El Editorial

La OPEP, Rusia y los precios del petróleo

Acaba de concluir la reunión de la OPEP en la cual la Organización intentó sin éxito llegar a un acuerdo con Rusia, su más importante aliado, para aplicar recortes de producción y frenar así la caída de los precios, acentuada por la epidemia de Covit-19. Rusia rechazó la oferta de la OPEP de recortar 1,5 millones de barriles diarios adicionales hasta finales del 2020.

En un mundo globalizado donde las economías están fuertemente interconectadas, el contagio económico derivado del coronavirus se extiende rápidamente. Por lo pronto ya la enfermedad llegó a varios países europeos y a EEUU y en las próximas semanas veremos cual será su alcance.

La incertidumbre económica ha golpeado fuertemente los precios petroleros. Sin embargo Rusia no aceptó el recorte de su producción y su Ministro de Energía declaró: “A partir del 1 de abril, teniendo en cuenta la decisión tomada hoy, ningún país, ni de la OPEP, ni de la Opep+, está obligado a reducir la producción”.

Quizá la decisión de Rusia obedece a la opinión de algunos expertos que señalan que la política de recortes de producción a quien más ha favorecido es a EEUU. En efecto, cada vez que la OPEP recorta su producción, EEUU aumenta la suya, con lo cual se han transformado en el mayor productor mundial de petróleo.

La respuesta a la decisión rusa por parte de Arabia Saudita fue anunciar tanto un aumento de su producción petrolera como descuentos a los precios de su petróleo. Eso desata una guerra de precios que podría lanzarlos al nivel de $ 20/b. Arabia Saudita puede hacerlo porque sus costos de producción son considerablemente más bajos que los de Rusia o EEUU.

En el caso de Rusia, que depende fundamentalmente del petróleo, una caída a ese nivel de los precios del petróleo la pone en una situación de extrema gravedad. En el caso de los EEUU cuya economía está profundamente diversificada, el impacto será mixto. Por una parte la industria petrolera, en particular los productores de fracking se verán muy afectados, pero por otra parte otros sectores de la economía pueden beneficiarse al disminuir sus costos en materia energética.

Por lo pronto los mercados bursátiles fueron duramente golpeados tanto por el temor a los efectos económicos del coronavirus como por el derrumbe de los precios petroleros. Por primera vez en muchos años Wall Street suspendió las operaciones por 15 minutos para enfrentar una brusca caída del Dow Jones de 5,83% y una baja del Nasdaq de 7,3%. El marcador ampliado S&P 500 bajó 7%. Si las pérdidas alcanzan a un 13% se activará un segundo freno de las operaciones por 15 minutos más. En el momento de escribir estas líneas existe una profunda incertidumbre en los mercados.

En el caso de Venezuela, la caída de los precios impactará severamente su economía y viene a sumarse a la fuerte baja de su producción (que ha alcanzado niveles similares a los que tenía en 1945) y a las dificultades cada vez mayores para encontrar compradores para su petróleo a pesar de los fuertes descuentos que ofrece. Importantes clientes como Reliance Industries y Nayara Energy, ambos de la India, han dicho que no seguirán procesando crudos venezolanos en sus refinerías.

José Toro Hardy, Editor Adjunto de Analítica

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