía un ingreso per capita anual de tres veces el de Hong Kong, en 1998 tiene un ingreso per capita que es menos de una sexta parte ($3.399 versus $21.726). Si visualizamos un cuadro donde en el eje vertical representa el ingreso per capita y el eje horizontal es la libertad económica, las curvas que representan a Venezuela y Hong Kong se cruzan como una gran equis. A mayor intervención gubernamental, menores los ingresos de los ciudadanos venezolanos.

En 1776, Adam Smith, el padre de las ciencias económicas, publicó “La naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”, pero pareciera que la mayoría de los gobernantes y políticos no se han enterado aún y siguen tratando de inventar la rueda. Muchos piensan que el remedio es la redistribución del ingreso, la ayuda extranjera o los préstamos de los organismos multilaterales, la planificación centralizada, aranceles o subsidios para proteger la naciente industria nacional, etc. Aquellos verdaderamente interesados en el bienestar de su pueblo encontrarán en el Índice 2001 tanto el andamiaje institucional básico que hace posible la prosperidad, como las políticas económicas que obtienen verdaderos resultados positivos en Asia, África, Oceanía, Europa y América.

Lo fascinante es que son los mismos principios generales y eso nos explica por qué los cubanos en Miami son exitosos y los de Cuba se mueren de hambre. Asimismo, los chinos de Hong Kong tienen once veces el ingreso de los chinos de tierra firme. Es la misma gente, lo que cambia es la libre iniciativa y la vigencia de un estado de derecho.

* Director de la agencia de prensa AIPE y académico asociado del Cato Institute.

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