Sostener la presión demográfica
“Cuando alcanzamos los 200 millones, se consolidó nuestra posición, pero en los 300, estamos empezando a derrumbarnos bajo nuestro propio peso de una calidad de vida degradada”, afirma el experto en demografía Dowell Myer, mientras en EEUU se celebra la llegada del habitante 300 millones.
EEUU es el tercer país más poblado del mundo, tras China e India. Cada siete segundos nace un niño y cada 31 llega un inmigrante. Un día cualquiera nacen 11.000 niños y 3.000 inmigrantes cruzan la frontera estadounidense. De ahí, que los expertos, como William Frey de la Brooking Institution, apuesten porque el “bebé 300 millones” habrá sido un niño nacido de una madre mexicana en Los Ángeles, donde los inmigrantes hispanos son tan numerosos que el español es el idioma más oído en sus calles.
La comunidad hispana es la que más crece dentro del país. De los 40 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos, el 15% son de origen hispano. Muchos de ellos entran de manera ilegal a través de los aeropuertos o cruzando el desierto de Arizona.
A diferencia de lo que ocurre en otros países desarrollados como en Japón o los de la Unión Europea, Estados Unidos sigue siendo un país joven. Y esto es gracias a la inmigración. Frey afirma que los inmigrantes son responsables del 40% del crecimiento de la población. Según el Pew Research Centre, el 55% de los últimos 100 millones de ciudadanos que ha sumado EEUU son inmigrantes. En 1967, cuando el país superó los 200 millones de habitantes, la cifra de inmigrantes era menos de la mitad de lo son hoy en día.
Los estudios del la Oficina del Censo ponen de manifiesto que el número de jóvenes seguirá siendo mayor que la población de más de 65 años hasta el año 2045, cuando la balanza se igualará. Sin embargo, otros actores estiman que para el año 2030, Estados Unidos tendrá serios problemas para pagar las cuotas de jubilación si el sistema de financiación de la seguridad social no cambia.
“Costó más de 100 años llegar a los 100 millones; más de 50 años batir el récord de los 200 y menos de 40 pulverizar esa cifra y convertirla en 300 millones. Dentro de 37 años, se espera sobrepasar los 400”, asegura el Censo. Para unos, la fertilidad y la renovación de generaciones es un aspecto fundamental que garantiza el crecimiento económico del país frente al resto del mundo. Otros, en cambio, temen que el crecimiento desmedido de población cree problemas de abastecimiento y lleve consigo la destrucción del medio ambiente y la disminución de los recursos naturales. Hoy en día, Estados Unidos supone tan sólo el 4% de la población mundial, sin embargo consume el 25% del petróleo del planeta y arroja un cuarto del dióxido de carbono que hay en la atmósfera.
El “bebé 300 millones”, no obstante, ha heredado un “mundo mejor” que aquellos que vivían en los años 60. Su esperanza de vida es de casi 80 años, tiene un 85% de posibilidades de acabar sus estudios secundarios, un 45% de ir a la Universidad, el 60% de tener una casa en propiedad y vivir en un país que produce una economía de 12 billones anuales.
Es posible que ese niño viva en un hogar unipersonal, en la actualidad esta fórmula de convivencia ya supone más del 26% de la población, y seguro vivirá en una gran ciudad. El campo y la Naturaleza estarán más degradados, pero todavía no existirán problemas de espacio. En algo más de un kilómetro y medio vivirían 84 personas, mientras que en Europa serían más de 300 y en Japón 900.
La explosión demográfica en el último siglo ha sido espectacular. En 1914, la población mundial era de 1.200 millones. En 1991, simbólicamente, Kofi Annan recoge en Sarajevo el bebé que hace el número 6.000 millones. Para 2050, Naciones Unidas prevé que seamos más de 9.000 millones de habitantes. ¿Soportará nuestro planeta esta presión demográfica? Organizaciones ecologistas nos alertan de que no será así. La supervivencia del planeta no pasa por la exploración de “otros mundos” sino por la búsqueda de un nuevo desarrollo, sostenible y que respete la biodiversidad.
Periodista
Lo que valen y no cuestan
