El Editorial

De un imperialismo a otro

Hoy es un cliché para descalificar a gobiernos poderosos, los cuales por razones políticas conviene enfrentar.

Hoy, en el sentido histórico no hay potencias imperiales como lo fueron en su tiempo la Gran Bretaña, España, Portugal Francia, Rusia, Japón, Alemania, EE.UU. y, por nuestros lares, Brasil.

En la actualidad, lo que existe son economías dominantes como lo son Estados Unidos, China, la Unión Europea y Japón. Otros países tienen peso pero no son dominantes.

Como bien señaló el Presidente Mujica de Uruguay, no es conveniente para los países más chicos dejarse arropar por uno solo de los grandes. Un principio básico de supervivencia es poner a los grandes a competir sin tener que venderle el alma a uno.

No se puede olvidar nunca la máxima de Bismark: “los países no tienen amigos sino intereses y no existe tal cosa como la solidaridad entre los pueblos”.

El camino que en su tiempo hizo la comunidad andina de naciones era correcto, porque protegía a sus miembros de la voracidad comercial de Brasil. Hoy la alianza del pacífico es una respuesta inteligente frente a los desafíos del futuro; en cambio el Mercosur suena a pasado y no precisamente exitoso para los países  más pequeños.

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4 comentarios

  1. No creemos que exista otro país en nuestro continente y tal vez en el mundo que tenga tanto a favor por haber distorsionado y suprimido el sentido de la noción »interés nacional», como lo ha logrado Venezuela. En el se han dado todas las contradicciones inimaginables ; llegó tarde – por décadas – a tratar de resucitar el modelo socialista (comunista) cuando los modelos de referencia son »capitalistas salvajes» y otros como Cuba, que quiere incorporarse a ellos dentro de sus peculiaridades específicas y en eso esta ; cree estar convencido que desterró el Imperialismo »yanqui» y sin embargo, depende de el y sus productos para obtener una enorme cantidad de bienes y servicios para medio subsistir ; llama »camaradas» a los chinos y habla de Mao con lo que los ofende, pues nada quieren saber de ese señor y mas bien buscan olvidarle ; sacrifica el bienestar de su pueblo y le da trabajo a los empresarios y obreros extranjeros a cambio de hacerse mas dependiente y vulnerable ; renunció a la producción nacional y genera riqueza para terceros permitiendo y legitimando un saqueo inmisericorde. Todo un caso de auto – destrucción inducida desde el poder.

    Hoy ninguna de las potencias viejas y nuevas puede imponer hegemonía alguna sobre sus pares ni contra terceros, a no ser que hayamos decidido voluntariamente irnos por una sola elección como lo es con China. De hecho, nuestra enorme deuda con esa potencia emergente nos obliga a ceder mucha de nuestra soberanía y ser complacientes para con ese país ; sin embargo, ya cada potencia capitalista o socialista han encontrado su »tajada» en el reparto de este despojo de país, cada uno tiene su parte, y hasta el momento cualquier pugnacidad es de carácter comercial y esencialmente económica, incluida la venta de armamento obsoleto que es considerada una venta mas desde el punto de vista comercial. Como cuando Colón, » espejos por oro ».

    No escapa a esta explotación el que el modelo se extienda a nuestros vecinos desde Brasil hasta la Patagonia pues es todo un conglomerado de naciones y gobiernos, especialmente los miembros de la » hermandad socialista », quienes se benefician del »oro negro » y que también reciben su porción en este absurdo »gran reparto». No excluyendo nuestra »élite» gobernante que recibe sus jugosas comisiones en la firma de miles de convenios, acuerdos y tratados en su inmensa mayoría contrarios al interés nacional. Y no es que ellos no lo sepan, es que poco les importa pues no son gobernantes, son forajidos que están conscientes de que una oportunidad así nunca mas se les volverá a presentar. Saben que el final del festín esta cada vez mas cerca y les interesa poder retirarse con la »botija llena». No en balde sus orgías, el vivir como jeques árabes, el derrochar dinero a manos llenas dentro y fuera de nuestras fronteras ya son legendarias y están mas que bien reseñadas.

    Lo planteado en el EDITORIAL de hoy es correcto en su visión de conjunto, especialmente en lo referido a la Alianza del Pacífico ; no obstante, no podemos olvidar en que continente estamos viviendo y que muchas veces las buenas ideas y alternativas chocan de frente con los intereses, potencialidades, objetivos y proyectos de las naciones involucradas, máxime con evidentes diferencias en su nivel de desarrollo y donde el grado de desigualdad de sus habitantes generan fuertes conflictos internos que tienden a profundizase debido a la expansión de este »socialismo revolucionario» que es solidario para con otros, pero no para consigo mismo. Mientras no se ponga por delante el interés nacional propio y se obre en consecuencia, es poco lo que podamos aportar, excepto, el continuar regalando obsequiosamente nuestros recursos humanos y materiales.Y es que así, no es que se gobierna.

    1. Creo que tu juventud, debes haber nacido en el 1998, no te deja ver el pasado reciente de nuestro país, Hace 20 o más a años no teníamos ni cédula de identidad millones de venezolanos y si quieres busca o exploras en ese dato, creo que hay mucha gente que te puede contar la hermosa experiencias que se disfrutaban al tratar de hacer ese trámite.

  2. Entiendo que Mercosur no sirve pero el Tratado del Pacífico si. La CELAC no sirve pero la OEA si. El ALBA no sirve pero los TLC si, nunca he leído que Brasil haya sido un imperio. Así como te refieres a Bismark, creo que aplicas esa doctrina.

  3. Señor Azuaje, en Brasil sí hubo Imperio con Don Pedro I, quien prestó juramento el 25 de marzo de 1824. Su reinado no fue largo ni felíz, en 1828 el Imperio del Brasil perdió su provincia de Uruguay. La fiesta nacional de Brasil es el 7 de septiembre, conmemorando ese día de 1822, cuando El príncipe Don Pedro estaba de viaje
    en Sao Paulo y decidió romper los vínculos con Portugal y gritó «La independencia o la muerte!» y «yo me quedo» (fico, en portugués) y ese fue el grito de Ypiranga, Se proclamó la independencia. Anteriormente, el 15 de diciembre de 1815, Brasil fue elevado a la dignidad de reino y al año siguiente, a la muerte de la madre del regente Juan de Braganza, se convertía en rey con el nombre de Juan Vi. La revolución liberal y constitucional de Portugal en 1820 le obligó a volver a Europa. Dejó la regencia del Brasil a su hijo Pedro, que contaba veintidós años. Referencia: Libro «América del Sur» Tomo 1, Brasil,Venezuela, Colombia, Ecuador, Guayanas.
    Ediciones Castilla S.A. 1959 Madrid.

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