Cadenas y miedo
Lo que más teme el presidente Chávez es que la alternativa democrática pueda hacerle llegar su mensaje de paz, de inclusión y de tolerancia a la mayoría de los venezolanos.
No le basta la hegemonía comunicacional, el cierre de RCTV y la multa a Globovisión sino que requiere hacer tantas cadenas como su cuerpo aguante para que solo se pueda escuchar su voz.
Para detener a los que proclaman el diálogo como método eficaz para resolver los problemas económicos y sociales, la respuesta es el insulto, la descalificación del adversario y ,de ser necesaria , la violencia física como ocurrió con María Corina Machado en el 23 de enero o como sucedió este martes en la UCV.
Chávez acusa a la oposición de todo lo que él hace con absoluta impunidad, es decir manejo de los bienes públicos para promover su imagen y su perpetuación en el poder.
Definitivamente él se considera inmortal cuando lo que es en realidad es inmoral por el cinismo y descaro como maneja y usufructúa los bienes de todos los venezolanos. No es con dádivas, con promesas incumplidas, con alianzas internacionales espurias y cediendo soberanía como se construye un país.
La gente no es tonta y si algún día compraron la ilusión se nota como le es indispensable encadenar para evitar que otros convenzan de que lo que desean los venezolanos es más dialogo, menos polarización y orden, seguridad y progreso .
Por mucho que encadene, por más cuentos y mentiras que proclame en los medios de comunicación masivos, la cruda verdad de los hechos terminará por imponerse y el país se dará cuenta de quienes están dispuestos a dialogar, conciliar y resolver y quienes sólo quieren mandar e imponer.