Economía

La política monetaria en Venezuela

En el segundo encuentro internacional de economía Revista BCV, Manuel Lago Rodríguez presenta de manera gráfica el mecanismo de creación de dinero primario en Venezuela, el que, a su entender, es de origen fundamentalmente fiscal. Sea menester en el presente artículo partir de dicha interpretación, toda vez que fundamenta la formulación de la política monetaria venezolana de estos últimos tiempos.

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Como bien puede apreciarse en la gráfica en cuestión, las ventas netas de divisas de PDVSA al BCV, de cuya cuenta registrada en el pasivo del balance del instituto emisor se debitan los pagos correspondientes a las finanzas públicas por concepto de impuestos y royalty, financia el gasto público interno, el cual, además del gasto doméstico de PDVSA, incrementa la oferta de dinero por encima de la demanda de dinero compatible con los objetivos macroeconómicos del producto interno bruto, inflación y tipo de cambio. Ante tal eventualidad de exceso de dinero en la economía, la banca central no puede menos que intervenir en el mercado monetario a través de la colocación de obligaciones financieras tanto del BCV como de la administración pública, así como de la venta de divisas, con el objetivo de ajustar la oferta de dinero a la demanda de dinero compatible con los objetivos macroeconómicos del producto interno bruto, inflación y tipo de cambio.

No obstante, hay en esta interpretación del mecanismo de la creación de dinero en Venezuela algunas cuestiones que se dejan de lado y que bien ameritan ser precisadas.

La primera cuestión a precisar es que las ventas netas de divisas de PDVSA al BCV se registran en el activo del balance del instituto emisor como reservas que, en sí mismas, son adquisiciones en divisas por las cuales cede un monto equivalente en bolívares, y que en cuanto tal, da cuenta de la posición acreedora del BCV sobre el resto del mundo. Posición acreedora que será mayor o menor dependiendo del cierre superavitario o deficitario de la balanza de pagos. ¿De qué otro modo podría entenderse entonces, ya mirado a través de las cuentas consolidadas de la nación, la equivalencia financiera existente entre el excedente de la nación por transacciones corrientes y el préstamo neto al resto del mundo. Préstamo neto al resto del mundo que, en definitiva, da cuenta del ahorro financiero de la economía. En tal sentido, la creación de dinero en Venezuela tiene su origen en la adquisición neta de divisas del BCV a PDVSA, y no así en la monetización del ingreso petrolero vía el gasto público.

La segunda cuestión a precisar es que las ventas de divisas del BCV es la contraparte natural de su adquisición. Contraparte natural que se corresponde con los requerimientos de pagos internacionales de los agentes económicos bancarios y no bancarios de la economía. A su vez, tales requerimientos de pagos, vale decir la demanda de pagos internacionales, depende fundamentalmente en una economía como la nuestra, altamente dependiente de bienes manufacturados de origen importado, del movimiento de los saldos deficitarios en la cuenta corriente del sector privado de la economía. De este modo, el exceso de pagos internacionales del sector privado de la economía compensa el exceso de ingresos internacionales generados por el sector petrolero de la misma. O dicho en términos estrictamente monetarios: la creación de dinero primario (ventas netas de divisas de PDVSA al BCV) es igual a la destrucción de dinero primario (déficit en la cuenta corriente del sector privado). Es decir, el exceso de dinero es igual a cero.

La tercera cuestión a precisar es que entre la creación y destrucción de dinero primario media unos instrumentos de regulación que son, similarmente, de tipo cambiario y monetario, cuales son: el tipo de cambio y la tasa de interés. Instrumentos de regulación que traducen el efecto distributivo de la creación de dinero y que advierte de la incidencia de la política monetaria (cambiaria) sobre el comportamiento de los agentes económicos. El efecto distributivo o mecanismo de transmisión monetaria como también se le puede denominar, tiene que ver con el efecto riqueza, de costo financiero del capital y de liquidez, que todo acceso al ahorro financiero trae consigo. Un mayor acceso al ahorro financiero, esto es, un menor tipo de cambio y tasa de interés, en sí mismo da cuenta de un mayor valor del dinero, lo cual determina en los agentes económicos una mayor posesión de dinero: tanto como activo rentable, como fondos prestables y como efectivo. Un efecto contrario, desestimulante de la posesión de dinero por cuenta de los agentes económicos, lo tenemos en circunstancias de un menor acceso al ahorro financiero, esto es, ante un aumento del tipo de cambio y de la tasa de interés.

Ante tal eventualidad, priva entonces en los agentes económicos bancarios y no bancarios su disposición en el corto plazo por una cantidad de dinero mayor a la deseada, la cual solamente estaba prevista para su disponibilidad en el largo plazo. Efectivamente este proceso de ajuste en la disponibilidad de dinero deseado entre el corto y largo plazo perturba el frágil equilibrio del mercado monetario. Perturbación que tiene su causa en la instrumentación de una política monetaria virtualmente restrictiva, cuya consecuencia no es otra que la demanda y consiguiente oferta de una cantidad de dinero incompatible con el nivel de desempeño de la actividad económica.

La cuarta cuestión a precisar tiene que ver con la demanda de dinero compatible con los objetivos macroeconómicos del producto interno bruto, la inflación y el tipo de cambio. Esta es una cuestión sobre la cual muy pocas veces los economistas nos ponemos de acuerdo. Sin embargo, no quisiera dejar pasar la oportunidad de mostrar la siguiente evidencia empírica, a través de la cual bien puede inferirse la especificidad del comportamiento de las variables en cuestión.

En las figuras que se presentan a continuación tenemos graficadas las siguientes variables: figura 1) tasa de crecimiento de la base monetaria vs tasa de crecimiento del pib; figura 2) tasa de crecimiento de la base monetaria vs tasa de crecimiento del índice de precios al consumidor; y figura 3)tasa de crecimiento de la base monetaria vs tasa de crecimiento del tipo de cambio nominal. Cada uno de estos cálculos se apoyaron en las informaciones estadísticas publicadas por el BCV en sus anuarios.

En la figura 1 bien podemos observar que las variaciones relativas de la base monetaria, míresele como se le mire, bien sea a través de sus fuentes o de sus usos, guarda una muy estrecha correspondencia con las variaciones relativas del PIB, esto es, las tendencias de ambas variables denotan la misma dirección a lo largo de toda la serie estadística. En virtud de lo cual bien podemos advertir, sin temor a equivocarnos, que toda variación en la base monetaria, sobre la cual el BCV tiene la responsabilidad institucional de su regulación, tendrá consecuentemente una incidencia directa sobre las variaciones obtenibles del PIB.

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En la figura 2 bien podemos observar que las variaciones relativas al índice de precios al consumidor, que efectivamente es un buen indicador de la inflación, cuando se le mira a lo largo de todo el período, no se corresponde significativamente con las variaciones relativas de la base monetaria. Tal concordancia solamente se hace significativa a lo largo del subperíodo 1986-1999, en el que visto estadísticamente las variaciones de la base monetaria denotan una mayor amplitud que da cuenta, a su vez, de una mayor inestabilidad. De esta mayor inestabilidad bien puede advertirse que toda variación desmedida de la base monetaria, sobre la cual como ya se ha indicado el BCV tiene la responsabilidad institucional de su regulación, tendrá efectivamente una incidencia directamente desmedida sobre los niveles de inflación.

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En la figura 3 bien podemos observar que las variaciones relativas del tipo de cambio nominal, análogamente cuando se le mira a lo largo de todo el período, no se corresponde con las variaciones relativas de la base monetaria. Observemos además que a partir del año 1983, año en el que se deroga el régimen de convertibilidad al tipo de cambio fijo, la amplitud de sus variaciones relativas se hace cada vez mayor en la medida que la amplitud de las variaciones relativas de la base monetaria se hace cada vez mayor.

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Valga recalcar como advertencia final en virtud de lo hasta aquí dicho, que si alguna inadecuación tiene la política monetaria ésta tiene que hallarse en la administración misma de su formulación.

(*) Profesor de la UNELLEZ

e-mail: [email protected]

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