Economía

Los verdaderos intereses tras el mercado petrolero

¿Cuáles son las diferencias entre los intereses que defienden los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y las grandes empresas petroleras como Exxon-Mobil, Chevron o Shell?. La respuesta se puede resumir en una sola palabra: ninguna.

Al ver con asombro los últimos reportes de ganancias realizados la semana pasada por Exxon-Mobil y Chevron, nos damos cuenta que la meta que tienen los países miembros de la OPEP de mantener el petróleo sobre la marca sicológica de los $100 por barril es aplaudida en silencio por los grandes conglomerados petroleros de los países industrializados.

Durante la última reunión ministerial de la OPEP volvimos a oír los discursos de pugna de países productores del Tercer Mundo versus consumidores del Mundo Desarrollado, al negarse a aumentar la producción, e incluso como vaticinó el ministro de Energía de Venezuela y Presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, que para finales de año se “podrían reducir las cuotas de producción”.

Pues estas palabras fueron muy bien recibidas en Houston, Dallas y La Haya, ya que a la larga benefician a estos conglomerados que los propios ministros de la OPEP dicen combatir.

Consideran los expertos que con estas actitudes de la OPEP y el silencio cómplice de las grandes operadoras petroleras estimulan el avance de energía alternativas (que de hecho representan más de un 40% en el suministro energético en los países industrializados) y la recesión mundial que afectará irremediablemente el flujo de caja de los países productores de petróleo.

Muchos involucrados en el negocio petrolero quedaron perplejos cuando Exxon-Mobil y Chevron informaron ganancias corporativas de $40 millardos y $18.7 millardos respectivamente. Estos resultados de ingresos de caja son consideradas (principalmente las de Exxon-Mobil) como las más grandes jamás registradas en todos los 232 años de historia de los Estados Unidos.

Pero tales informes causaron duras críticas y ataques hacia las operadoras petroleras, pero no por los miembros de la OPEP, sino por los mismos estadounidenses.

En un ejercicio matemático de la Associated Press plasmó que las ganancias de Exxon-Mobil es el equivalente de llenar 15 veces los tanques de los 243 millones de automóviles que circulan las carreteras norteamericanas. También es igual a la oferta realizada por Microsoft a fin de adquirir a Yahoo, noticia que ha conmocionado por igual los mercados financieros del mundo.

“Estas empresas no les importa el pueblo que trabaja”, aunque parezca la cita de alguien en el Tercer Mundo no lo es; fue dicha por una simple ama de de Arkansas, Michelle Anderson, mientras llenaba el tanque su automóvil, para pagar al final $85. “Esto es una hemorragia ya que representa una cuarta parte de mi sueldo semanal de $340, ¡¡y todavía nos preguntamos porqué estamos en recesión!!”.

A los pocos minutos de conocerse los reportes de Exxon-Mobil y Chervron, el senador demócrata por el estado de Nueva York, Charles Schumer, miembro del Comité de Finanzas del Senado, solicitó que se eliminaran los descuentos fiscales que goza la industria petrolera norteamericana.

“Felicitamos a Exxon-Mobil y Chevron”, dijo sarcáticamente Schumer, “por recordarnos a nosotros los norteamericanos la razón por la cual sufrimos de un ataque al corazón cada vez que vamos a una gasolinera y por hacernos más presente la necesidad de ser menos dependientes del petróleo importando e eliminar los incentivos fiscales que obtienen las compañías petroleras”.

Sus palabras resumieron la lucha que enfrentan los países consumidores en contra de dos de los principales protagonistas de este drama energético: la OPEP y las Operadoras.

Las importaciones petroleras de los Estados Unidos en diciembre de 2007 fueron de 12,843,000 barriles por día, un incremento de 122,000 barriles diarios en comparación con diciembre de 2006. El petróleo importado representa un 62% del total que se consumió internamente en Estados Unidos, según cifras del American Petroleum Institute (API).

Un gran número de observadores del mercado petrolero consideran que el alza a la marca sicológica de $100 dólares, fue en realidad fomentada por especuladores al servicio de los grandes conglomerados como Exxon-Mobil, Chevron, BP o Shell, que a la larga es recibida con beneplácito por algunos miembros de la OPEP.

La Fundación para la Defensa de los Derechos de los Contribuyentes y Consumidores, exigió que se impongan mayores regulaciones a los mercados energéticos. La Fundación considera que los esfuerzos realizados ante el congreso por una mayor supervisión del mercado han sido bloqueados por los todos poderosos lobbystas de la industria petrolera.

“Ya no hay excusa para que el Congreso y la Casa Blanca mantengan su actitud pasiva”, alegó Judy Dugan, directora de la Fundación.

En su defensa los voceros de Exxon-Mobil dicen que estas ganancias no son tan “sorprendentes” si se toma en consideración que gran parte de ellas son reinvertidas en mantener activo el negocio. Exxon Mobil afirmó el viernes que la reinversión en capital y proyectos de exploración aumentó a $21 millardos el año pasado, un incremento del 5 por ciento en comparación al 2006.

Aún más, las grandes compañías señalan que el descubrimiento de nuevas fuentes de petróleo y gas se hace cada vez más escasas y difíciles. El reciente boom petrolero ejerció una presión ascendente en los salarios del mercado laboral especializado y obligó a las empresas a explorar sitios casi inaccesibles y remotos, incrementando considerablemente sus costos de producción.

“Esas compañías continúan enfrentado grandes retos en incrementar sus reservas, aumento de la producción y costos de mano de obra”, según un comunicado de Moody´s Investors Service.

El gobierno norteamericano estima que durante el 2008 los precios de la gasolina a nivel del consumidor continuarán su tendencia ascendente, para un promedio de $3 por galón, con incrementos esporádicos a $3.50.

También deberemos observar el desenvolvimiento de las economías chinas e india, quienes han jugado un evidente factor en el alza de los combustibles.

Nos preguntamos si en los actuales momentos los consumidores “chillan” ante los precios del combustible, tanto de automóviles como de calefacción, ¿cómo reaccionaran cuando lleguen a los $3.50?
Un gran reto para la saliente administración republicana, aún con el centro derecha John McCain como candidato, y una gran oportunidad para los demócratas para alzar de nuevo su bandera en defensa de los consumidores.

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