Economía

¿Se abren las puertas del crédito?

(Bogotá )Fueron muchos meses de sequía crediticia. La «pelea» entre el gobierno y los banqueros estaba anunciada. «Que salgan de sus cuarteles de invierno y presten», exigía con insistencia el ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo. Pero no ocurría nada.

La situación llegó a tal grado que el año pasado, virtualmente, los bancos dejaron de prestar. La cartera, en términos nominales, cayó en un seis por ciento.

Fueron varias las medidas que adoptó la autoridad monetaria, entre ellas el de dar más liquidez al sistema, facilitar su capitalización y recientemente, castigar menos las utilidades del sector modificando el régimen de provisiones o de protección a la cartera vencida.

Y parece que la cosa comenzó a funcionar. El crédito bancario empezó a reaccionar. En el primer trimestre del año aumentó, nominalmente, 6,7 por ciento que aunque no es suficiente para el propósito de reactivar la economía, si es un signo en el entendido de que los banqueros, al parecer, cambiaron de actitud.

Los sobregiros, hasta hace poco restringidos y limitados a clientes de «primera clase» se restablecieron y las ventas con tarjetas de crédito, levemente se reactivaron.

Buenas señales

Un informe de la Asociación Bancaria de Colombia (Asobancaria) indica que los créditos nuevos de los establecimientos financieros muestran, en lo corrido del año y exceptuando la cartera hipotecaria, un volumen promedio diario superior al del pasado en todas las líneas de colocación.

Los préstamos para vivienda registran una caída por encima de 37 por ciento. En este frente se manifiesta todavía un marcado desánimo por la poca comprensión que se tiene de la nueva Ley de Vivienda y su prolongada interinidad jurídica en la Corte Constitucional, donde debe sortear un fallo de legalidad.

Según datos de la Asobancaria, entre enero y abril, los préstamos promedio diario para consumo pasaron de 10.000 a 12.000 millones de pesos; los ordinarios de 20.000 a 23.000 y los corporativos o preferenciales de 20.000 a 25.000 millones de pesos.

Para la asociación de banqueros, la dinámica de los créditos nuevos indica que la cartera está reaccionando positivamente a la reanimación de la producción en otros sectores de la economía.

Estimados del gobierno señalan que la recesión tocó fondo, que por lo menos estadísticamente se acabó y que en el primer trimestre de 2000, el Producto Interno Bruto (PIB) creció uno por ciento después de haber caído 4,5 por ciento en 1999.

Mejoran los balances

La mejor disposición de los banqueros para prestar se explica en parte por los resultados en el balance de sus negocios.

El último informe de la Superintendencia Bancaria señala que el conjunto del sector, después de la «purga» al que fue sometido, dejó de perder tanto dinero.

Al finalizar el trimestre pasado, el saldo en rojo, que hace un año era de 333.000 millones de pesos, se redujo a 82.000 millones.

Incluso los bancos privados, que en 1999 perdieron 47.700 millones de pesos entre enero y marzo, pasaron a ganar, en el mismo período de 2000, 63.000 millones.

Pero además, la calidad de la cartera (que mide las deudas vencidas frente a la totalidad de colocaciones) ha mejorado significativamente.

La situación llegó a tal grado que el año pasado, virtualmente, los bancos dejaron de prestar. La cartera, en términos nominales, cayó en un seis por ciento.

En noviembre pasado, de cada 100 pesos prestados por los bancos, 16,50 se consideraban de alto riesgo. Cuatro meses después, en marzo, ese indicador bajó al 12,20 por ciento, unos 430.000 millones de pesos.

Aunque las oportunidades de conseguir crédito en el mercado nacional han mejorado, el sector privado y, especialmente las empresas, tienen ahora mejores oportunidades de obtener préstamos internacionales a menores costos.

El Banco de la República eliminó un depósito obligatorio, de diez por ciento, al endeudamiento externo. Con la supresión de esa especie de encaje, el costo financiero de un crédito, según estimados de la Asobancaria, podría caer 1,1 por ciento.

No es mucho pero algo es algo. Aunque el gremio financiero no le da mayor importancia a ese hecho y considera que la medida es tardía y no generaré una mayor preferencia por el endeudamiento en el exterior, la autoridad monetaria sí la estima importante en la medida en que abrirá más la competencia por la colocación de recursos entre la banca nacional y la extranjera.

Ojo con los intereses

Un buen consejo para quienes proyectan endeudarse es que aprovechen ahora tanto la mejor actitud de los banqueros, como el relativamente bajo costo del dinero. Las tasas de interés van a subir. De hecho ya lo están haciendo.

La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) considera que en el escenario de recuperación económica y ajuste fiscal, se producirá un alza de la DTF (que mide el costo de las captaciones bancarias y la que determina el de los créditos) a un nivel del 15,5 por ciento hacia mediados del año. En la actualidad la DTF se encuentra en el 11,5 por ciento.

De acuerdo a la Anif, la razón de ese comportamiento es simple. En la medida en que se consolide la recuperación de la economía, escasearán los recursos a prestar y habrá una presión al alza en las tasas de interés.

El autor de este artículo, periodista colombiano especializado en temas financieros, es editor económico en Bogotá de la emisora Radio Caracol.

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