La politización de las vacunas
Mientras en el mundo la mayoría de los gobiernos intenta masificar la vacunación acudiendo a cualquiera de las opciones serias que existen, sean estas americanas, europeas, rusas o chinas, y no anteponen ninguna restricción a cualquiera de ellas, igual a lo que sucede en nuestra región en países como Chile, Argentina, Mexico, Colombia e, incluso recientemente, en Nicaragua y Bolivia, aquí, el régimen de Maduro está en la cola tanto en lo que concierne a pruebas de PCR, como en materia de vacunación, donde se la pasa deshojando la margarita, rechazando la AstraZeneca, no llegando a acuerdos con el Covax, ni con Fedecámaras, ni con ninguna organización que no les sea afín políticamente hablando y, mientas eso ocurre, nuestro país está de lleno entrando en la fase 2 de la pandemia, sin que nadie tenga claro el número real de infectados y de muertes, salvo el que pueda presumir cada quien, a través del número cada día mayor de conocidos o familiares que nos enteramos están infectados o han muerto a causa de la COVID-19.
Hacer política beneficiando sólo las vacunas que provienen de manera insuficiente de países amigos o aliados puede convertirse, si no se logra vacunar masivamente a la población, en un caso delictivo que hasta incluso podría tipificarse como un delito de lesa humanidad.
Esperamos que la sensatez prevalezca y la politiquería sea puesta de lado y se abran de par en par las puertas que permitan que lleguen al país las vacunas probadas, sin importar de dónde provengan para proteger al indefenso pueblo venezolano.
