El Talón de Aquiles

En la Ilíada, cuenta Homero como el gran vencedor de tantas batallas en la Guerra de Troya, Aquiles muere a consecuencia de una flecha disparada por Paris, que entró por el talón, único sitio vulnerable del glorioso aqueo.

Ayer en Barinas no fue un glorioso guerrero el que fue vencido, sino un improvisado candidato de última hora. Pero el que si fue herido, no sabemos aún si mortalmente,  fue Nicolás Maduro, quien usó todas las artimañas imaginables para conservar bajo su poder el estado natal del comandante eterno, anulando con los manidos recursos de las inhabilitaciones al ganador en noviembre, Freddy Superlano y reconvocar una nueva elección el día 9 de enero, en la que se jugó el todo por el todo. No le sirvieron de nada los millones invertidos en esa mala gesta, ni tampoco logró intimidar con su desproporcionada movilización de militares y policías provenientes de distintos estados del país, ni la presencia de invitados internacionales como Piedad Córdova, ni de generales y ministros para celebrar la recuperación del emblemático estado donde naciera el padre del “socialismo del siglo XXI”.

Hoy el país amanece distinto, el Madurismo está tocado y también Diosdado, y quién sabe si esto no se convierta en el principio del fin, ya que el pueblo venezolano supo saborear una victoria en la que el régimen puso todo lo que tenía en las mesas y le dieron, como se dice en criollo, hasta con el tobo.

La lección que hay que terminar de aprender es que un pueblo unido, jamás será vencido