¿Derrotados antes de luchar?

Entendemos la desesperación, la fatiga, el miedo, que sienten muchos venezolanos por una situación que, hasta ahora, luce inquebrantable. Pero eso no es óbice para seguir luchando con el objetivo de resquebrajar el muro de la dictadura, que ya presenta grietas en varios lugares del mismo.

¿Qué hubiese ocurrido en Sudáfrica si la gente hubiese detenido su lucha por considerar que tenían años en ella y a pesar del enorme apoyo internacional, el régimen propiciado RT del apartheid no daba muestra de ceder?

O ¿qué hubiera ocurrido en Uruguay, Argentina y Chile si el miedo y la desesperanza hubiesen paralizado a sus pobladores frente a la solidez agresiva de los regímenes militares del cono sur?

Y ¿cómo creen que ocurrió el derrumbe del muro de Berlín?, en una Alemania del este que tenía el más eficiente y temible aparato de represión de la cortina de hierro, en el que la Stasi tenía sus ojos metidos en todos los hogares.

No podemos contentarnos con decir que ya luchamos mucho y sin resultados en los últimos años. La victoria no es un fruto del pasado, sino algo que hay que lograr en el presente. Y hoy es indispensable sacar del fondo del alma lo queda de ánimo y de fuerza y emprender otra forma de lucha. Nuestros compatriotas del Táchira nos están brindando la oportunidad de unirnos en un propósito que no es otro que mostrarnos, tanto a nosotros mismos, como al mundo, que somos muchos, muchísimos, los que estamos dispuestos a participar y expresar con nuestro voto nuestro deseo de libertad en el referéndum. Que no le tememos a este régimen agónico y que sepan que seremos millones lo que digamos ¡basta ya!, Venezuela no se rinde y quiere vivir en democracia y no seguir siendo los súbditos pasivos de una delincuencial dictadura.