Lo que viene es candela
Muchos hablan de una marejada de izquierda asumiendo los gobiernos de América del Sur, pero no son capaces de visualizar que, gobierne quien gobierne, las tendrá cada día más difícil para cumplir con lo prometido en las campañas electorales.
La situación económica y financiera se ha complicado mucho. Están los efectos de la pandemia que aún no se han superado y que ya han desestabilizado a más de un gobierno regional, sin embargo, eso no será nada comparado al coletazo económico de la guerra en Ucrania. La inflación global será cada día más aguda y el desabastecimiento en productos alimenticios básicos se incrementará, pero lo que tendrá un impacto demoledor, como ya lo podemos observar en Ecuador, es el alza de precios en los combustibles.
Los nuevos gobernantes, sean de la tendencia política que sean, van a tener que enfrentar protestas populares que no entienden que el deterioro de sus condiciones de vida no es generado por los gobiernos, sino por causas externas. No entenderán eso, ya que siempre debe haber un culpable visible e inevitablemente, siempre será quien esté al frente del poder.
El único antídoto para enfrentar y superar la crisis es la unidad de todas las fuerzas políticas, lo que probablemente no ocurra en la mayoría de los casos, porque hay siempre quienes piensan erróneamente que lo pueden hacer mejor.