La maquinita del Banco Central
El Banco Central de Venezuela ha ideado una fórmula mágica y revolucionaria para solucionar los problemas de caja de Pdvsa y de otras empresas públicas que no tienen cómo cubrir sus gastos: imprimir bolívares.
En la mayoría de los países se prohíbe que los bancos centrales financien a las compañías públicas porque para hacerlo crean billetes sin respaldo que luego ingresan a la economía y más dinero, detrás de los mismos productos, se traduce en inflación porque crece la demanda velozmente y las empresas pueden elevar los precios sin sufrir un descenso importante en las ventas.
Hasta el momento la inyección a Pdvsa asciende a 165 mil 465 millones de bolívares, es decir, 38 mil 480 millones de dólares al tipo de cambio oficial, mientras que el resto de las empresas del Estado han recibido 15 mil 514 millones de bolívares, unos 3 mil 607 millones de dólares.
El Banco Central no solo le inyecta recursos a determinadas empresas públicas, también es una constante fuente de recursos para el resto del Gobierno. Básicamente se ha creado un mecanismo en el que Pdvsa le vende dólares al BCV, que a su vez le da bolívares a cambio. Posteriormente, el Banco Central transfiere parte de los mismos dólares a cuentas en el exterior que pertenecen al Fonden, un fondo donde el Gobierno almacena divisas para cubrir planes de gasto.
Gracias a que el Gobierno ha recurrido a importaciones masivas para aumentar la oferta y férreos controles de precios la inflación, si bien es alta, no se ha desbordado pero las cosas comienzan a complicarse porque los controles producen escasez y hay fallas en el suministro de divisas para importar.
Al momento de escribir este artículo el Banco Central todavía no publica la inflación de diciembre pero todo apunta a un resultado superior a 3%. Si este salto se repitiese durante los doce meses de 2013, estaríamos hablando de una inflación de 43%.
¿Llegó el momento de apagar la maquinita?
