El Editorial

El fin de la revolución soviética

Es interesante hoy leer las revistas especializadas de la época y constatar que ninguna vislumbraba como algo posible la caída estrepitosa del comunismo en la Unión Soviética. Las fallas en los análisis posiblemente ocurrieron porque se limitaban a ver sólo las manifestaciones de potencia en el escenario mundial sin ver que lo que sucedía era que el modelo económico venía implosionando desde años atrás.

A diferencia de la revolución francesa que al desaparecer sembró instituciones y principios de libertad e igualdad que aún prevalecen en muchos países, la caída del comunismo de Lenin no dejó rastro.

Fue una superpotencia que fracasó estrepitosamente en el reino de la economía para ser remplazada por una autocracia capitalista.

Las revoluciones han tenido, en términos históricos, vida breve y han dejado más destrucción que concreción y sus fracasos condujeron a ser remplazadas por lo que ellas pretendían cambiar.

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3 comentarios

  1. Por lo general a las revoluciones hay que ubicarlas dentro de lo que denominamos » procesos de cambio social acelerado », donde una estructura social, política y económica es sustituida por una nueva y diferente. Suelen ser cambios violentos y en esencia radicales, donde al decir de los marxistas – leninistas lo fundamental es el remplazo de la súper – estructura jurídica, política y económica, en tiempos perentorios. La limitación de esa perspectiva es que suele ser inconsulta y no entra en mayores consideraciones en torno a variables como las costumbres, cultura y tradiciones de una sociedad en un momento dado ; de ahí, lo imperativo de lo coercitivo y el empleo sistemático de la fuerza como procedimiento expedito para adelantar los tiempos y alcanzar sus objetivos.

    La gran diferencia entre las revoluciones burguesas y las socialistas es que las primeras suelen ser »creadoras » en términos de sus implicaciones y consecuencias ; por lo general, terminan desembocando en el establecimiento de sociedades liberales y donde el libre pensamiento es asumido como algo natural. Las revoluciones socialistas por el contrario, remplazan la libertad del individuo por el poder del Estado, el pensamiento único ( oficial ) y la centralización de toda actividad humana sea económica, cultural y política. A duras penas simula ser » tolerante », pero rápidamente suele olvidar tales enunciados en cuanto se conviertan en un obstáculo para el logro de sus objetivos. Otra diferencia importante, es que las sociedades liberales juegan con la rotación en el poder ; mientras que en las sociedades socialistas, se produce el ejercicio del poder de por vida. Son muchas mas las diferencias, pero todo se reduce a que si se acepta o no vivir bajo un régimen democrático o totalitario, y si se acepta o no el concepto de propiedad privada y la transmisión del capital a través de la herencia patrimonial de los bienes adquiridos en vida.

    En un viejo trabajo de ascenso en LUZ, titulado » La revolución rusa y los movimientos campesinos », creo pude demostrar que sin el movimiento campesino, no hubiese sido ni posible ni sustentable la revolución rusa. Y es que Lenin mantuvo el reconocimiento de la propiedad sobre la tierra y las cosechas , pero reservandole al Estado la capacidad de determinar los términos, condiciones y duración de esos »privilegios». No olvidemos que la Rusia zarista, feudal y atrasada, giraba en torno a la propiedad de la tierra y sus frutos, lo que le daba un papel protagónico a los campesinos, pues ellos eran los dispensadores de alimentos en un momento de convulsiones políticas y sociales.

    Con Stalin la »revolución» va mas allá. Se apodera de la tierra y las cosechas ; se inicia el período de las grandes purgas, encarcelamientos, fusilamientos y el llenar las prisiones siberianas con el solo sospechar de la mas mínima disidencia. Viene la época de las grandes hambrunas y la quiebra de la producción agraria. El Estado, se preocupa ahora por consolidar el ideario comunista y expandirlo al resto de Europa y mas tarde al mundo. Se invaden países, se cierran las fronteras y un ostracismo absoluto rodeará lo que sería la URSS. Un Imperio militar oculta el fracaso económico por décadas hasta el momento en que por insostenible cae el muro de Berlín y una nueva realidad suplanta aquel mundo oculto y desconocido. Hoy, estamos ante una nueva realidad y circunstancias totalmente diferentes. Se cerraba un capítulo de la historia, y hoy estamos ante uno nuevo e inédito. Mas complejo, difícil y conflictivo, pero igualmente apasionante desde aquella ya desaparecida revolución bolchevique de 1917, en un Octubre frío y desolado por aquella guerra civil.

    Las »revoluciones» siempre van a existir ; siempre los cambios sociales acelerados se van a producir, pero no estableciendo diferencias entre derechas e izquierdas ; o, entre capitalismo y socialismo. Las revoluciones por venir son las del conocimiento, la ciencia y la tecnología dentro de un mundo globalizado y tan interconectado e interdependiente que ya no quedan espacios para las »hegemonías». Solo dentro de esta anomalía que es esta desgraciada etapa histórica que nos esta tocando vivir es que no nos queda por ahora que convivir entre »dinosaurios». Y es que estamos de espaldas al mundo y las exigencias de la hora presente, y estamos pagando un precio del que siempre nos lamentaremos, pero también – no es menos verdad – , lo superaremos. Estamos ganando en experiencia y nunca jamás volveremos a cometer tan nefastos errores : los gobiernos pasan, los pueblos permanecen.

  2. Hasta cuándo el latoso y devastador comunismo de pacotilla? Es la ideología para el oportunismo de algunos iluminados, vivos rapaces, dejando países arrasados como peladero de chivo y cuando se tienen que largar, forrados de real, si te ví no me acuerdo!

  3. Se supone que estos espacios posteriores al Editorial, los artículos de Opinión o las Noticias, son para que algunos lectores escriban un comentario al meollo planteado en el Editorial, la Noticia o la Información, pero cada vez que Jaime Pons interviene, nos da una clase magistral sobre el tema, que a menudo opaca y trasciende el texto que motiva su «comentario». Este del 11 / 09 es excelente, y uno de sus más brillantes. Un gran aporte cada uno de sus análisis.

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