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Por altos costos de los adornos, caraqueños dejan morir costumbres navideñas

Llegó la época decembrina y los venezolanos quisieran mantener sus costumbres navideñas. Decorar la casa, poner el arbolito, colocar las luces y adornar la corona para la puerta son gastos que dejaron de ser prioritarios para algunos caraqueños ya que podría requerir gastar de hasta 100.000 Bs.S.

En un recorrido realizado por el equipo de Analítica.com en diferentes establecimientos ubicados en Las Mercedes, los arbolitos artificiales oscilan entre 81.000 Bs.S (2.15 mts) y 95.000 Bs.S (2.40 mts). Para poder adquirir este producto, se necesitan al menos 39 salarios mínimos. Asimismo, los pinos naturales pueden costar entre 50.000 y 145.000 Bs.S, sin embargo, algunas personas expresaron que los han llegado a ver hasta en 200.000 Bs.S.

Aquellas personas que tienen la costumbre de colocar una corona decorada en la puerta,  pueden conseguir una natural en 1.300 Bs.S.

Las luces LED se encuentran entre 1.900 y 3.900 Bs.S, de pendiendo de la calidad, si son de colores o blancas y de los metros que abarquen. Igualmente, se pudo ver que un set de seis bambalinas ronda entre 2.500 Bs.S y 4.900 Bs.S y las flores decorativas escarchadas cuestan entre 400 Bs.S y 700 Bs.S cada una.

Esto quiere decir que para comprar un arbolito artificial de 2.15 metros y decorarlo con tres paquetes de bambalinas, tres cajas de luces y seis flores escarchadas, el venezolano deberá gastar 82.000 Bs.S, que serían 81 salarios mínimos de 1.800 Bs.S.

El encargado de una de las tiendas indicó que el pago puede ser hecho en dólares en efectivo y sería la cantidad equivalente al precio del mercado negro que se encuentre la moneda en el día.

Venezolanos no pueden pagar estos precios

A través de la red social Twitter, los usuarios han denunciado que a duras penas pueden comer, así que les resulta imposible poder adquirir la serie de productos mencionados anteriormente para decorar sus hogares.

Para muchos resultará imposible cumplir en estas navidades con las diferentes costumbres, pues la hiperinflación ha llevado a los ciudadanos a tratar de sobrevivir y luchar para al menos poder llevar la comida sus casas.

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