La hora del relevo
El fracaso del domingo 21 de noviembre no fue de la oposición y el triunfo no fue del chavismo. Fue el fracaso de una dirigencia política abrumada de errores y fracasos, el triunfo de un chavismo que ganó por forfeit. Si alguien suma los votos de los muy diversos candidatos opositores descubrirá que la oposición es mayoría contundente, indiscutible, insuperable.
El domingo 21 sonó, atronadoramente la campanada del relevo, porque ese reloj funciona y ese relevo existe. No exclusivamente en los partidos, existe en el país. Anda en sus treinta a cuarenta años batiéndose todos los días con las tentaciones del fracaso, proyectando una Venezuela que está en sus mentes pero no en sus manos.
El cambio no es el chavismo por los que ofrecen la prosperidad sin saber cómo construirla, es poner fin a tres décadas de fracaso de la politiquería que se dice democrática y de una revolución que no tiene un país en la cabeza.
Es la hora del relevo de un régimen y una oposición que hace tiempo no dan más.