El difícil camino de la redención
Esa expresión esencial del cristianismo es algo que nos debería llevar a pensar qué tenemos que hacer, los venezolanos, para recuperar y reconstruir a un país que ha sido, literalmente, invertebrado por 20 años de errores sistemáticos cometidos por un régimen que ofreció mucho y cumplió poco.
También se hace es necesario reconocer que no pocos, ajenos a la nueva clase en desarrollo, tal como la pronosticó en 1956 el dirigente comunista Milovan Djillas, se aprovecharon de las circunstancias y del ingreso desproporcionado de divisas, causado por el aumento de los precios del petróleo, para participar y unirse al festín de Baltazar.
Hoy nos encontramos con un país quebrado económicamente y quebrantado en sus valores éticos y morales. Ese es el que tenemos que empezar a rehacer, pero esto no será posible de lograr si antes no hacemos un ejercicio de auto crítica y reconsideramos los patrones de consumo que adoptamos en la época del mayor jolgorio imaginable.
Hacer país solo se logra trabajando, siendo responsable y solidario, entendiendo que la superación tanto personal como colectiva es el producto de una buena educación y de la aceptación de valores éticos y morales que permitan una adecuada convivencia social.
Ya, en su tiempo, Bolívar lo dijo: Moral y luces son nuestras primeras necesidades. Hagamos por alguna vez caso e iniciemos con buen pie nuestro camino de la redención.