Economía

Una verdad incomoda sobre la OPEP

OPEP no esta en capacidad para suministrar el complemento de las necesidades de petróleo del mundo.

Las tres principales organizaciones que realizan proyecciones de la oferta y demanda de petróleo a largo plazo – la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA) – junto con las compañías petroleras y empresas de consultoría, creen que la OPEP predijo complementar el suministro No-OPEP para satisfacer la demanda. Pero se equivocan: La producción de la OPEP no complementara dichas proyecciones, porque se basan en modelos de proyección obsoletos y deficientes.

En las previsiones al año 2030, las tres organizaciones comparten la opinión de que la demanda de energía mundial aumentará, que los países en desarrollo representan la mayor parte del aumento, y que los combustibles fósiles siguen siendo dominantes en la matriz energética mundial.

También coinciden en que la dependencia del petróleo de la OPEP aumentará en la medida que los recursos de los países No-OPEP disminuyan y se vuelvan mas costosa su extracción. Sin embargo, un defecto importante en el modelaje de los mercados mundiales del petróleo hace que estas previsiones sean poco realista como la afirmación de que los seres humanos aterrizarán en Marte mañana.

Los modelos actuales de la demanda petrolera mundial están basados en variables como el crecimiento económico (o ingreso), los precios del petróleo, el precio de los sustitutos del petróleo y la demanda histórica. También resultados de proyecciones fuera de la OPEP utilizan variables como los precios del petróleo, los costos de producción y suministros históricos.

Los modelos no-OPEP, determinan la demanda mundial y la oferta No-OPEP, y asumen que el resto para satisfacer la demanda provendrá de OPEP sin tener en cuenta el comportamiento de la Organización o si en verdad la OPEP esta dispuesta o tiene capacidad para responder a suministrar el complemento de oferta. Por esta razón, estos modelos estiman lo que se conoce como el «llamamiento a la OPEP», la diferencia entre la demanda mundial estimada y la oferta no OPEP estima.

La idea del modelo de «llamamiento a la OPEP” surgió tras el embargo petrolero de 1973, época en que pocos economistas estaban familiarizados con el mercado petrolero. La magnitud de la crisis energética atrajo a los economistas de diferentes especialidades. Para diagnosticar el problema, abrieron su caja de herramientas y utilizaron lo que estaba disponible: si el modelo de oferta-demanda no funciona, entonces funcionara el modelo monopólico.

Economistas, políticos y medios de comunicación, acuñaron el término «cartel» que le era muy conveniente. De acuerdo con el modelo de monopolio, el cartel siempre proporcionara la diferencia entre la demanda total y la oferta ofrecida por los países No- OPEP. Aunque la situación ha cambiado drásticamente desde la década de 1970, aun se utiliza el modelo del cartel a pesar que se ha demostrado que es equivocado y dañino para la OPEP.

Según la principal hipótesis del modelo, la OPEP producirá siempre la diferencia entre la demanda mundial y la producción No-OPEP. Pero la OPEP se quedó sin capacidad de potencial de reserva entre los años 2005 y principios de 2008, por lo que no fue capaz de aumentar la producción en función de la creciente demanda. Los precios se dispararon superando todas las proyecciones.

Es casi imposible que los miembros de OPEP puedan producir la diferencia entre la demanda mundial estimada y el suministro no-OPEP. Por ejemplo, en sus previsiones recientes, la EIA para el escenario de caso base, para el año 2035, la OPEP incrementa su producción en 11 millones de barriles de petróleo al día (mb/d) con respecto a la del año 2010. ¿Es esto posible cuando la producción está declinando a un ritmo de al menos 3% anual?

Vamos a verificar el cálculo: A una tasa de 3% de declinación anual, la OPEP tiene que aportar un complemento de 17 mb/d en 2035, solo para mantener los niveles de producción del 2010. Si las previsiones de la EIA son ciertas, la OPEP para aumentar 11 mb/d, OPEP tiene que añadir unos 28 mb/d en los próximos 25 años, una hazaña que nunca se ha llevado a cabo. De hecho, la capacidad de producción actual es similar a la de mediados del decenio de 1970.
La situación es aún peor si los países no-OPEP disminuye su producción por debajo de los pronósticos, los precios del petróleo deberían aumentar sustancialmente para racionar la demanda y conciliarla con una menor oferta.

Cinco factores que impiden que el “llamamiento a la OPEP” satisfaga la demanda proyectada:

• Un cambio en las inversiones de petróleo a gas natural en los países productores de petróleo;

• Un aumento en el consumo nacional de petróleo – y por lo tanto disminución de las exportaciones de petróleo – por países de la OPEP;

• La reacción de los países productores de petróleo a la retórica de la independencia energética de los países consumidores, lo que ha llevado al desarrollo de industrias intensivas en energía reduciendo así las exportaciones de petróleo y gas. Los países productores creen que si no pueden exportar petróleo a las naciones consumidoras, por lo menos pueden exportar hidrocarburos a través de productos terminados como la petroquímica;

• Falta de capacidad de inversión en los miembros OPEP para absorber los ingresos producidos por altos precios del petróleo. Si las naciones OPEP no puede invertir los ingresos petroleros adicionales, entonces podrían preferir mantener el petróleo en el suelo;

• Lo más importante, las actividades para compensar la declinación de 3% en los campos petrolíferos de OPEP es tan intensa en recursos que las mismas no pueden ser atendidas en menos de 20-25 años;

La incapacidad para cumplir con el “llamamiento a la OPEP” y los altos precios debido a la escasez va a crear excelentes oportunidades para las compañías petroleras internacionales, los productores independientes y la participación de inversionistas privados. También creará una oportunidad para que otras fuentes de energía ocupen el vacío que los miembros de la OPEP no pudieron llenar.

De hecho, dado el crecimiento previsto de la demanda de energía en las próximas dos décadas, y lo posible – incluso probable – déficit en la oferta de la OPEP, la frase “energía alternativa” perderá su significado. La «única alternativa» para aprovechar todas las fuentes de energía viables será un lento crecimiento mundial dentro de un escenario de escasez permanente y miseria creciente.

(*) Anas F. Alhajji es economista jefe de Energía NGP Capital Management. © Project Syndicate, 2010.

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