Economía

Tendencias de la Economía Mundial

Rudi Dornbusch
Massachusetts Institute of Technology (MIT)
Diciembre 2001

(%=Image(9134793,»r»)%)La economía mundial, no solamente los Estados Unidos, está en recesión y por el momento todavía continua deslizándose. El escenario central para el 2002 es un inicio de la recuperación en los Estados Unidos en el segundo trimestre, guiada por un paquete fiscal atrasado, un año de flexibilización monetaria y el bono de precios del petróleo bajos.

La recuperación no será memorable

En los Estados Unidos, donde los crecimientos de productividad permanecen altos, el desempleo no declinará de su nivel en la recesión y la inflación no será un tema de preocupación; pero el vigor del crecimiento es por el momento más una esperanza que una perspectiva que se puede esperar con confianza. Los pronósticos para Japón son claramente desfavorables. Los mercados emergentes se están deslizando, sin confianza para créditos y por tanto sin recursos para el gasto. Y Europa, aunque descendiendo menos que los Estados Unidos, tiene el interrogante de cual podría ser la fuente de su potencial crecimiento. Es cierto que el bono de precios petroleros y una recuperación del resto del mundo puede ayudar, pero el estímulo propio es muy pequeño.

Un boom se produce una vez cada treinta años. Acabamos de tener uno y no se debe esperar otro en el futuro cercano. Obviamente, sin no existe un boom la inflación no es un problema. Esto deja a la Reserva Federal, y en principio al Banco Central Europeo, libres para recortar aún más las tasas de interés de manera de evitar un prematuro fin al estímulo de las bajas tasas reales de interés.

Dos escenarios

Existen dos escenarios alternativos. Uno consiste en una recuperación vigorosa de los Estados Unidos, donde se podría suponer que la Reserva Federal ha inyectado un sobre-estímulo. Esta perspectiva no es increíble, y depende mucho de cómo se recupere la confianza. El escenario alterno es bastante deprimente. En este, la traba del resto de la economía mundial, las influencias recesivas permanecen, en el mercado de trabajo, en la confianza, y también en el gasto de capital; debilitando la recuperación de los Estados Unidos. Como resultado, la recuperación mundial se aleja, trimestre tras trimestre.

La recuperación a partir del segundo trimestre podría tener un 60% de probabilidad, la posposición no más del 15%.

El período 96-2000 fue inmensamente positivo para la economía mundial. La economía de los Estados Unidos experimentó un boom, Europa lo hizo bien bajo la presión de la depreciación del Euro, y los mercados emergentes gozaron de buenos tiempos. Esta no es la situación del 2001-2002. El crecimiento está en el nivel de recesión, algo menor del 2.4%. No existe definición de recesión mundial, pero un crecimiento de 2.5% o menor es una aproximación aceptable.

Ninguna economía, exceptuando la de los Estados Unidos, es en un estímulo importante para la economía mundial. De hecho, la mayor parte del mundo está en franca recesión o en cuasi-recesión. ¿Cómo salir de esta situación? La única manera es una recuperación de los Estados Unidos que pueda esparcir sus efectos, a través de la confianza y el comercio internacional al resto del globo. Por el momento, este es el camino. Quizás, Europa redescubra el entusiasmo por políticas Keynesianas y corte radical de tasas de interés. Pero por los momentos, las cosas no están lo suficientemente deterioradas. Entonces, ¿qué se puede decir de los Estados Unidos?

Estados Unidos

La economía norteamericano entró en recesión en marzo del 2001. Ahora, en el futuro, debería comenzar la recuperación. El aumento del desempleo – un indicador rezagado – muestra una recesión que se amplía. Pero la mejoría del indicador de confianza del consumidor indicaría que podría existir una recuperación en ciernes. Mientras el último trimestre del 2001 posiblemente sea ligeramente negativo, el primer trimestre del 2002 podría mostrar algún movimiento positivo. Con una declinación acumulada de 2% del producto, en el segundo trimestre debería existir el inicio de la recuperación. Los pronósticos para el 2002, año a año, señalan que no pasará mucho en el primer semestre, excepto la recuperación de la perdida del 2001.

En el segundo semestre, reflejado en el pronóstico año a año del cuarto trimestre, se produciría la recuperación del crecimiento.

Las tasas reales de interés

Existen dos puntos adicionales a destacar. El primero se refiere a la inflación, el segundo al comportamiento de la productividad. Respecto a la inflación, su declinación rápida está en marcha. La holgura en el mercado de trabajo, donde la tasa de desempleo ha subido al 6%, los precios del petróleo y el crecimiento de la productividad ayudan en este sentido. Sí la inflación se materializa alrededor del 1.5%, aún sí la Reserva Federal mantiene sin cambios las tasas de interés, existe un mecanismo de tasas de interés reales bajas que podría impulsar el crecimiento.

El crecimiento de la productividad ha sido sorpresivo

El comportamiento de la productividad en la recesión ha sido sorpresivo. Normalmente, en una recesión, la productividad declina a medida que la producción se reduce más que el empleo. En la recuperación, cuando la producción se expande, la productividad aumenta en forma importante. En esta recesión, hasta el momento, la productividad ha crecido fuertemente, en 2.1% a una tasa anualizada en el segundo trimestre cuando se inició la recesión y en 1.5% en el tercer trimestre del 2001. Sí este patrón continúa, representaría en mecanismo para mantener controlada la inflación. Debido al alto crecimiento de la productividad, la recuperación debería ser, sin mejoras importantes en empleo por un tiempo, tal como ocurrió durante la recuperación de la recesión de 1991/92. Ello refuerza la perspectiva de que la inflación no constituya un problema. Suponiendo que no se produzca un shock petrolero, la inflación no será un problema.

El gasto de capital

Existen algunos argumentos acerca de esta recesión que merecen atención especial. Quizás él central es aquel que mantiene que ésta es una recesión en el gasto de capital y no una en el gasto de consumo. De hecho, el gasto de consumo se ha mantenido en forma heroica. Es cierto que el gasto de capital liderizó el boom, como lo muestra la tabla 3, y que actualmente se ha detenido. Sin embargo, el último Michigan Survey muestra signos de confianzas y quien sabe cuál será en definitiva el carácter de la recesión.

Probablemente existe exageración en el temor de que una recesión en los gastos de capital, supuestamente un fenómeno nuevo, no tenga una solución similar a la recesión tradicional. El costo de capital y disponibilidad del financiamiento, y un estímulo fiscal directo, son razones para esperar un retorno de los gastos de capital. El hecho de que la tasa de utilización sea baja no es una razón convincente: también fue baja en las recesiones previas, en forma dramática en el caso de 1982. Para octubre la tasa de utilización había caído a 74.6%, no tanto como la baja de 1982, 72.3. La razón es sencilla: desde enero 1999 a octubre 2001 la capacidad creció al 9% y la producción industrial tuvo un crecimiento acumulado de cero. No es una sorpresa de que exista capacidad ociosa.

No existe razón por la cual las bajas tasas de utilización nos condenarían a un estancamiento prolongado o algo peor. De un lado, existe un capital tecnológicamente más avanzado con efectos de productividad favorables, y del otro, por la productividad y baja tasa de utilización se puede esperar muy poca inflación en la recuperación. Como consecuencia, la Reserva Federal puede hacer más en las tasas de interés, y ello en conjunción con incentivos fiscales adecuados, puede ayudar a crear más apetito para la formación de capital. La noción de que el exceso de capital se debe «exprimir» en forma dolorosa es excesivamente «Austriaca».

Agregados monetarios

Los agregados monetarios se están incrementando en forma rápida, más que en los episodios previos. Pero, ¿qué debemos deducir de ello? Hemos tenido una reducción dramática en las tasas de interés y el incremento de los agregados monetarios es sólo un reflejo del incremento de la cantidad de dinero al bajar las tasas. Ciertamente no existe evidencia econométrica de aumento de la demanda de dinero más allá de la causada por la reducción de las tasas. El argumento del peligro de creación de una burbuja monetaria debería en todo caso estar dirigido a la política de la Reserva Federal respecto a las tasas de interés.

Japón

Japón está atrapado en un escenario de no-crecimiento. La política monetaria se agotó a menos que uno piense que «fabricar inflación»es política monetaria. La política fiscal, aunque amortigua la caída es al mismo tiempo no financiable e impopular. Las hojas de balance del Gobierno, de los bancos y de las compañías de seguros, son horribles.

Toda la estructura financiera es un área de desastre, sin posibilidad de recuperación. Y también las posibilidades de los gastos. Las familias no sólo han tenido pérdidas masivas en su riqueza, sino que siendo viejas, existe una obvia preocupación por reconstruir sus posiciones. Es más, el gasto está limitado por la incertidumbre acerca del empleo, pensiones y los reclamos de seguros. Nada de esto cambiará.

Reformas, la palabra mágica utilizada por Koizumi, se mantiene viva como un mito, pero se impulsa hacia adelante, más allá del horizonte. Los políticos no respaldan las reformas en un momento donde ellas pueden profundizar la recesión. Las reformas, por supuesto, implican, primero y fundamentalmente, un aumento en el desempleo a corto plazo y nadie tiene estomago para ello. Nadie espera que Japón retorne al crecimiento y ciertamente no a un ritmo que permita suponer que pueda superarse la pesadilla de las hojas de balances.

Europa

En los pronósticos parecen existir dos visiones de Europa. La primera, es que Europa podría evitar una recesión, pero sólo esto. La otra es más pesimista, como se muestra en el pronóstico de Goldman.

Europa reconoció tardíamente que era parte de la recesión mundial. No está claro que persuadió a los hacedores de política que Europa podía seguir su propio curso. Es verdad que el comercio externo es sólo un 10% del producto y por tanto este canal de conexiones externas no es muy importante. Pero también es cierto que la conexión de la confianza es clave.

Los problemas de Europa se refuerzan por un Banco Central obstinado y, desde el lado fiscal, por las limitaciones que impone el tratado de Maastricht. Es extraordinario oír a los hacedores de política indicar que ellos permitirán que funcionen los estabilizadores automáticos. ¡Imaginemos que no fuese así! Sería como Hoover, aumentando los impuestos para mantener el balance presupuestario en recesión. Los estabilizadores automáticos son un mínimo, se necesita mucho más para asegurar que la recesión mundial no se salga de control. Con Japón muerto, Europa es muy grande para ser un «free rider» de la política de los Estados Unidos. Esta actitud corre el riesgo de hundir el bote.

Mercados Emergentes

Sí los mercados emergentes no estuviesen restringidos por la deuda y fuesen confiables, quizás hubiesen podido escapar de la recesión. Pero por supuesto, este no es el caso. Muchos están sobre endeudados y otros no tienen crédito por falta de reformas o de planes de reformas. Han sido conducidos a la recesión por la caída del volumen de comercio, notablemente en mercancías de alta tecnología, y por el racionamiento del crédito. Su recuperación estará rezagada respecto a la de los Estados Unidos y Europa, y en forma global es difícil se produzca un crecimiento elevado en el 2002. Los puntos brillantes son China, India y Rusia.

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