Firmar por la democracia
La reciente recolección de firmas, por parte del sector oficialista, para intentar revocar a algunos diputados opositores de la Asamblea Nacional tiene una primera y obvia lectura.
Aun cuando el gobierno logre alcanzar la meta mínima del 20 por ciento para intentar los revocatorios, resultó evidente la pérdida del poder de convocatoria del presidente Hugo Chávez, si se compara con los logros electorales del año 2000. Esto se reflejó en la exigua presencia en los centros de recolección de rúbricas y que posiblemente explique la inicial actitud negociadora adoptada por el Presidente a raíz de estos resultados, que fue luego abruptamente modificada. Chávez volvió por sus fueros.
Sin embargo, la oposición no debe asumir por adelantado una postura triunfalista frente a lo ocurrido en el pasado fin de semana, y debe más bien, preocuparse por trabajar conjuntamente con el CNE por lograr, de la manera más organizada posible su objetivo. Y ello independientemente de que los más variados análisis y proyecciones parecieran indicar que se lograrán holgadamente las firmas necesarias para solicitar el revocatorio del Primer Magistrado.
No obstante, tanto el acto de recolección de firmas del sector oficialista como el venidero por parte de la oposición son muestras claras de la vocación democrática del venezolano. El pueblo día a día exige a sus dirigentes, de ambos bandos, una salida negociada y pacífica a la crisis que enfrenta el país. Particularmente en los dos últimos años de dura confrontación.
La exigencia de los propios venezolanos por la búsqueda de estabilidad política, sumada a la cada vez mayor presión por parte de los actores internacionales, prefigura que la expresión constitucional es la salida por la que todos están apostando, dejando de lado la violencia. Esperamos que el Reafirmazo del 28 de noviembre al 1 de diciembre se realice con el mismo civismo que el pasado fin de semana, para que el gran vencedor de estas jornadas sea la democracia.
