Economía

Una caída anunciada

Tal y como era de esperarse, la economía venezolana continúa contrayéndose. Durante el primer semestre de este año el Producto Interno Bruto retrocedió 3,5%, lo cual representa una caída más abrupta al compararse con los primeros seis meses del 2009, cuando este indicador perdió 1,1%.

En lo que respecta al segundo trimestre del 2010 el descenso fue de 1,9%, retroceso menor al 2,6% registrado en el mismo período del año anterior.

Si bien esta es la contracción más baja que ha tenido la economía nacional en los últimos cuatro trimestres, hay que señalar que la caída de 1,1% del pasado trimestre está siendo comparada con un período (el segundo trimestre del 2009) en el cual el PIB ya venía disminuyendo.

Es decir, la actividad económica fue menor con relación a la caída del período entre abril y junio del año pasado.

La reseña del BCV señala que «factores coyunturales», como la continuidad del plan de racionamiento eléctrico en el país, han sido los causantes de la desaceleración generalizada de la economía.

CAÍDA Y MÁS CAÍDA
En detalle, la actividad petrolera cayó 2%, de acuerdo con la nota del BCV, por una menor producción de crudo, lo cual no pudo ser atenuado por el aumento sostenido de los precios de la cesta venezolana, que aumentaron 33% con respecto al mismo período del año anterior.

Por su parte, la actividad no petrolera bajó 1,7%, cifra similar a la registrada en el segundo trimestre del 2009, cuando el descenso fue de 2%.

Entre los renglones no petroleros que arrojaron menor actividad durante el citado período está el de manufactura, que por sexto trimestre consecutivo cae, en esta oportunidad en 3,7%.

Mientras que el comercio retrocedió 6%, para mantener la tendencia negativa por quinto trimestre consecutivo. A pesar de que la nota del BCV sostiene que la implementación del Sitme (nuevo sistema para vender títulos valores en el país denominados en divisas) favoreció el suministro de divisas a los agentes económicos, estas cifras y las constantes denuncias de empresarios son una muestra de cómo con este nuevo mecanismo se aumentan las trabas para acceder a las divisas, lo cual se traduce en reducción de materias primas, insumos, y por ende, de la actividad económica.

La intermediación financiera, por su parte, bajó 7,7%, la construcción 6,4%, la minería 19,6% y electricidad y agua 8,8%.

Entre las actividades que tuvieron resultados positivos el pasado trimestre están comunicaciones, con un alza de 6,5%, servicios del gobierno con 2,9% y servicios comunitarios con 0,6%.

MENOS COMPRAS E INVERSIONES
La oferta agregada, en otras palabras la cantidad de productos y servicios en la economía, se redujo 3,2% en el segundo trimestre, a consecuencia de la caída del PIB, y de la disminución de 6,4% en las importaciones.

El consumo privado cayó 2,4%, mientras que la inversión bruta retrocedió 0,8%, para dejar la demanda agregada interna en -0,9%, a pesar de que el consumo final del gobierno subió en 3,1%. Por otra parte, las exportaciones cayeron 19,4%.

La contracción en la oferta fue uno de los factores que afectaron la elevada inflación venezolana, pues al haber pocos bienes en el mercado los bolívares circulantes en la economía presionan sobre esos bienes, aumentando su precio.

Este aumento hace que el poder de compra de las personas se pierda y afecte de igual manera la demanda; por lo cual mientras la oferta no se incremente, bien sea vía importaciones o producción interna, estos indicadores continuarán en caída.

Hay que señalar que Venezuela, junto con Haití, son las únicas economías que no han salido de la recesión en América.

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