Economía

Pobreza y salud

Se define como pobre aquel que carece de recursos para cubrir su vida básica, en Venezuela la situación de pobreza es harta conocida, es suficiente darse un paseo por las principales calles de las principales ciudades para evidenciar mendigos, desempleados, niños en estado de abandono, delincuentes y demás signos que evidencian la crisis socioeconómica que nos carcome, que se devora a una nación.

Hemos visto que el ingreso petrolero es nuevamente derrochado, malgastado y ahora con una nueva modalidad, repartido en América Latina para comprar conciencia y apoyo de otros gobiernos. Por ejemplo los últimos regalos hechos por Venezuela a sus “nuevos aliados”, son suficientes para acabar con el déficit de viviendas de este país, de un solo plumazo.

La base fundamental de la sociedad es la familia, la cual se haya en estado de abandono y destruida gracias a la dura situación de muchos, para un padre que gana un sueldo mínimo es imposible levantar de manera digna un hogar, no tendrá como dar educación a sus hijos, no tendrá como hacer que la asistencia médica sea adecuada para estos, porque en Venezuela se puede decir que la salud está privatizada de hecho, pues el abandono de la red hospitalaria y ambulatoria obliga a muchos a asistir al sistema privado. Una sociedad, cuya base fundamental está prácticamente destruida, no promete nada.

Una sociedad además de la familia tiene dos pilares esenciales, la educación y la salud. Hay que comenzar a entender que no sólo se es pobre porque se carece de recursos que garanticen el mínimo para subsistir, sino que también es pobre el que no tiene posibilidad de asistencia social y educativa. Una persona que vive en un barrio, que ha crecido sin educación, no aporta producción porque está desempleado, demanda servicios convirtiéndose en una carga para los pocos que si producen, cuando tiene un accidente y se fractura una pierna y es llevado a uno de nuestros hospitales públicos, cualquiera, no es operado de inmediato y ni siquiera atendido preventivamente por la falta de recursos; esa persona se termina de hundir en la desmoralización y condena la sociedad en la que vive y de la que no comprende por qué le ha tocado tan injusto destino.

Cuando se disolvió la ex Unión Soviética, el magnate mundial y filántropo George Soros, donó a Rusia 3 millardos de dólares para que fueran invertidos en educación y salud para que sus futuros empleados fueran productivos al tener buena educación y buena salud.

En Venezuela nada se hace en ese sentido, los pañitos de agua caliente en que han resultado las misiones no llegan a todos lo ciudadanos y la situación de pobreza continúa igual, para comenzar a reducir los índices de pobreza primero debe tenerse una sociedad preparada que pueda producir de manera efectiva.

La revolución no apunta nada en ese sentido, un plan de alfabetización no es suficiente, debe ir acompañado de soluciones que permitan incorporar a los alfabetizados en planes productivos una vez superada la situación de analfabetismo. Los planes económicos y sociales no pueden ir uno por un lado y el otro por otro. En materia de planificación y desarrollo esta revolución ha perdió la brújula, la apuesta a la renta petrolera deja mucho que desear de estos estrategas quienes andan muy ocupados en acabar con la pobreza… pero la de ellos.

Domingo Alberto Rangel (hijo) plantea una propuesta interesante, la de los cupones de salud y de educación, iniciativa que de ser bien expuesta y desarrollada, `puede terminar en una gran solución. El estado venezolano debería implementar el sistema de cupones de salud, que cada ciudadano tenga acceso a estos y puedan utilizarlos en la red privada hospitalaria en vista del fracaso del sistema público al cual se le tendría que buscar una solución, no para su desaparición sino para su implementación en otros procesos del mismo sistema de salud, como la creación de universidades especialmente dedicadas al desarrollo de la medicina. Es apenas parte de muchas tareas que tenemos los venezolanos. Con el cupón de salud se matan varios pájaros de un tiro, los venezolanos tendrían acceso a la salud en cualquier momento y bajo ninguna restricción, los médicos ganarían los honorarios correspondientes al ejercicio de la profesión, las “inversiones” en equipos y materiales médicos ya no lo haría el Estado sino el sector privado, dándosele un golpe mortal a las mafias de la corrupción con los sobre precios y reparto de comisiones acostumbrados que tienen azotados los presupuestos públicos, los venezolanos tendrían un acceso a la salud de calidad. La idea apenas está fresca hay que desarrollarla.

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