Economía

Trueque para principiantes

Cuando la izquierda era una propuesta seria que cabalgaba por América Latina, se puso de moda entre los cuatro gatos que militaban en sus ideas un «comic» dirigido a hacer entender facilito aquella complicación de la plusvalía o el materialismo histórico: «Marx para principiantes», «Economía para principiantes» y así, sucesivamente, un esfuerzo del humorista Rius para convertir en comiquita nada menos que los beneficios económicos-filosóficos propuestos en El Capital.

De allí que se me ocurre proponerle a Farruco Sesto, dada su condición de desocupado con sueldo, que se plagie la idea y se dedique a publicar la versión criolla para ver si a punta de dibujitos entendamos el berenjenal en el que estamos metidos.

Que si yo fuera Farruco comenzaría por «Trueque para Principiantes» porque lo que soy yo no entiendo absolutamente nada. Tan enredado será, que el vocero de la Red Nacional de Sistemas de Trueque, informó que iban a dictar talleres en las comunidades de Caracas durante un fin de semana, para que los interesados aprendieran cómo es que puede cambiar cambures por cerveza sin que necesite ni un bolívar de intermediario.

De hecho, hasta inventaron un mini diccionario («Lenguaje de intercambio comunal») que se vería de lujo vuelto comiquita porque ahorita, para entender cada definición, hay que tomar un cursillo extra dictado entre José Guerra y Alexis Márquez como mínimo.

Veamos: según este nuevo lenguaje, «Trabajo colectivo» es «una actividad organizada y desarrollada por los miembros de las distintas formas organizativas, basada en relaciones de producción no alienada, propia y auténtica». Y aquí empieza el enredo, porque cómo explicarle a los camaradas del Psuv qué zipote es una «relación de producción no alienada», cuando según la definición clásica, para Carlos Marx la alienación se produce cuando «el hombre se hace cosa, mercancía, usada por el propietario de los medios de producción sólo como un instrumento más en la cadena de producción de bienes.» Y entonces ven que eso mismito es lo que están haciendo los obreros de las empresas «socialistas», a quienes vemos en las propagandas trabajando como cualquier obrero de empresa capitalista «usados por el propietario ­en este caso el gobierno­ como un instrumento más en la cadena de producción.» Más cómico aún es explicar con dibujitos qué es una «Brigada de producción». Según el texto, «un grupo de personas que desarrollan una actividad y apoyan recíprocamente a otros semejantes, garantizando el equilibrio justo de las actividades socioproductivas…» O sea, que si yo siembro tomates y otro camarada siembra cambures, ¿se apoyarán unos a otros haciendo como qué? ¿Esos «otros semejantes» pudieran ser adecos, por ejemplo, guerrilleros de las Farc, un terrateniente? Sin mencionar que si el productor de tomates vende el kilo a 40 bolos y quiere apoyar al que produce cambures a 10 bolos el kilo, ¿cómo hacer el trueque a la hora de la chiquita? Porque, supone una, por cada kilo de tomate el productor de cambures tendrá que darle a cambio cuatro kilos de cambures, entonces el de tomates tendrá que alquilar un container para meter las toneladas de cambures podridos que le quedarán después de la transacción. O tendría que abandonar la distribución de tomates por la venta de cambures, convirtiéndose automáticamente en competencia para su «otro semejante» que lleva siglos sembrando cambures. ¿Ven que la cosa no es fácil de entender? Lo otro bueno de hacer estos «comics» es que además nos vamos a reír cual Izarra ante la audiencia de CNN.

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