Economía

La guerra olvidada contra la pobreza

(%=Image(9286542,»L»)%) “La pobreza es una cárcel a la que hemos empujado a una parte de la sociedad. Si suprimimos los barrotes que les mantienen dentro, y les dejamos demostrar su capacidad, estas personas sabrán salir adelante por sí mismas”, declaraba Mohamed Yunus, en una reciente entrevista. El  Premio Nobel de la Paz nos recuerda que la causa por la que las personas son y se mantienen pobres es un sistema injusto, diseñado para el 6% de la población que acapara el 94% de los ingresos mundiales.

    
Aunque el 40% de la población mundial vive en condiciones de pobreza, Yunus está convencido de que “los niños de próximas generaciones irán a ver la pobreza a los museos”. Esta afirmación puede ser tachada de utópica, pero recuerda que tan sólo han pasado tres décadas desde que ofreció un crédito de 27 dólares a 42 mujeres de su Bangladesh natal y 23 años desde que creó el Banco Grameen,  las primeras semillas de su particular revolución contra la pobreza. Según las conclusiones de la última Cumbre Mundial del Microcrédito, estos pequeños préstamos ya han alcanzado a más de 100 millones de familias gracias a las 3.000 entidades que han seguido el modelo diseñado por él en Grameen.

La fuente de su optimismo es que disponemos de los recursos, la tecnología y los conocimientos suficientes para erradicar la pobreza y que con el dinero empleado en las guerras ya lo habríamos conseguido.

Por eso, se lamenta de que el 11-S haya hecho olvidar la “guerra contra la pobreza”  declarada en los Objetivos para el Desarrollo de la Cumbre del Milenio de Nueva York, firmados por los 191 países que forman parte de la ONU en el año 2000. Nunca había pasado algo parecido en la Historia, todos unidos con el mismo objetivo. “Había sido una forma maravillosa de empezar el milenio. Hablábamos de los dividendos de la paz: no tendríamos que gastar tanto en armas y ejércitos”, recordaba el Premio Nobel.

Sin embargo, el atentado a las Torres Gemelas dio paso a la “guerra contra el terrorismo”, que ha provocado un aumento del gasto militar que supera el máximo alcanzado durante la Guerra Fría.  Según Oxfam, el gasto militar durante el 2006 superó el billón de dólares. Además, la Ayuda Oficial al Desarrollo, que a principios de esta década superaba el 0’33% del PIB mundial, hoy no llega al 0,25%. 

Después de tres décadas, el 99% de los pobres que reciben créditos del Banco Grameen devuelven el dinero y el 58% de ellos han conseguido salir de la pobreza con la ayuda de estos préstamos. Con estos datos en la mano, Yunus insiste en que la pobreza es la negación de todos los derechos humanos fundamentales, que no es una condición natural de los seres humanos sino una imposición artificial.

En un mundo en el que 850 millones de personas viven en la pobreza y 1.000 millones viven con menos de un dólar al día, donde cada cinco segundos muere un niño por problemas nutricionales y más de 1.200 millones de personas no tienen acceso al agua potable, hay hombres que transmiten un mensaje de Paz y esperanza ante el que es difícil no conmoverse. Son profetas de nuestro tiempo, capaces de crear conciencia en los demás para convertir en realidad lo que para muchos son utopías imposibles de realizar.

Personas que se empeñan en demostrar que lo difícil siempre es posible, y que lo imposible sólo necesita cooperación y un poco más de tiempo para hacerlo realidad.

Mohamed Yunus, el primer economista en recibir el Premio Nobel de la Paz, es uno de estos hombres que tratan de probar que otro mundo es posible, porque es necesario. Alguien que ha sabido utilizar sus conocimientos en las ciencias económicas para generar beneficios a esa parte de la sociedad que se encuentra encerrada tras los barrotes de un sistema que les condena a la pobreza.

Que en el futuro la pobreza sea recordada sólo en galerías fotográficas y en los libros de historia es cuestión de coordinación, cooperación y voluntad para que todas las personas del mundo tengan la oportunidad de tener una vida digna. Es necesario reavivar el fuego de la “Guerra contra la pobreza” que comprometió a todos los países del mundo para que en el año 2015 el número de pobres se reduzca a la mitad. 

 *Periodista

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