Basta de cuentos de hadas
Vivimos actualmente una auténtica intoxicación de desinformación a través de la cual se pretende transmitir una realidad que no se corresponde a la situación prevaleciente en la mayor parte del país.
Venezuela ha perdido alrededor de un 80% de su PIB y si ha habido una ligera mejoría eso implicaría, para hacerlo comprensible a la mayoría de los lectores, algo equivalente a lo que sería si una persona que pesaba 100 kilogramos, después de una serie de eventos catastróficos en su vida estuviera pesando solo 20 kilos. Y de pronto esa persona logra, por razones difíciles de explicar, dejar de perder peso e incluso recuperar algo de lo perdido, llega a pesar alrededor de 22 kilos. ¿Se puede decir, acaso, que esa persona se recuperó?
La recuperación del país pasa por adoptar las medidas necesarias para recuperar la confianza, hecho indispensable para resolver la ausencia de financiamiento que permita que se lleven a cabo las inversiones requeridas para que se reactive la productividad nacional.
Mientras eso no ocurra seguiremos viviendo en un espejismo comunicacional que pretende mostrar algo parecido a lo que ocurrió en la Rusia Imperial, la falsa realidad de las aldeas Potemkin.
