Economía

La dolarización en Ecuador solucionó crisis económica

Hace 15 años el gobierno de Ecuador se vio obligado a adoptar oficialmente el dólar estadounidense como su moneda oficial.

A finales de 1999, la prolongada crisis económica había llevado a la caída del 70% de los bancos. El otro 30% que había sobrevivido, estaba prácticamente en quiebra.

La devaluación sobrepasaba el 300% y, como consecuencia, la inflación de 60% se devoraba el poder adquisitivo del salario de los trabajadores ecuatorianos. Además, mostraba signos de seguir aumentando para el año 2000.

Para divulgar esta experiencia el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice) auspició, este martes 14 de abril, un foro internacional en el cual participaron Dora de Ampuero, quien promovió la dolarización en Ecuador, y el economista Miguel Dávila, gerente general del Banco Central de Ecuador (BCE), quien tuvo la responsabilidad de ejecutarla. Así como también intervinieron los venezolanos José Luis Cordeiro, asesor del proceso de dolarización, y Víctor Maldonado, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas.

El Foro fue planteado en términos de contestar a la pregunta si en Venezuela “había llegado el tiempo de dolarizar”. Eso adelantó la opinión en el encuentro sobre la dolarización como una manera para la “democratización de la moneda” en el país y su posible aplicación dentro de las “opciones” considerando la actual crisis económica.

La propuesta de la sociedad Civil
Dora de Ampuero, quien preside el Instituto Ecuatoriano de Economía Política, recordó que en el período anterior a la dolarización, los ecuatorianos ya calculaban sus consumos en base a la moneda extranjera. En cada esquina había un “cambista”. “Los vendedores de artesanía, una vez vendían en sucres, cambiaban en dólares”, recordó.

Apuntó que informalmente la economía ecuatoriana pensaba y negociaba en dólares. Por lo que se propusieron cómo hacer para que el gobierno actuara, y esa dolarización informal, se transformara en oficial.

Afirmó que para ello no hubo una forma científica de hacerlo. Por lo que se dieron a la tarea de conversar, dialogar, compartir las ideas con la sociedad y con el gobierno ecuatoriano del presidente Jamil Mawad.

“Ir a los conceptos fundamentales de la economía y el mercado. Hay que analizar la historia, para no cometer de nuevo los mismos errores. La gente no quería los sucres”, señaló.

Así fue creciendo la popularidad de una medida, que en otros tiempos, hubiera sido imposible adoptarla. Hasta que el 10 de enero del 2000, el presidente Mawad anunció la dolarización de la economía, al sustituir el sucre –la moneda de curso legal- por el dólar de Estados Unidos.

Dora de Ampuero reconoció que no fue fácil ejecutar la dolarización. No se sabía cuáles eran las medidas, y los expertos no estaban de acuerdo. Hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) se opuso, al objetar que no había suficientes dólares para hacer la conversión.

A pesar que la tasa inicial de cambio fue muy alta, Ampuero mencionó las bondades que trajo la dolarización. “Vino la tranquilidad cuando la gente tuvo los dólares en sus bolsillos. No había que calcular tasas. No había ajustes por inflación. Los salarios se estabilizaron. Y el financiamiento para la compra de los vehículos se hizo asequible (…) las reservas ya no están en el Banco Central. Están en nuestros bolsillos”, afirmó.

En el 2007 –señaló Ampuero- se eligió en Ecuador un gobierno populista. A pesar de eso, no hay inflación porque el ejecutivo no ha podido imprimir dinero. Aunque si ha habido políticas fiscales que hacen daño, así como emisión de bonos.

Esto habría traído como consecuencia, impulsada también por el cambio de las reglas de juego, que se han caído las inversiones en el país. Lo que requiere “abrir a Ecuador al comercio y a la banca internacional”.

La promotora de la dolarización advirtió que los temas de discusión siguen siendo: la soberanía, las medidas proteccionista y el rol del Banco Central, si se debe mantenerse o no.

También dijo que la dolarización no resuelve todos los problemas, aunque si la inflación y salarios. A parte que trajo grandes beneficios que hicieron retroceder la miseria en el país.

“Nada que sea importante, es fácil”, concluyó en su exposición Dora de Ampuero.

La ejecución de la medida
“Cuando se dolariza, se pierde la política monetaria. Solo queda la política fiscal. Por eso es una decisión difícil. Pero lo hicimos”, contó Miguel Dávila, el gerente general del Banco Central para el momento en que fue firmado el decreto.

Dávila abordó la situación económica que se vivía en Ecuador, para el momento de la dolarización. Cerrada el 70% de la banca. Se había congelado 50% de los depósitos a la vista, y 100% de los depósitos a plazo fijo. Estipulándose que quedarían liberados para finales del mes de marzo. Lo que presagiaba que la gente iba a cambiar esos sucres por dólares para sacarlos del país.

“El 10 de enero del 2000, la opinión pública indicaba que quería dolarizar su ingreso, por cuanto los egresos ya estaban dolarizados. Era inevitable el cambio de la moneda”, afirmó.

Explicó Dávila que la gente cobraba su sueldo, e inmediatamente cambiaba 90% en dólares, para protegerse de la inflación. Sin embargo, los que menos tienen no podían hacerlo, “eso aceleraba los niveles de pobreza”, dijo.

Trabajando sobre la marcha, se pensó que la tasa de cambio no debía ser baja. En la calle ya se transaba en 14 mil sucres por dólar, en tanto el cálculo realizado por los técnicos del Banco Central –para poder cumplir con los compromisos- se ubicaba en 32 mil sucres.

Advirtió Dávila, que cuando le preguntan cuál es modelo econométrico que utilizaron, el siempre dice la verdad. “Usamos un modelo sencillo, de suma y resta, y al final una división para calcular la tasa de conversión”.

Sin embargo, el presidente en su alocución del 10 de enero lo ofreció a 25 mil sucres por dólar. El BCE debía cumplir con esa cifra.

Lo que convenció a los técnicos y políticos que la tasa debía ser mayor, fue la experiencia de la Argentina cuando se implementó la política de la convertibilidad.

Se fijó a un peso por dólar, lo que trajo como consecuencia que los productos brasileros invadieran Argentina. De esta manera se afectó la industria local al no ser competitiva, y el desempleo pasó del 6% al 18%.
Con la tasa a 25 mil sucres, se le dio un respiro a la industria ecuatoriana para que adecuara su aparato productivo.

Sin embargo, el economista consideró que el costo de elevar la tasa de cambio fue alto el primer año, al dispararse la inflación a 100%. Luego caería a niveles muy bajos.

Al dolarizarse, el Banco Central perdió su poder de emitir dinero, además de dejar de manejar las reservas internacionales, por cuanto los dólares los tiene la gente.

Lo sorprendente de la medida de dolarización, fue que ni las autoridades monetarias ni el gobierno ecuatoriano, negociaron con las autoridades de Estados Unidos.

Anunciaron la dolarización y enviaron emisarios con un cheque en mano, para retirar los fondos en dólares que tenían en bancos de EEUU. Fue una decisión soberana, comentó.

El aspecto legal en Ecuador, en el cual la moneda nacional tenía rango constitucional, lo resolvieron pragmáticamente. El BCE publicó un aviso en la prensa, anunciando que cambiaría los sucres por dólares a la presentación. Luego de 8 años, fue que reformaron la Constitución.

En cuanto al congelamiento de fondos que existía para el momento, el BCE emitió una resolución con la cual bajaba las tasas de interés (que superaban 200%) a 6% y 8%.

El problema más delicado, lo constituyó cómo satisfacer la totalidad de los sucres en manos del público, por cuanto sólo había 800 millones de dólares líquidos en el BCE.

Para ello, diseñaron cuatro balances distintos, en los cuales la prioridad la tenía la gente. Los depósitos de los organismos del Estado, recibieron un tratamiento diferente.

Para resolver el problema de las monedas, copiaron el modelo panameño y acuñaron monedas de fracciones inferiores a un dólar.

Finalmente, Miguel Dávila refirió que el cambio de los sucres en manos del público, se realizó en 9 meses. Para las regiones más apartadas, se contó con la colaboración de la red de distribución de CocaCola. “La dolarización es la base. No resuelve nada por si sola”, aclaró el ex gerente general del BCE.

¿Dolarizar a Venezuela?
José Luis Cordeiro, quien conoce el proceso ecuatoriano de dolarización, expuso en el foro que al igual que en Ecuador hace 15 años, “en la actualidad nadie quiere bolívares, ni siquiera el Gobierno nacional, ¿Entonces por qué el pueblo no puede tener dólares?”.

Resaltó que ya están dolarizados los egresos, pero que los ingresos de la gente, que no son otra cosa que los salarios, son en bolívares.

Cordeiro estimó que en Venezuela están dadas las condiciones para la dolarización, y que su implementación tomaría solo dos semanas.

Por su parte, el Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, Víctor Maldonado, opina que el bolívar “no garantiza abastecimiento, estabilidad ni inversión o flujo de capitales”.

Sostuvo que la política económica “ha fracasado” y agregó que el país tiene “16 años de receta intensa de socialismo que ha permitido hacerle saber a los venezolanos que ese no es el camino”.

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