Economía

La economía de participación de Jaroslav Vanek

En 1971 el profesor Vanek, de la Universidad Cornell, publica un pequeño libro que en ingles tiene por título The participatory economy. En ese mismo año el Instituto de Estudios Peruanos publica su primera edición en español bajo el título La economía de participación. Tal y como se lee en la presentación de la edición en español, a cargo del para su entonces director del Instituto, José Matos Mar, “Las tesis del profesor Vanek merecen ser discutidas. Su evidente naturaleza polémica tiene, aquí y ahora, una función que cumplir. En el gran debate sobre el destino del país, el modelo de autogestión debe ser considerado como una alternativa. Su análisis servirá, en todo caso, como un instrumento más para la definición del futuro nacional”.

Discutido ampliamente en el Perú de la década del 70, aunque no llevado a la práctica, los postulados de la economía de participación, que producto de la experiencia yugoslava el mismo profesor Vanek denominó economía de autogestión, merecen ser discutidos ampliamente en la Venezuela de nuestros días, tan motivada por el debate ideológico.

La diferencia con el Perú de los 70 es que Yugoslavia ya no existe como nación, como tampoco su experiencia de autogestión, cuyo fracaso fue anticipadamente sentenciado por Vanek de la siguiente manera: “La transición a partir de una economía dirigida de tipo soviético –podemos referirnos a ella como una transición desde la izquierda- es muy difícil políticamente.” Pero la “transición desde la derecha” no es que lo sea menos. Dicho con las palabras de Vanek, “a partir de una economía de mercado de tipo occidental…las reales dificultades, o problemas por resolver, normalmente se encontrarán en la creación de instituciones apropiadas y su instrumentación efectiva”.

Pero suponiendo que no exista ni derecha ni izquierda, es decir, ni burguesía dominante ni dictadura del proletariado que la obstaculicen, que define a la economía de participación o autogestión?. La respuesta Vanek la especificó a través de lo que dio en llamar “características básicas de un sistema económico de participación”. Cinco son las características básicas: 1) Participación en la dirección: Esta característica se sustenta en la igualdad de derecho al voto que todo trabajador tendría en una organización de autogestión. A diferencia de las sociedades por acciones de tipo capitalista, en la que los accionistas son los que eligen la junta directiva, y de las corporatistas de tipo socialista, en la que los directivos son escogidos desde fuera de la empresa, la autogestionaria es una sociedad de participación en la que los trabajadores son los que tienen el derecho de elegir a los directivos. El método de elección es de votación directa a favor o en contra de los que se postulan a los cargos de dirección. En la práctica aplicarían ciertas restricciones a la postulación, las cuales serían inherentes a la naturaleza del cargo. Por ejemplo, en una empresa de cierta complejidad administrativa y financiera, un obrero no podría postularse a la presidencia, pero si podría hacerlo como representante de su gremio ante la junta directiva. Una vez electo, su derecho a la participación se traduce en voz y voto en la toma de decisiones. Pero el que sea miembro de la junta directiva no implica que se desentienda de sus faenas como obrero, lo mismo vale para cualquier otro miembro, sea éste empleado o gerente. Por el contrario, para decirlo con las palabras de Vanek: “la participación en el control y la dirección deriva en forma única e inalterable del trabajo de la empresa”.

2) Participación en los ingresos: Esta característica se deriva de la anterior. En efecto, puesto que el trabajo en la empresa determina el derecho a la participación en el control y la dirección, en consecuencia el trabajo en la empresa es lo que determina el derecho a la participación en el ingreso neto. Este ingreso neto es equivalente a la utilidad neta de la empresa, sobre la cual cada trabajador, por igual, tendría derecho. En una empresa por acciones, la utilidad neta por trabajador es equivalente al reparto de dividendos entre los accionistas. Pero en una empresa autogestionaria tal reparto es equivalente al ahorro individual de cada trabajador. Este ahorro individual se entiende como el aporte de cada trabajador al financiamiento de la acumulación bruta de capital de la empresa. Dicho financieramente, son obligaciones de la empresa para con los trabajadores. Sin embargo, tal y como lo recuerda Vanek: “estos derechos financieros no pueden, en ninguna circunstancia, implicar un derecho a controlar o dirigir la empresa”.

3) Derecho de uso: Esta característica se corresponde con la anterior. El derecho financiero así obtenido por los trabajadores, que los hace acreedores de la empresa, no implica que puedan vender o traspasar a terceros la posesión de tales activos. Vale por igual si el acreedor es bancario o arrendador de activos fijos. En ambos casos las acreencias solamente dan derecho a las remuneraciones y rentas derivables de la productividad de la empresa.

4) Economía de mercado: Esta característica se fundamenta en el postulado básico de la rentabilidad. Vale decir, las unidades empresariales en una economía autogestionaria producen para obtener de ello unos beneficios. A diferencia de una economía de mercado monopolista, en la que hay muchos compradores pero pocos vendedores, en la autogestionaria se tendría como norma la existencia de muchos compradores y muchos vendedores. El valor de los bienes y servicios, incluido el de los factores productivos, estaría determinado por la libre interacción entre ofertantes y demandantes. De allí que la acción estatal en una economía autogestionaría sea preferentemente reguladora, promotora de la creación de empresas y defensora de la soberanía del consumidor. A diferencia de una economía de planificación central, en que las decisiones económicas y financieras se toman desde fuera de la empresa, en la autogestionaria tales decisiones son descentralizadas. Esto es, las decisiones se toman desde dentro de la empresa. La planificación y política económica, citando a Vanek, “deben ser implementadas a través del uso de instrumentos indirectos, tales como impuestos, subsidios, la publicación de planes y proyecciones, debates y discusiones públicas y persuasión moral.”
5) Libertad de empleo: Esta característica se basa en el supuesto de la libre movilidad del factor trabajo. Esto es, el trabajador está en libertad de tomar o dejar un empleo. Pero a diferencia de una economía socialista de planificación central y una capitalista de libre mercado, en las que el trabajador es valorado como un factor de producción, en una economía de participación o autogestión el factor trabajo es valorado como un agente tomador de decisiones. Esta distinción es fundamental, por cuanto el trabajador es percibido como un emprendedor. El trabajador tendría la iniciativa de asociarse con otros trabajadores y formar una nueva empresa, o de asociarse con los trabajadores de una empresa ya constituida. La empresa también está en libertad de contratar o despedir trabajadores. Pero el criterio determinante no sería la minimización de costos laborales, como lo es en una economía capitalista de libre mercado, por el contrario, el criterio determinante sería la maximización de ingresos por trabajador. En una empresa autogestionaria tal maximización de ingresos está asociada a la obtención de los beneficios normales derivados de la igualdad entre el ingreso marginal y el costo marginal. Este es el punto de equilibrio óptimo de la empresa que coincide con el máximo nivel de ocupación. Incorporar más trabajadores tendría como resultado la obtención de pérdidas. Solamente podrían incorporarse más trabajadores si el ingreso marginal es mayor que el costo marginal, para lo cual la empresa tendría que estar incrementando constantemente su escala de producción. Este postulado teórico era el que precisamente tenía en mente el profesor Vanek cuando escribió: “…en Yugoslavia, aquellas empresas que adviertan que pueden incrementar notablemente sus ingresos por participante ampliando su escala de operaciones (incluido el nivel de empleo), sin duda terminarán por hacerlo, en tanto que las que adviertan que la expansión perjudicará en grado significativo tales ingresos se abstendrán de ello.”
Sería inútil cuestionar un modelo teórico cuando la experiencia ya se ha encargado de hacerlo. Sobre manera cuando el mismo creador del modelo sustentó el fracaso de tal experiencia. No obstante, en esta caracterización de la economía de autogestión de Vanek, hay una cuestión que no me deja del todo satisfecho. Esta tiene que ver con la característica 3, que se refiere al derecho de uso.

Si en una economía autogestionaria el trabajador es valorado como un emprendedor, vale decir, como un animal económico que tiene inclinación natural por el riesgo, por qué negarle al trabajador el derecho a la propiedad del capital?. Podría argumentarse que el interés político es evitar la venta de activos por parte de los trabajadores. Pero si suponemos que el trabajador está “dotado de iniciativa propia” como lo supone Vanek, estamos en consecuencia suponiendo que el trabajador está dotado de iniciativa empresarial. El que bajo ciertas condiciones el trabajador no de muestra de tal iniciativa, puede explicarse porque las condiciones le son desfavorables. Pienso que estas dos son lo suficientemente explicativas: i) porque el trabajador no posee efectivamente capital, y ii) porque las instituciones existentes no favorecen el desarrollo de tal iniciativa.

La experiencia como la conocemos hoy es que no vasta con la distinción 1 (participación en la dirección). Para que la economía de participación o autogestión motive genuinamente a los trabajadores, el derecho de uso debe ser sustituido por el derecho de propiedad.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba