El Editorial

En qué tenemos que cambiar

Si queremos un país diferente debemos comenzar por cambiar nuestra propia actitud frente al futuro. No podemos seguir siendo indiferentes frente a la trágica desventura de una gran parte de nuestros compatriotas.

La marginalidad no es una mera expresión retórica para identificar a sectores más desfavorecidos de la población, sino una realidad que debe ser enfrentada con soluciones concretas, pero realistas.

Mientras no entendamos que la prioridad fundamental para construir un futuro que nos albergue a todos en paz y progreso, tiene que, necesariamente, transitar por una reforma educativa, que proporcione educación de calidad para todos, pero especialmente para los menos favorecidos, seguiremos envueltos en la espiral de violencia y de marginalidad cultural que nos impide crecer como nación.

La mejor manera de lograr la igualdad social pasa por formar hombres y mujeres capaces de adaptarse y enfrentar el reto de un mundo en el que solo triunfa quien tenga los conocimientos necesarios para innovar.

Mantener a la población con criterios educativos del siglo XIX nos condena a ser una nación marginal a nivel mundial. Los ejemplos a seguir son, sin duda, países pequeños como Finlandia, Corea del Sur e Israel, que han hecho de la educación el pivote para su crecimiento.

En un mundo en el que la tecnología de la información facilita la transmisión del conocimiento tenemos que convertir a Venezuela en un aula abierta a fin de recibir del mundo las enseñanzas requeridas para preparar a nuestros ciudadanos del siglo XXI

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5 comentarios

  1. Ni siquiera los países en guerra dejan de impartir educación, la adecuan a sus reales estados de necesidad y en base a sus emergencias saben casi que por intuición como planificar para el mañana inmediato, luchan contra la adversidad y siempre encuentran la manera de sobrevivir como pueblos. Y esto viene al caso, porque habremos de redefinir nuestro destino como nación, lo que queremos hacer con nuestras vidas y cuál es el tipo de país que queremos construir en función de nuestras reales necesidades y expectativas. Una cosa es cierta, ni podremos vivir como en el pasado ni de momento podemos pensar el que por este siglo seremos un país ´´potencia´´, al decir de las mentes calenturientas de quienes nos gobiernan.

    De entrada hemos interrumpido el cambio generacional en el campo de la ciencia, la tecnología y el conocimiento. Los recursos escasos se pierden entre la propaganda política,los vericuetos de la burocracia, la corrupción y el despilfarro. No se invierte en lo que hay que invertir y el aparato productivo privado está literalmente diezmado al igual que el público. El sentido de la competencia se ha perdido casi totalmente y la cuña del estatismo ha trancado el engranaje de la actividad productiva. La industria paralizada por falta de incentivos y estímulos adecuados y el comercio estancado por la escases y el poco poder adquisitivo de la población. Se ´´educa´´ para el parasitismo estatal y no para servirse de él, de manera cooperante y eficiente. Los profesionales y técnicos se continúan hiendo y los que habrían de sustituirlos, no están bien preparados. En suma, un destino trágico e incierto para cualquier país sin destino aparente.

    No sabemos a ciencia cierta que parte del país nos pertenece, intuimos que es a los chinos y otras potencias emergentes a los que les debemos gran parte del poco desarrollo tecnológico que podamos usufructuar pero que no nos pertenece. Dependemos absolutamente del exterior y cada día que pasa somos mas dependientes y vulnerables y todo apunta a que esa brecha se va ensanchando cada vez mas de manera irremisible.

    Tenemos que ir a una verdadera revolución educativa con lo poco que tenemos a mano. De entrada la tierra nos garantizaría la capacidad de producir nuestros propios alimentos, pero no con mentalidad ´´conuquera´´, sino como producción industrial organizada ; cambiar el modelo rentista basado en el petroleo por uno agro exportador que nos haga independientes del exterior. Y es que el sector minero y petrolero ya está demasiado comprometido y apenas obtenemos algo de el para medio mantener a flote nuestras cuentas. Y es que debemos asumir que debemos construir un país totalmente diferente basado en una nueva realidad que habrá de marcar la posibilidad de salir a flote o perecer. Tan grave es la situación que solo podremos avanzar si dejamos que ´´otros´´ levanten nuestra infraestructura eléctrica, vial, sanitaria entre otras, para poder afirmar que se puede crear un nuevo punto de partida para recomenzar. Ya superamos los límites de nuestro ´´punto de quiebre´´ y solo superaremos el actual estado de inflexión si nos abrimos al mundo, sin cortapisas ni complejos. Solos no lo lograremos, necesitamos la cooperación internacional abierta y decidida, pagando el precio que hayamos que pagar. Pero, es nuestra mejor opción para salvarnos y retomar la senda de la civilidad y el progreso.

    El EDITORIAL de hoy ha sido motivador y asertivo porque entre otras cosas nos pone a la mano un punto de reflexión con el que coincidimos plenamente : …´´ tenemos que convertir a Venezuela en un aula abierta a fin de recibir del mundo las enseñanzas requeridas para preparar a nuestros ciudadanos del siglo XXI ´´. Sencillamente, EXCELENTE.

  2. Ni siquiera los países en guerra dejan de impartir educación, la adecuan a sus reales estados de necesidad y en base a sus emergencias saben casi que por intuición como planificar para el mañana inmediato, luchan contra la adversidad y siempre encuentran la manera de sobrevivir como pueblos. Y esto viene al caso, porque habremos de redefinir nuestro destino como nación, lo que queremos hacer con nuestras vidas y cuál es el tipo de país que queremos construir en función de nuestras reales necesidades y expectativas. Una cosa es cierta, ni podremos vivir como en el pasado ni de momento podemos pensar el que por este siglo seremos un país ´´potencia´´, al decir de las mentes calenturientas de quienes nos gobiernan.

    De entrada hemos interrumpido el cambio generacional en el campo de la ciencia, la tecnología y el conocimiento. Los recursos escasos se pierden entre la propaganda política,los vericuetos de la burocracia, la corrupción y el despilfarro. No se invierte en lo que hay que invertir y el aparato productivo privado está literalmente diezmado al igual que el público. El sentido de la competencia se ha perdido casi totalmente y la cuña del estatismo ha trancado el engranaje de la actividad productiva. La industria paralizada por falta de incentivos y estímulos adecuados y el comercio estancado por la escases y el poco poder adquisitivo de la población. Se ´´educa´´ para el parasitismo estatal y no para servirse de él, de manera cooperante y eficiente. Los profesionales y técnicos se continúan hiendo y los que habrían de sustituirlos, no están bien preparados. En suma, un destino trágico e incierto para cualquier país sin destino aparente.

    No sabemos a ciencia cierta que parte del país nos pertenece, intuimos que es a los chinos y otras potencias emergentes a los que les debemos gran parte del poco desarrollo tecnológico que podamos usufructuar pero que no nos pertenece. Dependemos absolutamente del exterior y cada día que pasa somos mas dependientes y vulnerables y todo apunta a que esa brecha se va ensanchando cada vez mas de manera irremisible.

    Tenemos que ir a una verdadera revolución educativa con lo poco que tenemos a mano. De entrada la tierra nos garantizaría la capacidad de producir nuestros propios alimentos, pero no con mentalidad ´´conuquera´´, sino como producción industrial organizada ; cambiar el modelo rentista basado en el petroleo por uno agro exportador que nos haga independientes del exterior. Y es que el sector minero y petrolero ya está demasiado comprometido y apenas obtenemos algo de el para medio mantener a flote nuestras cuentas. Y es que debemos asumir que debemos construir un país totalmente diferente basado en una nueva realidad que habrá de marcar la posibilidad de salir a flote o perecer. Tan grave es la situación que solo podremos avanzar si dejamos que ´´otros´´ levanten nuestra infraestructura eléctrica, vial, sanitaria entre otras, para poder afirmar que se puede crear un nuevo punto de partida para recomenzar. Ya superamos los límites de nuestro ´´punto de quiebre´´ y solo superaremos el actual estado de inflexión si nos abrimos al mundo, sin cortapisas ni complejos. Solos no lo lograremos, necesitamos la cooperación internacional abierta y decidida, pagando el precio que hayamos que pagar. Pero, es nuestra mejor opción para salvarnos y retomar la senda de la civilidad y el progreso.

    El EDITORIAL de hoy ha sido motivador y asertivo porque entre otras cosas nos pone a la mano un punto de reflexión con el que coincidimos plenamente : …´´ tenemos que convertir a Venezuela en un aula abierta a fin de recibir del mundo las enseñanzas requeridas para preparar a nuestros ciudadanos del siglo XXI ´´. Sencillamente, EXCELENTE.

  3. Totalmente de acuerdo pero, permítame una acotación.
    Está suficientemente evidenciado en los hechos que, quienes han asumido responsabilidades de conducción en toda la historia del país –en gobierno y oposición– y de quienes le rodean como corte, no han sido analfabetas; los que menos, tienen y exihiben títulos universitarios, hasta maestrías, doctorados, summa cum laude.
    ¿Son analfabetas funcionales?
    ¿O el asunto ha girado siempre sobre una constante?
    La ausencia de rendición de cuentas, que cabalgando sobre la ley del menor esfuerzo, oculta, esconde, tapa, el centro del más grave verdadero problema: la evasión al conflicto.
    Imposible entender el hecho de que un miembro de la más alta representación del saber, la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, sea señalado por los eventos, primero en una estafa a la República con bonos falsos y luego como coautora de los textos de 96 Decretos tanto para ocultar la muerte o asesinato de un primer magistrado y luego para montar en su sustitución y en connivencia con intereses extranjeros, a un no nacional en la presidencia.
    ¿Hemos escuchado, leído, visto, consistentes, continuadas y efectivas reacciones del conglomerado de Colegios frente a la brutal y criminal conversión del Sistema de Administración de Justicia en un aparato político al mando de Miraflores, de Justicia Administrada.
    No citemos los Partidos Políticos, que se han convertidos y comportan como simple maquinarias sindicales, centrada en los fines renegando de su razón de ser, con total y absoluto abandono de los principios
    El silencio les hace cómplices
    Rafael Rivero Muñoz

  4. Recuerdo que existía Acude, hogares de cuidado diario y el vaso de leche diario, aparte de varias fundaciones que aún están activas como Fe y Alegría, además del Dividendo Voluntario para la Comunidad. Todas esas iniciativas se puede reactivar. Soluciones hay.

  5. Lo que plantea Rafael Rivero Muñoz es de suma gravedad, y apunta en la dirección idónea de los correctivos que deben ser aplicados. Otra pregunta que debemos hacernos y la dejo así, cruda y pelada: ¿No tienen responsabilidad alguna los propios marginales en su situación, estando inmersos en el mismo territorio, la misma realidad y teniendo a su alcance las mismas informaciones que todos los demás, en esta era de la Globalización? Hasta dónde sé, tenemos uso de RAZÓN desde al menos los siete años.

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