Economía

Integración o desintegración

La salida de Venezuela de la CAN obedece a una razón política como también su incorporación al MERCOSUR. Es parte de un plan para fortalecer la capacidad de negociación de Chávez en su confrontación con los Estados Unidos utilizando para ello la chequera petrolera

Al fin Hugo Chávez lo logró: la Comunidad Andina de Naciones (CAN) está herida de muerte. Sin Venezuela la CAN pierde al primer importador y al segundo exportador. Venezuela tiene el ingreso por habitante más alto de la región y representa un mercado muy atractivo para los países de ese bloque comercial.

La CAN

Esta agrupación representa la evolución comercial de lo que fue el llamado Pacto Andino, surgido de la Declaración de Bogotá, suscrita el 16 de agosto de 1966 por los presidentes de Colombia, Chile y Venezuela y los observadores de Ecuador y Perú. Posteriormente, el 26 de mayo de 1967 se firmó el acuerdo de Cartagena por parte de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú al cual se incorporó Venezuela el 13 de febrero de 1973, en la primera presidencia de Rafael Caldera. Bajo Caldera se sumó Venezuela a la integración, con Chávez se inicia el proceso de desintegración.

Chile, en el gobierno de Pinochet, abandona el Pacto Andino el 30 de octubre de 1976, con el argumento de la ineficiencia del acuerdo. Chile buscaba una apertura comercial más rápida, mediante una reducción rápida de los aranceles, que las naciones del pacto estimaban inconveniente en ese momento. Chile volcó su estrategia hacia la economía mundial, lo que le ha permitido diversificar su comercio exterior de manera significativa.

Con las aperturas comerciales iniciadas agresivamente a comienzo de los noventa, el comercio andino tomó un auge considerable, básicamente por los mayores flujos de mercancías entre Venezuela y Colombia, hasta el punto que Colombia es el principal mercado para las exportaciones no petroleras de Venezuela y viceversa.

Entre 2000 y 2005 las exportaciones entre los miembros de la CAN aumentaron 72,7%. Por su parte, para el lapso 2000-2004, las exportaciones al MERCOSUR disminuyeron 0,03%, mientras que las realizadas a los Estados Unidos crecieron 16,4%, como se documenta en el cuadro. Todavía mas, el principal socio comercial de la CAN es los Estados Unidos y las transacciones comerciales con MERCOSUR están estancadas.

Ciertamente el comercio al interior de la CAN se ha expandido pero a un paso insuficiente para las potencialidades de la región. En cuanto a Venezuela, su membresía a la CAN ha sido favorable, toda vez que le permitió en alguna medida diversificar sus mercados para los productos no petroleros. Ese aprovechamiento no ha sido mayor porque a diferencia de Colombia, la oferta exportable de Venezuela no crece y más bien se ha concentrado a partir de 1999 en pocos productos debido al sesgo antiexportador de la política económica. Si Venezuela no fue capaz de penetrar los mercados andinos en virtud de la insuficiencia de productos que ofrece, con menos razón lo podrá hacer en el MERCOSUR, debido a que este bloque es más proteccionista que la CAN y por la complementariedad con la oferta de bienes de Venezuela.

El argumento fundamental de Venezuela para abandonar la CAN fue la firma de los tratados de libre comercio de Colombia y Perú con los Estados Unidos. Esa explicación es muy cuestionable toda vez que en la cumbre de la CAN realizada en Quito en 2004, donde participó Venezuela, se autorizó a negociaciones comerciales con otros países no latinoamericanos, lo cual sirvió de fundamento para la firma de acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Hay un hecho importante que se debe mencionar: Venezuela no cuenta con bienes exportables para incursionar agresivamente en el mercado estadounidense, por ello puede darse el lujo de despreciar ese mercado, pero ese no es el caso de Colombia que cuenta con una base industrial más solida y diversificada que la de Venezuela y que ve al mundo como su mercado y a la economía de los Estados Unidos su destino más importante. De la desindustrialización de Venezuela no es responsable la apertura comercial o la integración sino la política económica aplicada.

El plan de Chávez

Consolidado en el poder, Hugo Chávez está utilizando una especie de política subimperialista en América Latina. Con cargo a los haberes en divisa que proporciona el petróleo, la cruzada de Chávez por la región converge a la incorporación de Venezuela al MERCOSUR y a ganar aliados. Chávez va a incorporar a Venezuela a una alianza comercial cundida por las disputas intestinas entre Argentina y Brasil a la que se ha sumado el cuestionamiento de Uruguay a esa hegemonía y su conflicto permanente con Argentina. Por ello, Uruguay cuyo comercio con los Estados Unidos no deja de crecer, está en la vía de firmar su propio tratado de libre comercio, entre otras cosas porque los productos que exporta esa economía al MERCOSUR son similares a los de Argentina, de manera que enfrenta a un formidable competidor en el área, a diferencia de lo que ocurre en el mercado estadounidense, donde tiene puertas abiertas.

En vista de esas contradicciones, Hugo Chávez, divisas en mano, está jugando por las bandas. Por una parte, instiga a países pequeños del MERCOSUR para que se revelen contra Argentina y Brasil, al punto que Kirchner le dijo a Chávez: «Es un infantilismo sumarse a un planteo de chicos contra grandes, sobre todo cuando Brasil y la Argentina estamos trabajando para superar las asimetrías», tras la reunión de Asunción entre Venezuela, Bolivia, Uruguay y Paraguay.

Por la otra, con la suscripción de un tratado de libre comercio entre Bolivia, Cuba y Venezuela, Chávez aumenta su capacidad negociadora en América Latina al tener dos aliados incondicionales. Esa trilateral es eminentemente política porque desde el punto de vista de Venezuela los mercados de Bolivia y Cuba, en estricto sentido no son tales. En primer lugar debido a que Bolivia tiene un ingreso exiguo y más bien está para que la ayuden y segundo porque Cuba no genera moneda convertible para cancelar sus importaciones y también es una economía que recibe muchas donaciones. En ese pacto, Venezuela es un simple importador de lo que puedan exportar Bolivia y Cuba, que ahora tendrán un mercado asegurado a cambio de la lealtad política.

Así, con la entrada al MERCOSUR y con el Banco del Sur, apoyado en activos financieros inconmensurables, Hugo Chávez se dispone a forzar la conversión de esa agrupación comercial en una entente política para dirimir en mejores condiciones su disputa contra los Estados Unidos. Hay que ser bien angelical para creer que Hugo Chávez está interesado en promover el comercio. La prueba más fehaciente de ello es la decisión adoptada por el gobierno de Venezuela de restringir las importaciones y la revisión, “rubro por rubro, lista por lista de los bienes importados”, siguiendo órdenes de Chávez, tal como afirmó la ejecutora del mandato, la ministra de Industrias Ligeras y Comercio, María Cristina Iglesias. La gran interrogante acerca de este plan es si Argentina y Brasil se dejarán llevar al terreno de la confrontación y si abdicarán de sus propios intereses para plegarse a Hugo Chávez

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La propuesta de Teodoro

Teodoro Petkoff se ha lanzado al ruedo de la contienda electoral con una propuesta importante: sin miedo, la cual tiene absoluta vigencia en un país donde la aplicación de las listas negras, de Tascón y Maisanta, exacerban la segregación política. Teodoro enfrenta a un gobierno muy poderoso que tiene a su disposición para su campaña los recursos del presupuesto nacional, los haberes de Fonden y las reservas internacionales del BCV. Sin embargo, Teodoro ha puesto en la agenda una proposición interesante: “el cestaticket petrolero”. Se trata de utilizar, una vez cubiertos los gastos de PDVSA y la contribución fiscal, una porción de los ingresos petroleros para que los ciudadanos más pobres de Venezuela reciban directamente dinero para el financiamiento de educación, salud y refracción de sus viviendas. Los recursos para financiar el cestaticket petrolero se administrarán de manera independiente del presupuesto público para evitar el desvío de esos fondos. Buena idea, Teodoro.

Los modelos chinos e hindú

China y la India son los países con mayor ritmo de crecimiento económico del mundo. Ambos emprendieron procesos de apertura económica ordenada, guiadas por el Estado. Los dos tienen vocación de liderazgo mundial y basan su crecimiento en el mercado mundial. China se deslastró de la política de Mao y adoptó el paradigma de Denxiaoping, de transformarse en una economía capitalista, mientras que India, liquidó su estatismo, de influencia soviética. Pero existe una diferencia sustantiva entre ambos modelos. En China el cambio fue propiciado desde arriba, por la cúpula del Partido Comunista, una vez que decidió cambiar. En India el cambio viene desde abajo, desde una sociedad que estaba hastiada de la pobreza y del desaprovechamiento de las oportunidades para dar un salto hacia el progreso. Por ello, en India se preserva la libertad política en con junción con la libertad económica, en tanto que en China hay represión a las ideas y existe resistencia a esos cambios y a la forma abrupta y salvaje en que se está realizando.

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