Economía

Sobre el rentismo y otras dolencias petroleras

Examinando la colección de «Ensayos» de (%=Link(«http://www.petroleoyv.com/»,»PETROLEO YV»)%) y otros trabajos aparecidos en (%=Link(«http://analitica.com/va/economia»,»Venezuela Analítica»)%) en tiempos recientes, he podido advertir esa «escuela de pensamiento» que comparte la teoría que es preferible, por su efecto multiplicador sobre la economía, lograr los ingresos petroleros preferiblemente por la vía de bajos precios y altos volúmenes, que viceversa. Ellos hablan del rentismo , en oposición a su preferencia, la política de alta producción, que podríamos denominar volumétrica, aunque también le dicen de «orientación productiva».

Proponemos iniciar una revisión de estos conceptos, bajo el prisma de la Ingeniería Económica, que acude a diversas herramientas (costo marginal de corto plazo, disposición a pagar, …) – poco mencionadas en las discusiones sobre el tema.

Repasemos algunas de las opiniones 1

* * *

La posición inicial es esbozada por Ramón ESPINASA en su trabajo (%=Link(«http://analitica.com/va/economia/opinion/1531941.asp»,»Venezuela un país petrolero«)%) aparecida inicialmente en Venezuela Analítica (marzo 2001) y luego, en tres partes, en los ensayos de Petróleo YV, sin fechas.

Esta posición de ESPINASA es elaborada en cuanto al programa de expansión, aunque admite algunos cuestionamientos que resaltaremos más abajo. Notemos algunos de sus argumentos (ibidem):

    o «Recibir el grueso del ingreso nacional a partir de una renta es la negación del trabajo productivo y en general de las virtudes que promueven y conlleva el desarrollo».

    o «A Venezuela le conviene una política petrolera de estímulo al crecimiento del sector y no a una política de corte rentista…»

Ello estaría basado en varias circunstancias:

    v las ventajas comparativas de poseer en términos individuales las reservas petrolíferas más altas;

    v las ventajas comparativas de la ubicación geográfica;

    v cociente explotación/reservas bajo;

    v (%=Link(«http://www.opec.org/»,»OPEP»)%) no podría controlar precio del crudo en el largo plazo;

En consecuencia a Venezuela le convendría una participación volumétrica importante en el mercado petrolero. A diferencia de los otros: «Por el contrario, países caracterizados por una política petrolera de orientación rentista, los cuales favorezcan restringir la actividad productiva a favor de aumentar la renta …»

Ahora bien, los volúmenes llevan asociada una hipótesis de precios, por tanto de ingresos, bajo los siguientes estimados:

    1. el precio internacional del petróleo se va a mantener en el largo plazo, oscilando alrededor de una tendencia de 20 $/b; Venezuela no tiene la capacidad de fijar el precio, por el contrario, lo toma del mercado mundial.

    «.. los parámetros que condicionan la evolución de la producción permitirían duplicar la producción en los próximos dos lustros (6 MMBD en 2010) y triplicarla en los próximos tres…» (9 MMBD en 2015);

    2. la expansión de la producción en Venezuela incide poco en el nivel mundial;

    3. la producción venezolana no influye significativamente sobre el precio mundial;

    4. base de reservas del país prácticamente infinitas

Vemos como un simplismo reconocer las dicotomías extremas, como si precios bajos automáticamente implicaran altos volúmenes y viceversa (ver Fig. 8 al final), alguna clase de elasticidad-precio. Coincidimos sí en la conveniencia de maximizar el uso de las reservas, bajo el fantasma del alza y caída de muchas materias primas en la historia, ganado argentino, guano chileno, balatá asiático, carbón, …

Advertimos sin embargo cierta lasitud en la precisión de los términos en discusión: renta (precio), volumen, o ingreso (la multiplicación de ambos), por ejemplo : «El Estado tiene el derecho y el deber de administrar la base de hidrocarburos del país y obtener la máxima renta a partir de la explotación de ese recurso natural…» – y posteriormente declara que «El Estado …como propietario tiene la obligación de velar que se maximice el ingreso que se deriva de la explotación de su recurso…» – porque justamente la discusión nuestra es que la variable clave es ingreso, ya venga de volúmenes o de rentas, y del modo de usarlo, para apreciar si es multiplicador o es ajeno a la economía («situación dualista»). Ello lo analizaremos más abajo.

* * *

Andrés SOSA PIETRI es otro auspiciador de la teoría. Su trabajo (%=Link(«http://analitica.com/va/economia/opinion/8497312.asp»,»Venezuela y el petróleo«)%) (Venezuela Analítica; 16/05/01) es bastante explícito:

    o «No cabe duda de que en Venezuela hay una relación directa entre la inversión petrolera (sobre todo la asociada a la producción) y el crecimiento general de la economía…»

    o «…el desempeño económico en nuestro caso ha estado asociado a la producción petrolera, y no a los precios del petróleo; en otras palabras, al trabajo, a los requerimientos de la producción misma, y no, a la renta, al más alto precio posible con la más baja explotación…»

    o «nuestra historia económica también nos muestra que con los precios altos, lejos de contribuir al desarrollo económico, lo comprometen gravemente…»
    o «la política petrolera de 1960 hizo que el país desaprovechara el petróleo como locomotora de otras área competitivas de nuestra economía y, en consecuencia, cambió un largo ciclo de crecimiento sostenido… por uno de estancamiento y recesión…»

    o «al analizar las cifras… el desempeño económico en nuestro caso ha estado asociado a la producción petrolera y no a los precios del petróleo…» (nuestra negrita)

    o «el trabajo no puede ser sustituido por la renta…»

Los períodos analizados para tales constataciones fueron básicamente 1974-79 v. 1961-70 v. 1951-57. Igualmente 1984-85, 1988-89, 1990-92 y 1993-94.

La implicación final es una «estrategia de producción y expansión», desestimando una guerra de precios, y retirando la R. B. de Venezuela de la OPEP.

Andrés haría bien en discriminar en su análisis aquellos lapsos donde la producción aumentó o disminuyó por efecto de la modulación del potencial existente (sin aumentos de capacidad ni inversiones, costos marginal de corto plazo, CMCP), de los períodos donde hubo inversiones para aumento de capacidad (costo marginal de largo plazo, CMLP), condiciones drásticamente distintas.

* * *

Por su parte Juan Carlos SOSA AZPURUA (Venezuela Analítica, (%=Link(«http://analitica.com/va/economia/opinion/7302627.asp»,»Proyecto Manhattan, perdón, proyecto Ley de Hidrocarburos»)%) ; 28/06/01) acepta el concepto reiteradamente:

    o «Es como si la historia no le hubiere enseñado [a Silva Calderón] que
    la política petrolera del modelo rentista llegó a su fin en 1975, agotada
    e inservible…» (nuestro destacado)

    o «En ese entonces, se creía que el petróleo no duraría diez años, que se acabaría. Se hacía inevitable promover una estrategia de precios altos…»

    * * *

    POSICIÓN CRITICA.

    Del lado de los iconoclastas o disidentes del ataque rentista, están –que yo sepa- los «Comentarios» de Juan Pablo Pérez Castillo (en Venezuela Analítica: (%=Link(«http://analitica.com/va/economia/opinion/2814222.asp»,»Comentarios a un controversial ensayo sobre Venezuela y su Petróleo,»)%) 16 de mayo 2001) seguidos por uno mío titulado (%=Link(«http://analitica.com/va/economia/opinion/5830793.asp»,»Observaciones a los *Comentarios a un controversial ensayo* &&«)%) (idem, 11 de julio) que luego dieron lugar a unas notas adicionales en (%=Link(«http://analitica.com/va/economia/opinion/7134320.asp»,»¿Vender petróleo al costo marginal?«)%) (AMA, Venezuela Analítica 12 de agosto) y la respuesta, (%=Link(«http://analitica.com/va/economia/opinion/3949345.asp»,»¡No vender petróleo al costo marginal!«)%) (JPPC, Venezuela Analítica 21 de agosto).

    En lo personal los temas analizados me merecen los siguientes comentarios, básicamente sobre los «aspectos conceptuales» implicados.

    DUALISMO vs. FACTOR MOTOR (DEL INGRESO)

    A mi juicio el efecto multiplicador no tiene nada que ver con precios o volúmenes altos o bajos, sino con el nivel del ingreso y su modo de aplicación (Figs. 1 y 2), estableciéndose dos instancias:

      o cuando el ingreso adicional es producto del grado de utilización de la capacidad instalada (ver Fig. 8), por costos incrementales mayores, con muy pocos efectos indirectos (muchos ni se enteran que prendieron unas bombas, ver Figs 1 y 2);

      o cuando el ingreso es producto de la expansión del potencial instalado. Y aquí el impacto multiplicador puede ser nulo cuando la aplicación es «dualista. Fig. 3.

    El beneficio de la producción per se es cuestionable, porque podría ser anulado por el «dualismo»: la locomotora pasa por las estaciones (de la economía interna) a toda velocidad y los pasajeros a la espera se quedan con los ojos claros y sin vista…, ni se enteraron, no pudieron ni venderle clavos, ni papel toilet, porque todo lo importaban, como en los viejos tiempos(2) con la economía enclave de MAYOBRE

    Solo hay arrastre con inserción completa. La Fig. 4 ilustra la idea de una curva de indiferencia del PIB ante un ingreso petrolero dualista, mientras que se dinamiza por los efectos multiplicadores del engranaje. Igualmente se ilustra (Fig. 3), una vez disponible el ingreso por la vía que sea (rentista o volumétrica), el caso de políticas económicas a favor del empleo (para luego adquirir servicios) en lugar de regalar dichos servicios (políticas económicas recientes, Fig. 5).

    Yo podría tener un PIB igual por cada nivel de ingreso generado, no importa cómo (volumétrico o rentista); porque todo depende del modo del uso del ingreso, porque el impacto del empleo petrolero (Fig. 6) en sí no sería significativo. Entonces la curva de isocuantas (Fig. 4) es válida.

    El punto se esclarece con el siguiente análisis.

    LA «PARADOJA» DE RODRÍGUEZ

    El punto es diagnosticado y descrito muy acertadamente por Miguel A. RODRÍGUEZ (Cf. «La Política Petrolera para el Desarrollo» (PETROLEO YV, s.f.) en los lapsos citados. Advierte el economista :

      «Dos episodios de mediana duración de la historia económica reciente de Venezuela nos ilustran las posibilidades (y los peligros) en el largo plazo de una política petrolera expansiva dependiendo del contexto de política económica en donde se ejecute».


      1990-92

      «En dos años, la producción petrolera aumentó en un 40% (unos 700 mil barriles diarios) hasta alcanzar unos 2.600.000 barriles diarios. Los resultados para la economía en su conjunto fueron extraordinariamente positivos: el crecimiento promedio del PIB del 8% en términos reales de 1990 a 1992 fue el más alto de América Latina, y el desempleo bajó al 6% hacia fines de 1991 (el sector informal también experimentó una importante disminución). El aumento de la inversión por parte de PDVSA fue una de las causas fundamentales detrás de la expansión del PIB, como consecuencia de la reducción del componente importado de estas inversiones que potenció el efecto multiplicador de las mismas en el resto de la economía. (resaltado nuestro)

      1996-98

      Contrariamente, el incremento de la inversión petrolera de 1996 a 1998 no tuvo las mismas características expansivas sobre el resto de la economía, precisamente por la calidad del resto de la política económica. A pesar del importante aumento de la inversión y de la producción petrolera en unos 500 mil barriles diarios en estos tres años, no hubo crecimiento real de la economía, y el desempleo y el sector informal aumentaron de manera significativa (la tasa de desempleo alcanzó niveles cercanos al 15% a fines de 1998).

      El aumento de la inversión petrolera que se da a partir de 1996 ejecutado por PDVSA y las empresas privadas que comenzaron a participar en el proceso de apertura petrolera, se convirtió fundamentalmente en demanda de bienes de capital y de servicios provenientes del exterior, al aumentar el componente importado de los proyectos…» [nuestro destacado]

    Sobran comentarios.

    INGRESO, NO PRECIO NI VOLUMEN – CMCP distinto a CMLP

    No tiene mucho sentido hablar de rentas vs. volúmenes. El punto clave de diagnóstico es ingreso, no los volúmenes (excepto cuando hay engranaje con la economía interna), pero todavía el enfoque es incompleto: habría que ver la importancia de los costos variables en cada caso, si es que hay capacidad ociosa (Fig. 7 ); a menos que hablemos de expansión de la capacidad instalada en la modulación de la demanda .

    Suponiendo un mismo ingreso petrolero derivado de las dos posiciones extremas ($/b * b/d), todo va a depender de la política económica – una vez dijimos que en los países monoexportadores de petróleo la política económica es la política petrolera… nos faltó este remate, especialmente en cuanto a la selección del potencial óptimo de producción.

    ¿VOLÚMEN NACIONAL, PRECIO INTERNACIONAL?

    ¿Cómo se puede pretender una política petrolera basada en la manipulación de precios y volúmenes si tal cosa no es posible, prácticamente? Los precios son como se sabe una variable exógena, y tampoco los mismos volúmenes son previsibles. En nuestro anterior trabajo produjimos un gráfico (Fig. 9) que mostraba las combinaciones históricas entre las dos variables: altos precios altos volúmenes, hasta bajos precios bajos volúmenes — ¿entonces?

    A este respecto es muy ilustrativa la descripción del mercado internacional de QUIRÓS CORRADI (cf. «Good bye Riad», Petróleo YV, s.f.):

      id, 2 de 4:

      «…lo que hacía la decisión de Riad diferente a la política anterior era que intentaba proteger –a la vez– precios y participación de mercado. Para ello, el precio al cual la OPEP cerraba producción tendría que ser lo suficientemente bajo como para haber sacado ya del mercado a los productores más costosos y desestimular en el corto plazo inversiones en ese mismo petróleo…»

      «…cerrar producción a 15 $ sería una acción sumamente peligrosa y el comienzo de un regreso a estrategias de recorte de producción unilaterales, ya probadas y fracasadas en el tiempo, por resultar en pérdidas inaceptables de participación en los mercados mundiales, resultará también en una disminución importante del ingreso global petrolero para los países de la OPEP, por la combinación de dos elementos críticos negativos: bajos precios y bajos volúmenes de producción…» (nuestra negrita).

    De donde se colige que hay más cosas en el cielo y la tierra que la posibilidad de un país miembro de seleccionar cantidades específicas de precio y cantidad. Como termina QUIROS: «De lo que se trata es de decidir si los países miembros cierran o no la producción ante las caídas de los precios. ¿cuándo? donde?…»

    Entonces viene el tema de la modulación de la oferta, donde todo depende de la situación de cada país (el donde), respecto del potencial disponible, en el corto y en el largo plazo, el cuando, como sigue.

    LA MODULACIÓN DE LA DEMANDA – LA «CORPORACIÓN OPEP»

    El seguimiento de la oferta detrás de los movimientos de la demanda, o modulación, depende básicamente si el país dispone o no de capacidad ociosa (excedente del potencial sobre la demanda solicitada). Ver Fig. 8 anexa. Es decir, si la producción de un barril adicional implica o no la expansión de la capacidad instalada (con la correspondiente inversión en exploración, perforación…). En el primer caso la producción adicional implica muy bajos costos, básicamente energía y algún personal, aparte del transporte.

    Se plantea así una interesante cuestión respecto del óptimo operativo que pudiera ocurrir cuando se coordina la producción de entre los países miembros, de acuerdo a los respectivos costos marginales de corto plazo (Fig. 6). Se advierte que si se despachan primero los pozos (países) de menor costo, la operación conjunta podría dar lugar a notables ahorros en los costos incrementales, porque los fijos (hundidos) ya no pueden disminuirse. Obviamente, habría que compensar de alguna manera a los países que dejan de vender (producir), por parte del fondo común de operaciones, alimentado con los ingresos globales.

    Esta metodología evitaría parcialmente la competencia entre volúmenes, asociada parcialmente a la explotación de los crudos de menor costo, conocidas las rentabilidades marginales de cada uno de los pozos (3) .

    La modulación de la oferta haciendo uso de la disponibilidad (Fig. 8) de capacidad ociosa (cerrar/abrir producción) está muy bien ejemplarizada en el excelente recuento de la evolución de los precios petroleros por Francisco PARRA (v. «Oil Prices: An Agreeable Consensus», en Petróleo YV, s.f.), y de hecho ha sido el mecanismo fundamental para el logro de los objetivos de precios en toda la historia de la OPEP.

    Solo la disposición de capacidad ociosa permite la modulación, lo que tiene que ver con otro tema: la selección del potencial óptimo de producción. Pero antes corresponde comentar otro que tiene que ver con la competencia dentro de la OPEP, como apunta QUIROS (idem).

    COMPETENCIA vs ACUERDO ENTRE VENDEDORES

    Dice Quirós: «Ratifico mi creencia que a la OPEP le iría mejor compitiendo abiertamente en un mercado sin restricciones, por la ventaja competitiva que se deriva de ser un productor de menor costo…». Y cita la membresía de OPEP ante la OMC («Temas para una cumbre»; Petróleo YV, s.f.)

    Nos permitimos discrepar de esta creencia, hombres de poca fe. El «valor» de un mercado está dado básicamente por la acumulación de las «disposiciones a pagar» de los consumidores, que es una suma fija. La apropiación de esta renta ha sido peleada entre los distintos actores, y los gobiernos de los países consumidores se han beneficiado mayormente, aunque los países productores han mejorado su tajada.

    Sin embargo, aunque la DAP aumente en el tiempo, se podría modificar la estructura de su participación, presionando del lado de la OPEP. Desde esta perspectiva, la creencia de QUIROS no hace un buen servicio a la mejora de la participación de los países miembros con la introducción de esta competencia, todo lo contrario; incluso actuando como grupo. PARRA lo reconoce nítidamente, «en un mercado verdaderamente competitivo los precios estarían millas por debajo…» (idem, p.2).

    Lo que, tratándose del uso de la capacidad ociosa como mecanismo de accionamiento sobre el mercado, aparte de la capacidad intrínseca de generar ingresos, nos lleva al último punto de esta «revisión»: la selección del potencial óptimo.

    LA SELECCIÓN DEL POTENCIAL OPTIMO DE CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN

    Ya hemos visto las distintas hipótesis sobre el potencial de producción, desde Andrés SOSA, saliéndose de la OPEP, pasando por ESPINASA, con una hipótesis volumétrica matizada, suponiendo que los otros países miembros permiten el aumento de la participación de Venezuela en la lucha por el mercado, hasta el extremo de QUIROS permaneciendo en la OPEP pero cuestionando sus metas básicas(4).

    Son posiciones petroleras, en lugar de posiciones de economía política o de política económica. Incluso se ha dicho, «invertir para aumentar nuestra capacidad sostenible (neta) de producción petrolera con el fin de compensar con volúmenes, hasta donde sea posible, la caída de los precios del petróleo…» — ¿O sea, el ingreso?

    Esta materia la consideramos de vital prioridad para ser analizada por los estudiosos. La política económica es la política petrolera, y el financiamiento de la economía dependerá, como fuente, de esta variable, aparte de los modos de uso. No debería ser tan excesiva que drene la disponibilidad para otros sectores nacionales, ni tan modesta que pequemos y fallemos. Hay que optimizar las exigencias nacionales con las restricciones internacionales, incluyendo las limitaciones ambientales.

    Se han planteado diversas propuestas (ver Fig. 10). Pero estas opiniones deberían venir respaldadas por enjundiosas planificaciones, que justifiquen cifras tan claves para el futuro del desarrollo económico nacional.

    * * *

    Encontramos nuevamente en la opinión de Miguel A. RODRÍGUEZ (artículo citado) el enfoque más balanceado, desde el punto de vista de la planificación económica, por encima de la petrolera, cuando dice:

      «…la política petrolera eficiente para Venezuela no es aquella que maximiza la renta petrolera, sino aquella que, en conjunción con una política económica integral, sea capaz de impulsar el máximo crecimiento de los distintos sectores productivos de su economía en el largo plazo…» (nuestra negrita).

      Esta debería ser la doctrina, sin entrar en discursos estériles sobre rentismo y vocación productiva.

      Sin embargo parece sesgarse como fin de fiesta por la posición volumétrica (¿did I say bolumétrica?), al contrario de la «rentista» cuando expresa :

      «La combinación de altos volúmenes de producción y precios moderados del petróleo permitirán disminuir la renta a niveles compatibles con una tasa de cambio permanentemente más competitiva, que aumentarán el efecto multiplicador de las inversiones del propio sector petrolero en el resto de la economía a través de la disminución de la componente importado de las mismas…»

    Estas son nuestras opiniones, a título de contribución. Habrá que donarlas a algún «Centro de Pensamiento» de Economía Energética. Vale.

    FIGURAS CITADAS


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    Notas:

    (1) Agradezco a mis amigos Ing. David Darío BRILLEMBOURG, Individuo de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat y Dr. Luciano RENI, Investigador Asociado de la Univ. de Paris IX-Dauphine por su gentileza al criticar el borrador de este trabajo.

    (2) Recordemos la situación descrita por el Inspector de Minas Luis F. CALVANI donde consta «la prohibición a los empleados venezolanos de penetrar en las residencias de los extranjeros» (AMA; 1973, 199), que José Antonio MAYOBRE denominaba «la típica economía de enclave» (v. Fundación Polar/El Nacional; Historia de Venezuela en imágenes, fascículo 17). Aquí se mencionan las primeras posiciones sobre las políticas petroleras posibles, como sigue: Gumersindo TORRES, Vicente LECUNA y Alberto ADRIANI protagonizan las primeras discusiones sobre el destino de la renta petrolera:

    1. DUEÑO DEL SUELO ES DUEÑO DEL SUBSUELO (Gumersindo TORRES)

    2. ESTADO RENTISTA (Vicente LECUNA)

    3. SEMBRAR EL PETROLEO (Alberto ADRIANI)

    (3) Incluso se plantea la posibilidad de convenios bilaterales, cuando un pais solicita a otro de menor costo marginal la entrega de un embarque, siendo repartido el ahorro obtenido (por los menores costos de producción), a medias. La competencia entre los miembros de OPEP puede ser también armonizada con el plan de Alí RODRÍGUEZ de homogeneizar las cargas fiscales territoriales, en lo cual seguramente entra la propuesta de ley de SILVA CALDERÓN. Pero la consideración de los costos regionales parece enfrentarse a las exigencias de las soberanías, que en los tiempos de las Hermanas era más plausible y expedito.

    (4) QUIROS mantiene unas recomendaciones para la reingeniería de la OPEP que considero muy convenientes, especialmente las relativas al estudio de los riesgos del impacto ambiental –el fantasma ecológico–y la visión del problema energético como un todo (incluyendo especialmente el gas).

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