La economía y la enfermedad
El líder está enfermo, según nos han dicho tiene complicaciones respiratorias y su condición es «estacionaria», y aunque le agarre la mano a Nicolás y le mandara besos a los niños en Navidad, al parecer no ha dado el permiso para que se tomen las medidas económicas de ajuste que se necesitan, derivadas de la precaria situación en la que quedó nuestra economía luego de la campaña electoral del año pasado.
Hoy la economía venezolana sufre varios desequilibrios, los cuales requieren tomar decisiones lo más pronto posible. Por ejemplo Venezuela tiene dos años seguidos teniendo tasas de inflación superior a la de sus socios comerciales pero no ha realizado el ajuste cambiario, con lo cual nuestra moneda exhibe hoy una sobrevaluación alarmante. Adicionalmente en los últimos meses la restricción de divisas ha sido tan fuerte que se generado sobresaltos bruscos en la tasa que no se puede nombrar. ¿Quién le pone el cascabel a una medida históricamente inflacionaria y muy impopular como es una devaluación? Otro problema se está produciendo en la parte fiscal de la economía: El gasto público el año pasado alcanzó la preocupante cifra de casi 50% del PIB, mientras que los ingresos apenas superaron los 30%, con una brecha fiscal tan grande, ¿es factible mantener las cosas igual por mucho tiempo?, ¿qué gasto se disminuye?, ¿quién toma la decisión de privilegiar un sector sobre otro?
Por otra parte tenemos la inflación, que si bien es cierto terminó con el menor nivel de los últimos años (19.9%), la inflación de diciembre (entre 3.3-3.5%) es la más elevada en 3 años. ¿Quién decide cómo la defenderán este año?, ¿con más controles y menos producción nacional? Y aún nos falta pensar muchos otros problemas, como el boom de importaciones (cada año la participación pública es mayor) y los problemas con las reservas operativas del BCV (¿quién va a dar el visto bueno para vender el oro?).
Lamentablemente nos han acostumbrado que lo político prevalece sobre la conveniencia económica, por lo que hasta que no se clarifique el cuadro político no deberían darse cambios en lo económico, a pesar de contar con apoyo por las victorias del oficialismo en las últimas dos elecciones. El problema es que en economía retardar medidas es complicar su ejecución en el futuro.
