La encrucijada económica
Los nuevos ministros de la Economía se encuentran en una encrucijada económica.
En efecto, el estilo y la manera de gobernar de Chávez ha conducido al país a una situación tan grave que el gobierno está obligado a tomar grandes decisiones económicas a expensas del costo político que éstas traigan. El despilfarro, y la creencia de que un modelo económico basado fundamentalmente en el desarrollo de la pequeña industria y la microempresa llevaría al país por el sendero del crecimiento económico, han creado una situación económica muy comprometida. La economía decreció fuertemente durante el primer trimestre del año y según todos los pronósticos, decrecerá aún más en el segundo trimestre.
Se nos ha anunciado un nuevo plan el cual ha sido bautizado como el “Plan Tobías”, en contra del deseo de su progenitor, el Ministro de Finanzas, Tobías Nóbrega. Por primera vez tenemos en este gobierno un verdadero Ministro de Finanzas, pués hasta ahora, Chávez fungía como Ministro de Finanzas con unos ayudantes llamados José Rojas, Nelson Merentes y el general Usón. Nóbrega se consigue con unos problemas tan enormes a nivel de finanzas públicas, que muchos vaticinan su renuncia en pocos meses. El hueco del FIEM es sólo uno de ellos. En todo caso, el ministro, ayudado hasta cierto punto por Felipe Pérez, un curioso economista con doctorado en la Universidad de Chicago,pero que a todas luces no es monetarista, está tratando de enderezar el entuerto que Hugo Chávez ha hecho con las finanzas de este país.
El drama del plan Tobías es que, aunque su concepción es ortodoxa , su destino es el fracaso. En efecto, el plan simplemente se basa en cubrir la enorme brecha fiscal que se presentará este año con más impuestos y más endeudamientos, los cuales serán aplicados en momentos en que el país sufre una enorme recesión por falta de credibilidad y confianza en este gobierno que no da pié con bola. Por mantenerse dentro de la política restrictiva de la OPEP en materia petrolera, el gobierno le ha cerrado el camino al crecimiento económico de un país que depende casi exclusivamente de la industria petrolera. Con un discurso político agresivo y lleno de retórica socialista de los años sesenta, el gobierno ha alejado las inversiones extranjeras y nacionales, y ha provocado una fuerte salida de capitales que ha afectado su balanza de pagos y sus reservas internacionales. Con empresas perdiendo dinero, y niveles de desempleo superiores al 20% según muchos analistas, es imposible recaudar más impuestos. El director del SENIAT acaba de admitir la semana pasada que la recaudación del ISLR se redujo en un 27%. Es verdad que los aumentos impositivos están en el IVA y el IDB, pero es que la actividad económica del país se ha congelado, de manera que la recaudación estimada por los aumentos no se dará. A la vez, Tobías piensa captar mas de tres millardos de dólares en el extranjero. Muchos analistas ven con escepticismo esta posibilidad dada la mala imagen exterior del gobierno y la crisis económica de muchos mercados emergentes. En el mercado interno, la situación es aún peor. El Gobierno tendrá que refinanciar los fuertes vencimientos que se aproximan. De hacerlo, dificilmente podrá aumentar más la ya abultada deuda interna. Es evidente que el plan no podrá lograr sus objetivos. La brecha fiscal no será cubierta y el gobierno corre el riesgo de entrar en moratoria, en no poder cumplir sus múltiple compromisos financieros.
El plan Tobías luce chucuto. Chávez está obligado a dar un giro de 180°, tal como lo hiciera Caldera, si desea terminar su mandato. Se deben ir a agresivas e inmediatas privatizaciones de empresas públicas, tales como las del sector eléctrico, hoteles, hipódromos, acueductos. Se deben otorgar de inmediato obras bajo el régimen de concesiones. Se debe implementar una fuerte reducción del gasto público. Se debe abandonar la retórica socialista y se debe incorporar al gobierno a otros sectores de la sociedad. Se deben dar claras señales de apertura en el orden económico y político a la vez y cuanto antes para poder restablecer la confianza y atraer inversiones que abran plazas de trabajo. Como ha costado convencer a este gobierno de que se encuentra frente a una encrucijada económica.
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