Galarraga, un ejemplo a seguir
La actitud de gallardía y honestidad profesional del joven serpentinero Armando Galarraga es digna de encomio, pero sobre todo muestra lo que el venezolano es y puede seguir siendo si los valores sembrados en el hogar sirven de ejemplo para formar venezolanos a carta cabal.
El joven pelotero ha recibido muchos elogios de la prensa, del público y de las autoridades públicas norteamericanas, no sólo por su excelente labor como pitcher, sino más bien por su comportamiento posterior al fallo arbitral que le privó completar un juego perfecto. Armando Galarraga no necesita que las autoridades de las ligas mayores reconozcan lo que hizo como pelotero, lo que no se borrará nunca y es lo que más ha impactado a la opinión pública han sido su caballerosidad y capacidad de reconocer que errare humanum est.
Ojalá que este sea el ejemplo que prevalezca y no el de la presunta viveza criolla que tanto daño le ha hecho al país y que ha conducido , en muchos casos, a considerar que el respeto a las normas y al orden jurídico preestablecido es sólo aplicable para aquellos que no tienen poder.
En nuestro país, lamentablemente, mentir, abusar, apabullar e irrespetar las normas de conducta, parecieran, en estos tiempos, como la manera más fácil y expedita de triunfar en la vida. En cambio la gallardía de aceptar las fallas y errores de los demás son la excepción.
Por eso es que Armando Galarraga es un ejemplo a seguir, porque aceptar un error que le impidió coronar su carrera con un triunfo, al que pocos lanzadores logran alcanzar, demuestra que éste muchacho no sólo es un gran pelotero sino , lo que es aún más importante, una gran persona.