El Editorial
Las elecciones como tema recurrente
Ningún demócrata verdadero desconoce el valor esencial de las elecciones como expresión natural de la voluntad popular, pero otra cosa es considerarlas como la panacea para vencer a una tiranía.
En las circunstancias actuales del país algunos sostienen que si el 80% o más de quienes se manifiestan contrarios a Maduro en las encuestas, se midiese en unas elecciones, incluso con las condiciones que existen hoy en día, asegurarían inexorablemente el triunfo opositor. Ese argumento omite el hecho de que no basta el sentimiento opositor para convertirlo en votos en contra de Maduro, se requeriría, como ocurrió en 2015, una tarjeta unitaria, como fue en esa ocasión la de la MUD. Y en el caso de que sea un candidato presidencial, se necesitaría que este logre conciliar la voluntad y el deseo de participar de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, y hoy, le guste a quien le guste, la única figura que pudiera atraer una parte sustancial de esa mayoría, sería Guaidó, y eso, obviamente no está en los planes ni del gobierno, ni de los opositores que hoy promueven la salida electoral inmediata, como tampoco está en la ruta señalada por el Presidnte (e), porque él sabe que para lograr unos comicios creíbles, en el país hace falta un mínimo de institucionalidad y de garantías que aseguren las condiciones previstas en nuestra Constitución. Aparte de que celebrar elecciones anticipadas con todas las ilegítimas inhabilitaciones a las organizaciones políticas, así como a los diversos posibles candidatos, las convertirían en una caricatura de lo que debería ser un proceso electoral libre. Y si a eso le sumamos lo que implica por un lado la existencia de presos políticos, civiles y militares, los exiliados y la imposibilidad, hasta ahora, de que millones de venezolanos en el extranjero puedan votar, esa presunta elección se convertiría en realidad en otra farsa electoral, que terminaría favoreciendo al régimen y a sus aliados, confesos o no.
Un último argumento, que también tiene relevancia capital, es el de que para resolver las diversas crisis existentes hoy en Venezuela se requiere ingente apoyo económico y financiero del exterior, y lo menos que pueda pensarse es que eso no ocurrirá si la comunidad internacional no está convencida de que el producto de una elección prematura garantice un gobierno sólido de unidad nacional.
