Economía

Pdvsa en franco deterioro

Pese a que el precio del crudo en pocas ocasiones ha estado tan alto, los expertos creen que la estatal Petróleos de Venezuela, S.A., (PDVSA) se encuentra hipotecada y en franco deterioro, agobiada por una inexperta y politizada conducción que amenaza su sostenibilidad a largo plazo.

Según ex empleados de la empresa estatal, la capacidad de producción de PDVSA ha disminuido entre 800,000 y un millón de barriles diarios en los últimos 10 años, fenómeno que aunado a las abrumadoras exigencias financiera del gobierno, una mala administración y la asistencia que Venezuela otorga a Cuba y a otros países, le están generando graves problemas de flujo de caja.

Los expertos consultados por El Nuevo Herald añadieron que el actual precio de $70 por barril parece no ser suficiente para satisfacer el voraz apetito por recursos del gobierno, lo cual ha obligado a la empresa estatal a dejar de invertir en la preservación del negocio, vender activos y endeudarse aceleradamente.

Los expertos expresaron temor por la posibilidad de que PDVSA decida salir de su filial Citgo, cuyas refinerías son cruciales para colocar el pesado crudo venezolano en el mercado estadounidense.

«Lo que está haciendo el gobierno venezolano, en su desesperación, es liquidar a Petróleos de Venezuela», dijo Juan Fernández, ex director ejecutivo de planificación de PDVSA. «[El presidente Hugo] Chávez la está secando de tal manera que está poniendo en riesgo su capacidad de generar ingresos».

El deterioro en la compañía estatal podría tener muy graves repercusiones en Venezuela, que se ha vuelto cada vez más dependiente de la renta petrolera, producto de la palpable contracción del sector privado.

Actualmente, la industria petrolera genera más del 94 por ciento de las divisas que ingresan al país.

Pedro Mantellini, ex asesor de Planificación Estratégica de PDVSA, afirmó que parte del problema reside en que el gobierno hace uso de las arcas de la empresa para financiar sus programas sociales y su política exterior.

«Este régimen utiliza a Petróleos de Venezuela como una caja chica», declaró Mantellini. «Mucho de ese dinero está siendo utilizado para manejar las políticas del gobierno dentro y fuera del país, en iniciativas del Socialismo del Siglo XXI, y en los regalos que Chávez hace en el exterior, a países como Nicaragua, Bolivia y Cuba», señaló.

PDVSA, por su parte, cuenta una versión muy diferente.

En su informe sobre la gestión administrativa de la primera mitad de año, la empresa admitió que destinó $4,466 millones a obras de «inversión social», tras haber obtenido más de $46,120 millones en exportaciones de crudo, pero enfatizó que disfruta de buena salud financiera.

«Al cierre del primer semestre de 2010, la empresa continúa presentando una situación financiera sólida», señaló el documento. «Estos resultados financieros son reflejo del manejo transparente y eficaz que garantizan la continuidad de los proyectos necesarios para el desarrollo integral del país».

Pero los números de PDVSA están basados en un nivel de producción estimado en unos tres millones de barriles diarios, volumen que los analistas independientes, al igual que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la Agencia Internacional de Energía (IEA) dicen que se acerca más a los 2.2 millones de barriles.

Horacio Medina, ex gerente de Convenios Operativos de Exploración y Producción de PDVSA, coincide con los cálculos de los organismos independientes. Según Medina, los niveles de producción del país han descendido en alrededor de un millón de barriles diarios en la actual década, debido a que la empresa no está invirtiendo en la exploración de nuevos pozos ni en el mantenimiento de los existentes.

«Y lo que es más peligroso todavía, en la explotación prevalece el enfoque de maximizar la cantidad de barriles en el menor tiempo posible, sin inyectar fluidos, con lo que se está dejando atrás crudo que sencillamente se hace irrecuperable», comentó Medina.

Añadió que esto sucede, no porque PDVSA desconozca la presencia de este tipo de riesgos, sino porque la empresa no cuenta con la capacidad técnica para atenderlos ni con los recursos necesarios.

«El dinero está siendo usado en programas sociales», comentó Medina. «No hay dinero que vaya al mantenimiento de la capacidad de producción, ni al mantenimiento de la refinación, ni a inversiones para mejorar la seguridad o para preservar el medio ambiente».

Agregó que la tasa de declinación en la producción de petróleo ha estado disminuyendo con rapidez en los últimos años y podría acelerarse aún más en los próximos tres.

La falta de recursos en PDVSA también puede ser atribuida a la asistencia que Venezuela brinda a Cuba y a las naciones caribeñas a través de Petrocaribe, además de los 600,000 barriles diarios colocados dentro del país a precios que no cubren los costos de producción.

PDVSA también ha registrado un incremento significativo en sus costos de producción, debido en parte a que su nómina ha crecido más del doble en los últimos años, en la medida en que comenzaba a involucrarse en la importación de alimentos y otras áreas no relacionadas con la explotación de crudo.

El experto petrolero venezolano José Toro Hardy dijo que la falta de liquidez de la empresa le ha llevado a endeudarse excesivamente en los últimos años, desde los $4,000 millones en pasivos que registraba a inicios de década a los más de $25,000 millones actuales.

«Ese monto no incluye la deuda con contratistas, las nacionalizaciones que no ha pagado, y otras obligaciones», amplió Toro. «Al sumar estos montos, que incluyen a los arbitrajes con empresas transnacionales como Exxon Mobil, y ConocoPhillips, no me extrañaría que el total de pasivos de la empresa supere los $50,000 millones».

Además del endeudamiento, los consultados coincidieron en que PDVSA está incurriendo en la gradual venta de sus activos en el exterior, como la reciente venta de la participación que la compañía tenía en Ruhr Oel, empresa que controla cuatro refinerías en Alemania.

Esa venta le sigue a operaciones similares que la empresa ha realizado en Estados Unidos y el Caribe con otras refinerías, explicó Fernández.

Y esto podría ser solo el principio.

El ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, aseguró recientemente que Venezuela podría desprenderse de otros activos petroleros en el extranjero, y que estas operaciones podrían incluir a Citgo, la filial estadounidense de PDVSA.

«Citgo es un pésimo negocio. Es parte de esa política de internacionalización, que al igual que Ruhr Oel fueron adquiridas para sacar del control del Estado venezolano esos activos», explicó Ramírez.

Pero los expertos señalan que Citgo es crucial para el suministro de crudo venezolano a EEUU, país que, pese a la retórica de Chávez, sigue siendo el mejor cliente de PDVSA, ya que es el que mejor paga y cuyo costo de suministro es el más bajo al encontrarse Houston a sólo tres días de flete.

Añadieron que salir de las refinerías de Citgo, que están entre las pocas en EEUU con capacidad de procesar el crudo pesado del país sudamericano, Venezuela estaría efectivamente abandonando el mercado estadounidense.

«Chávez está exprimiendo a PDVSA de tal manera, que ahora no le queda más remedio que salir a rematar lo que tiene», comentó Fernández. «Es como aquel individuo rico que pierde todo lo que posee dándoselo a sus amigos y después sale a vender los muebles de su casa para que no se acabe la fiesta».

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