Economía

Liquidez y banqueros

El BCV pierde la batalla para controlar la liquidez monetaria y la presión inflacionaria en medio de una desordenada expansión fiscal y el control de cambio. El Directorio del BCV debe elegir entre atacar la inflación elevando las tasas de interés por encima de la inflación esperada para restringir la liquidez monetaria, o tratar de reducir las pérdidas en su balance mensual causado por el alto costo de absorción del excedente de liquidez creado por el gobierno. La egoísta decisión del Directorio del BCV en este dilema ha sido bajar las tasas de interés para la absorción y tomar medidas menos efectivas contra la inflación; lo cual obliga a la banca privada a rechazar nuevos depósitos a plazo. Esta situación induce menor ahorro, consumo anticipado y mayor presión inflacionaria. Además, hace a la banca privada más dependiente del crédito al consumo asociado a la fiesta fiscal-petrolera, de las oscuras operaciones de compra-venta de bonos argentinos y notas reestructuradas (un derivado de bonos de deuda venezolana), y de los “baratos” depósitos gubernamentales.

El rápido crecimiento de la liquidez monetaria presiona el mercado cambiario paralelo, el cual ya ha tocado los 3.000 Bs./$. Ante el deterioro del contexto monetario-financiero, una parte de la banca toma precauciones restrictivas en captación, colocación y costos.

Otra parte del sector bancario aprovecha las distracciones populistas de SUDEBAN y “presta” bolívares a empresas relacionadas para adquirir dólares. Igualmente aprovechan las prácticas enraizadas en Min. Finanzas desde 2002 y algunos usan pagos a intermediarios para acceder a los 200 millones de dólares semanales de bonos argentinos o notas reestructuradas entregadas a algunos bancos a dedo, sin subasta, con ganancias que mejoran el Estado de Resultados (Otros Ingresos Operativos); también en el mercado bancario usan comisiones de cerca de 2% anual por cada Bs. 500.000 millones de depósito renovado cada 7 días, unos Bs. 191,8 millones semanales, lo cual da acceso a fondos de tesorería pública, para luego adquirir notas y bonos venezolanos o argentinos. La abierta impunidad incita a la creatividad e imitación en corrupción financiera y varios jerarcas de la revolución socialista son complacientes con estos impulsos de los banqueros.

Nota: El uso de subastas para las notas reestructuradas de deuda venezolana o de bonos argentinos, abiertas al público general a través del mercado de capitales, ayudaría mucho más a reducir la demanda final de divisas del mercado nacional. Al asignar directamente estos papeles en dólares a la banca privada, vía oscuras comunicaciones de Ministerio de Finanzas, luego de haber recibido la banca el beneficio del Ministro Merentes de poder duplicar su posición en moneda extranjera (de 10% a 20% del capital), esta puede ahora mantener estas posiciones ante la expectativa de más depreciación del tipo de cambio paralelo. Solo se benefician los banqueros y aumentan la presión en el tipo de cambio paralelo, pues se financian con los bolívares «baratos» provistos por la tesorerías del sector público. Es realmente escandaloso y provee estímulo a las presiones inflacionarias y especulativas en el mercado cambiario.

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