¿Cuánto vale el honor de ser venezolano?
Mucho, si su vida contribuyó o contribuye a hacer de nuestro país lo que soñaron e hicieron los que dieron su vida en primer lugar, por darnos la independencia, luego los que construyeron, paso a paso, una nación viable y esos no solo fueron los hijos de los que crearon la primera República, sino todos los que viniendo de otras naciones se sumaron con su esfuerzo y trabajo hacer de Venezuela la gran nación que todos soñamos.
A esos hombres y mujeres todos, de una u otra manera, los recordamos y nos sentimos orgullosos de ellos. Son muchos, pero queremos en este editorial mencionar algunos. Por supuesto, es impostergable comenzar con Bolívar, y junto a él otros como Miranda, Sucre, Paez, Urdaneta, Soublette, Luisa Cáceres de Arismendi, Santiago Mariño, entre tantos que siempre nos inspiran.
Pero esos no son los únicos forjadores de nuestra nación. ¿Quién no recuerda a Andres Bello, José Maria Vargas, Pedro Gual, José Maria España, y mas recientemente José Rafael Pocaterra, Lisandro Alvarado, Romulo Gallegos, Andres Eloy Blanco, Arturo Uslar Pietri, Mariano Picón Salas, Armando Reverón, Teresa Carreño, Rafael Vegas, Luisa ELena Vegas, Jacinto Convit, Pedro Grases, Eugenio Mendoza, Romulo Betancourt, Raul Leoni, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Antonio Estevez, Alfonso Chico Carrasquel, Luis Aparicio, los generales López Contreras e Isaías Medina Angarita, Rafael Cadenas, Carlos Cruz Diez y Jesus Soto, Rafael Alfonso Ravard? y tantos más que harían esta lista interminable.
Debemos preguntarnos cuántos nos acordamos de los prevaricadores, corruptos, delincuentes que se aprovecharon de las riquezas de nuestro país y no dejaron nada. Ni siquiera sus hijos y nietos se sienten orgullosos de ellos.
En esta ahora aciaga de nuestra nación, en la que la desbordada corrupción amenaza con disolver a Venezuela de su honra y convertirla en un narcoestado a la imagen de lo que intentó hacer en Colombia Pablo Escobar ¿qué debemos hacer los venezolanos honestos y de buena fe? repudiar y combatir con ahínco el enriquecimiento ilícito que en vez de construir, destruye nuestro amado país.
Así es aunque la tarea es titánica y necesita personas que demuestren la fortaleza, entereza del trabajo a ser realizado. No es obra de unos días, más bien de muchos años.
Nuestro ejemplos de una sociedad que si puede debe ser nuestro equipo que inicie y que su inercia sea tan poderosa que no se pueda parar
Leemos con emoción el editorial que nos advierte de que nuestro país no ha perdido su grandeza como nación y como Estado. Evocar a los luchadores de la patria es el primer tranco hacia una visión de la historia que ratifique la vastedad gloriosa de quienes dieron su vida por la libertad.
Y en un segundo están los creadores de conciencia, con sus ideas de convivencia y sano progreso humano y social. Es una extensa lista en la figuran pensadores que nos hicieron avanzar en la cultura política y en el arte de dibujar nuestra identidad venezolana.
Todos están en la catedral del tiempo, tallados con el color de la sabiduría y todavía sonando en la torre la campana de la libertad.