Economía

Salarios, neoliberalismo y miseria

El anuncio hecho por el Presidente Chávez con respecto al incremento salarial, cayó en algunos sectores de los empresarios como un retroceso para la reactivación económica.

Un gran número de empresarios, incluyendo a aquellos que se creen postmodernos de pensamiento, se reunió rápidamente y acordaron reducir sus nóminas entre un 15% y un 20% pues según ellos sus empresas eran incapaces de absorber ese nuevo costo salarial.

Me es difícil entender como esta gente pretende reactivar la economía, sus economías, cuando le niegan una inyección de demanda al mercado. Al respecto, cabe destacar que el éxito del abatimiento del desempleo y la gran alza de la demanda durante los últimos 8 años en Estados Unidos de América se debió a que la administración Clinton luchó por el incremento de los salarios mínimos, por la reducción de los tributos y por la inversión interna productiva, cuestión que nuestros empresarios se niegan a hacer por ignorancia. Simón Rodríguez diría que no hay más brutalidad porque faltan brutos; lo cual en palabras de Domingo Alberto Rangel se diría algo como que con una casta que se llama empresarial y que no son otra cosa que una reata de burros salvajes, jamás crecerán las zanahorias.

La política salarial de Chávez, en mi poco modesta opinión, es errada y debería ser objeto de aplausos por parte de los sectores empresariales más retrasados, es decir, por aquellos que se han quedado atrapados en las redes del mercantilismo del siglo XIX, de las cuales nunca salieron.

EE.UU. como el Reino Unido y en general las cinco naciones que manejan el 80% del comercio mundial con su respectivo PIB Mundial, lograron salir de sus respectivas debacles económicas por la vía del aumento salarial y del ahorro, así como de la inversión productiva, basadas en las teorías keynesianas.

Para Lord Keynes debía existir una paridad entre el ahorro y la inversión, cuestión que en Venezuela ha sido relegada a último plano por las administraciones de turno. Para lograr esto, Keynes planteaba ajustes en los niveles de ingresos o Producto Nacional usando para esto un marco teórico basado en el Efecto Multiplicador del dinero.

Este Efecto Multiplicador de Keynes, cuya acción no ha podido ser reemplazada por ninguna nueva teoría económica del llamado neoliberalismo funciona, en especial, cuando el nivel de empleo es bajo, como lo es en Venezuela (en donde el 46% de la masa trabajadora tiene empleos formales y de ella el 25% está cesante) y el nivel de inversión privado y público aumenta, elevando el ingreso nacional. – ¿Cómo se forman estos gastos de inversión? – Estos se forman por medio del aumento (del gasto) – (entrega) – salarial, por medio del incremento en las rentas y otros ingresos de quienes producen servicios o productos, los cuales al ser vendidos y comprados por quienes a su vez, producen servicios, productos, bienes en general , participan en un nuevo ciclo productivo y reproductivo de ahorro e inversión y nuevamente vuelven a invertir estas entradas, produciéndose un efecto multiplicador de la inversión.

Siempre que se genere un ingreso, habrá algún tipo de propensidad al ahorro; en este caso la propensidad puede ser vía utilidad en el caso del productor, vía plusvalía, etc., el trabajador asalariado también tratará de ahorrar algo, lo cual entra al flujo bancario que a su vez entrega el dinero como préstamo para la inversión o reinversión. En el caso de un productor, parte de su utilidad, ganancia o renta debería ir, al menos en una economía no especulativa, al aumento de la producción, al comprar más máquinas o echar a andar las existentes contratando más mano de obra para satisfacer la nueva demanda generada por el aumento salarial y por la nueva ola de inversiones. Claro, si el productor en lugar de aumentar su producción mediante la inversión invierte en dólares, saca el dinero del país, o lo usa para inversiones meramente especulativas, obviamente no se reactivará ni incrementará el Producto Nacional.

El incremento inicial, en este caso el 20% de aumento de salarios decretado por Chávez, será igual al gasto de Inversión Nacional, más la inversión invisible generada por la parte correspondiente a las leyes sociales que entra a los caudales públicos y que de alguna manera también tienen que salir por la vía de la inversión a aumentar el Producto Nacional. Si en este caso actúa el Efecto Multiplicador de Keynes, por este solo concepto el PIB debería aumentar en no menos de un 1,75% en este año. En consecuencia el incremento inicial en los gastos será igual al incremento nacional más la parte de ese incremento que ha sido reinvertido, puesto que la reinversión ha ganado a su vez, nuevos ingresos y nueva producción, que es lo que en definitiva mueve a la economía.

Por lo anterior podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que las políticas salariales de Chávez han sido tibias desde el inicio de su gobierno y esa es la razón por lo cual no se ha reactivado la economía. La pérdida real de los salarios, entre 1975 y este año 2000 es de aproximadamente unas 3 veces. Ante esto cabe preguntarse: 1° – ¿Cuántas veces ha aumentado el desempleo desde 1975? – Respuesta: 3 veces. ¿Cuánto ha aumentado la pobreza desde 1975 hasta el año 2.000? – Respuesta: 3 veces. ¿En cuánto ha aumentado la inflación desde 1975 a la fecha? – Respuesta: más de tres veces. ¿En cuanto ha caído el PIB desde 1975 a la fecha? – De un promedio de 1,5% a –7,2%, es decir más de 3 veces. Todo esto demuestra que hay una relación directa entre las políticas salariales y el crecimiento económico. +La pérdida de los salarios ha significado, en las economías que lo han practicado un total fracaso. Se cae en prácticas especulativas y éstas tienen un efecto contrario al buscado: véase el caso argentino, peruano o mexicano, en donde jamás la desocupación ha podido ser manejada y por el contrario ella sigue aumentando geométricamente.

Como podemos apreciar, desde que comenzó el sistema a descargar el peso de la desinversión sobre los más pobres de la sociedad al no reactivar el aparato productivo, se creó el círculo vicioso de desempleo, cierre de empresas, contracción de la demanda e inflación. Este mal la economía lo ha venido viviendo desde 1979 en un ritmo ascendente creando una serie de distorsiones en el sistema económico que nos llevaron a la calamitosa situación que hoy vivimos.

La flojera mental de los tecnócratas neoliberales, observada en el último año y medio del gobierno bolivariano, ha querido recuperar algunos depreciados guarismos económicos por medio de la sobrevaluación del bolívar por una parte y por medio del control de la inflación de acuerdo al fracasado modelo económico argentino, por el otro. La receta de Cavallo ha sido un rotundo fracaso pues aumentó la cesantía en una año y tres meses en 700 mil personas y la pobreza la elevó a más del 80% de la población. Las consecuencias de este fracaso no se hicieron esperar: desinversión en aumento, fuga de capitales, aumento de la delincuencia, aumento de la población informalizada, aumento de la flexibilización laboral, recursos ineficientes para los servicios públicos, etc.

¿Cuál es la respuesta del sector más reaccionario o débil del empresariado con respecto al aumento salarial decretado por Chávez? – No es otro que crear más desinversión y menos gasto. La consecuencia de esto será más paralización económica, más fuga de capitales, menor producción, etc. – Ante este panorama ¿qué debe hacer el gobierno? – Decretar control de precios, el cual trabajó exitosamente en los setenta, decretar inamovilidad laboral, aumentar los incentivos a la mediana y pequeña empresa, cambiando las reglas tributarias. Las empresas que más trabajadores empleen de acuerdo a sus capacidades y que más produzcan deben ser pechadas de acuerdo a escalas productivas y de empleos. Las que de acuerdo a sus unidades económicas productivas den más empleos y produzcan más y barato, deben ser premiadas con menos tributos. Eliminar el IVA es otra posibilidad de reinversión y de ahorro.

Al aumentar de esta manera la presión sobre el consumo, en lugar de crear inflación, la economía responderá con mayor gasto, es decir mayor reinversión creando mayor cantidad de fuentes de trabajo. ¿Por qué no habrá presión inflacionaria? – Por la simple razón de que el mercado está totalmente contraído y la respuesta a las necesidades reales de consumo no están siendo satisfechas como debían. En los actuales momentos, en un país con casi 24 millones de habitantes, el consumo real, es decir el que satisface las necesidades del individuo, es ejercido por solamente unos 5 millones de personas; lo demás son consumidores marginales, que no tienen mayor peso ni incidencia en las características que adquiere el mercado.

*Politólogo

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