El Editorial

Ahora es tu turno

En la madrugada, como es costumbre, un CNE diseñado como un traje a la medida por un TSJ que usurpaba funciones de la AN, anunció unos resultados fantasiosos. Como alguna vez nos recitará Andrés Eloy Blanco fueron “vapores de la fantasía, son ficciones que a veces dan a lo inaccesible, una proximidad de lejanía”

Con sus flamantes nuevas máquinas, sólo conocidas por ellos, procedieron a montar un show que lucía como una obra de Eugene Ionesco: “la libertad de la fantasía no es ninguna huida de la realidad; es creación y osadía”.

El guion ya estaba escrito: Se trataba de una obra de realidad aumentada, con triunfadores épicos y actores de reparto a quienes se les arrojaban migajas.

Aferrándose a una realidad que se les escapa como sal y agua entre las manos, el CNE actuó su propia fantasía. Su acto, como decía Ionesco, fue fundamentalmente creación y osadía. Han debido agregarle la coletilla: “cualquier parecido con la realidad es pura fantasía”.

Y lo hicieron con el teatro vacío. Ese es el problema de quienes quieren construir una ficción en un mundo en el cual existen teléfonos inteligentes capaces de mostrar a todos, en tiempo real, la aplastante soledad que existía en los centros de votación. A pesar de amenazas a los empleados públicos, de las bajezas como la frase “quien no vota no come” y del transporte forzado de miles de ciudadanos que como ganado fueron llevados en camiones, a pesar de la compra de votos con dinero, con cajas Clap y con promesas de toda índole, la gente no fue a votar. ¡El mundo lo vio!

Y lo vieron incluso los acompañantes “imparciales” como Rodríguez Zapatero, Piedad Córdova, Evo Morales o los representantes de “democracias impecables” como las de Irán, Cuba y otros “inveterados defensores” de los DDHH.

Casi 50 países han desconocido ya las elecciones de 6D porque carecen de legalidad y legitimidad y “porque fueron llevados a cabo sin las mínimas garantías de un proceso democrático, de libertad, seguridad  y transparencia”.

Pero ahora le toca el turno a la realidad. La de un pueblo que se muere de hambre. La que nos presentan la UCAB, la Simón Bolívar y la UCV en la Encuesta ENCOVI donde se evidencia que el 96% de las familias venezolanas viven por debajo de la línea de la pobreza de ingresos y casi el 80% en pobreza extrema. La de un país que sufre la mayor hiperinflación del mundo y donde según el FMI la caída del PIB es la mayor del planeta con la sola excepción de Libia. La de un país que se creía rico pero donde ahora casi 6 millones de venezolanos han tenido que huir -en un éxodo sólo superado por Siria -buscando en otras tierras lo que la suya propia le negó por obra y gracia del más depredador y corrupto régimen que ha conocido Latinoamérica y que logró la destrucción de una economía antes rica, pero ahora colocada al nivel de Haití, donde nuestro PIB per capita alcanza sólo a miserables $ 1.739, cuando habíamos llegado a ser el cuarto país del mundo con mayor Renta Media per cápita, sólo superados por EEUU, el Reino Unido y Francia. Un país donde en apenas seis años está gente que hoy cínicamente pide el voto, logró la increíble hazaña de provocar una caída del 81% del PIB que descendió de $ 438.384 millones en el 2013 a apenas $ 48.610 millones en el 2020.

Pero ahora le toca al pueblo y, el pueblo, no es masoquista. Entre el 7 y el 12 de diciembre podrán expresarse libremente en la Consulta Popular. Entre el 7 y el 12 de diciembre podrán expresar sus deseos valiéndose en primer lugar de la misma tecnología que desnudó el fraude: el internet.

Si cuentas con un celular inteligente basta con descargar VOATZ (en Android mediante Google Play y en IPhone en el APP STORE) y seguir las instrucciones. Y si dispones de una computadora accede en la Web al enlace WWW.CONSULTAPORVZLA.COM y sigue las instrucciones.

Recibirás un código que impedirá que nadie más vote por ti. Tu voto y participación serán confidenciales, auditable y seguro. Y podrás hacerlo desde cualquier parte del mundo donde te encuentres, siempre y cuando estés registrado en el REP.

Y finalmente, podrás hacerlo también presencialmente el día 12 de diciembre en más de 7.000 puntos de votación, en Venezuela y en el exterior, que serán fáciles de ubicar. Si lo deseas, ese días puedes depositar también el código que te fue suministrado en las urnas que se dispondrán al efecto. A diferencia de los escuálidos centros de votación del fraude del 6, los venezolanos plenarán las calles para ALZAR SU VOZ CONTRA EL RÉGIMEN.

Ahora es tu turno.

José Toro Hardy, editor adjunto de Analítica

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