Abrir y cerrar
A regímenes como el cubano y el venezolano, impregnados por una vetusta e inconsistente pátina ideológica que intenta revivir la versión estalinista del comunismo, les cuesta enormemente abrir la economía y facilitar la inversión extranjera.
En Cuba, que ya no dispone de la dádiva venezolana, la situación se le ha vuelto insostenible a la gerontocracia, que tiene que enfrentar protestas sociales por las cada dia peores condiciones de vida en la isla, y la única respuesta que saben dar es poner presos a los manifestantes y acusarlos de ser peones del imperio.
En Venezuela, hay una campaña propagandística sobre las incontables inversiones extranjeras que estarían dispuestas a venir, sin que les importe la ley antibloqueo o la imposibilidad de obtener crédito internacional por la morosidad del Estado venezolano.
La pequeña apertura petrolera que les permitió a Repsol y a ENI exportar unos pocos barriles de petróleo a Europa, fue abruptamente cancelada este mes, después de altisonantes declaraciones de Diosdado sobre que se llevan nuestro petróleo para repagarse. Aunque información de última hora asegura que la situación en la industria es tan caótica que simplemente no podía cumplir con ese pequeño suministro.
Mientras no concienticen que lo que impide la inversión es el modelo ideológico cubano, habrá sólo inversiones especulativas de poco riesgo, pero aquellas necesarias para recuperar la productividad del pais se mantendrán alejadas mientras persistan las condiciones actuales.
