Economía

Sobre la cédula del buen vivir

Estamos de acuerdo con que se esté hablando de una ‘cédula del buen vivir’; sólo que creemos, que el buen vivir se logrará en Venezuela cuando todos los venezolanos que tengan su cédula de identidad y estén en edad de trabajar, dispongan de un trabajo digno, permanente y bien remunerado en el llamado sector formal de la economía, y puedan salir a comprar, caminar, estudiar o a divertirse, sin sentir el temor y desasosiego de la inseguridad…

¿Cédula o tarjeta de crédito con camuflaje? La cédula del buen vivir como ha sido esbozada, no es mas que una tarjeta de crédito que permitirá a las personas con cuenta nómina, en bancos estadales, adquirir alimentos y bienes de línea blanca o marrón con financiamiento, cuyo fin predecible es el de entubar el consumo en la red de los biceabastos y tener enganchados con deudas a sus portadores en un banco del Gobierno y que a la larga una buena porción de los créditos adquiridos por los tarjetahabientes que caigan en situación de morosidad extrema, tendrá que ser asumida por el Estado como parte de los gastos sociales…

Gastos o inversiones sociales. En materia social en vez de más gastos sociales lo que se requiere es de inversiones sociales. Las inversiones sociales se realizan para que los ciudadanos gocen de una mejor salud, mejor educación; es decir, tengan una mejor calidad de vida. Nos referimos a hospitales, edificaciones de enseñanzas, electricidad, autopistas, agua potable y otros similares…

Créditos para consumo no  resuelven la pobreza. Intentar resolver la pobreza con créditos para el consumo, sólo provocará que haya mas personas pobre y que los pobres continúen como están. Mejores resultados tendríamos si a los trabajadores independientes o en situación de pobreza extrema fuesen apoyados con microcréditos blandos otorgados por el Estado, pero con criterios y requisitos distintos a los exigidos por los bancos comerciales y públicos, como lo hizo Mohammad Yunus en Bangladesh a través del Banco Grameen, cuyas condiciones eran: crédito por un monto pequeño, lapso no superior a un año, para microempresas, no se exigía garantía, y eran operaciones apolíticas…

¿Cómo se ve usted dentro de diez años? Sería la pregunta fundamental que habría que hacerle a todo aspirante a estos microcréditos, y por nada del mundo se le debería preguntar su inclinación política. Su respuesta nos daría  señal de su actitud y del nivel de su plan de vida para mejorar. Si su respuesta es precisa y concreta sobre la actividad a desarrollar, significa que tiene idea de lo que quiere. Si su respuesta es dispersa y ambigua, significa que no ha pensado en ello; por lo tanto requiere de esfuerzos que lo ayuden a enfocarse. Y si contesta con negativas, como un no sé, peor que ahora, o quizás haciendo lo mismo, eso significa, que le va a ser muy difícil mejorar su situación, por lo que requiere, a parte del crédito, de una mayor atención, sintonización y formación…

El complemento educativo. Como sabemos, el principal causante de la pobreza en término general es la falta de preparación adecuada y sobre todo falta de educación financiera, es por ello, que cursos básicos, tales como el ABC de la Finanzas, Orden en las Organizaciones, Gerencia por Estadística, Desarrollo de un Plan Financiero Personal, y otros tanto, como los que va a dictar la Escuela de Empresarios y Emprendedores del Zulia, adquieren un valor complementario excepcional, si en verdad se quiere emprender caminos hacia la eliminación de uno de los tipos de  pobrezas, como lo es, la pobreza económica…

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