El Editorial

La Convención de Palermo

Es un tratado multilateral de Naciones Unidas, adoptado en el año 2000, que al día de hoy ha sido suscrito por 190 países y su depositario es el Secretario General de la ONU.

Su ámbito de aplicación es muy amplio, ya que si bien se dirige al crimen organizado transnacional, se especifica en sus diversos protocolos que es aplicable a: tráfico de personas, especialmente niños y mujeres; a tráfico de emigrantes por aire, tierra y mar; tráfico de armas; lavado de dinero y tráfico de estupefacientes.

Esta convención se relaciona con otro tratado de Naciones Unidas contra la corrupción suscrito en 2003.

La finalidad de ambos es la de promover la cooperación entre los Estados signatarios, para prevenir y combatir este tipo de delincuencia de manera eficaz y llevar a juicios a quienes delinquen.

En el caso específico venezolano, no sólo abarcaría el narcotrafico, sino también al lavado de dinero y el tráfico de armas, así como cualquier otro recurso que sirva para apoyar los delitos antes referidos.

Hasta la fecha las medidas que ha adelantado los EEUU para detener esos delitos en el área del Caribe tienen el apoyo de 23 países, ya que aparte de miembros de la OEA, también están Francia, Inglaterra y el Reino de los Países Bajos.

El objetivo sería detener cualquier buque o aeronave de los que se tenga indicios o sospechas que están incursos en cualquiera de las actividades delictivas tipificadas en la Convención y, según el caso, arrestar y llevar a juicio a la tripulación.

Como se puede entender no se está yendo contra un Estado en particular sino contra el crimen organizado transnacional.

Un comentario

  1. El concepto de «crimen organizado» como algo que trasciende las meras fronteras nacionales, alude a algo tan eficiente como bien constituido al estilo de cualquier transnacional pública o privada del mundo. Y entre más desapercibida sea y más oculte sus actividades más probabilidades tendrá para mantenerse en el mercado. El crimen organizado de hoy en día, necesita de todo el respaldo técnico y científico que se pueda aplicar a sus varias y complejas actividades y sus redes operativas deben ser sutiles pero contundentes. El narcotráfico al estilo de los carteles mexicanos con su violencia real, siempre terminan detectados y destruidos pues se convierten en <> y relativamente socavados al cabo de pocos años. El narcotráfico como ente multinacional es que aporta el capital para propulsar otras actividades colaterales como el tráfico de niños, trata de blancas y todas las modalidades citadas en el EDITORIAL de hoy; pero lo que mueve el interés hoy por hoy dada su importancia económica es el mercado de la cocaina, anfetaminas, heroína y las formas sintéticas o de cultivo especial de la marihuana de laboratorio. Lo cierto es que dentro de los Estados Unidos, mueren unos 25.000 jóvenes anualmente por sobredosis y fuera de USA otros tantos miles, pero el mercado pide más y más cantidades del producto y por ende, estimula la creación de redes criminales para las otras actividades delictivas ya mencionadas. Y en cuanto a las actividades en el mar Caribe, son más actos de intimidación contra un Maduro acorralado que, una lucha eficiente contra los delitos todos que por ese lado puede pasar que, prácticamente es un porcentaje ridículo. El Caribe tiene millones de recovecos, puertos seguros, escondites que, conlleva unos costes tan elevados que en pleno coronavirus, con unas elecciones presidenciales a la puerta y con 17.000.000 de desempleados en cuestión de semanas, no podrán mantener por mucho tiempo esos gastos y que de «vigilancia». Así, y con todas las formas jurídicas existentes, las organizaciones criminales prevalecerán. Y todo por una prístina razón : EL NORTE ES EL PRIMER INTERESADO EN QUE ESE MERCADO NO DESAPAREZCA. Es, claro está, nuestra muy particular opinión personal.

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