Navidades
No son blancas, ni de aguinaldos y gaitas, ni de patinatas ni hallacas. La buena noticia es que la Navidad existe, que seguimos teniendo fe en el Niño que nació en un pesebre rodeado por hombres de trabajo para traernos la buena nueva de un Dios que es perdón y amor y no venganza y castigo. La buena noticia es que ese Dios que optó por nacer en medio del desierto y el frío no vino a prometer politiquerías ni complacencias, vino a pagar por todos nosotros en lo que ya era el pasado y lo que siendo nuestro presente era entonces futuro.
Los pueblos siempre han recordado ese divino nacimiento, esa reconversión de lo humano, con alegría, reforzamiento de la fe, regalos que implican generosidad, con el afecto y la cordialidad que son naturales en todo ser humano, hasta en los que no creen en ellos. Por eso la Navidad es tiempo de paz, de reconciliación, de reencuentros, de perdonar lo pasado y desear lo mejor para lo que viene.
Suele decirse, por ello, que es tiempo de reflexión, porque los años se van llevándose lo malo, dejando las almas limpias y abiertas a llenarse de lo bueno, hasta en pueblos engañados, defraudados con mentiras y enviciamiento de las vidas. Tiempo para pensar en lo que debió hacerse y no se hizo, en lo que se hizo pero no debió hacerse.
Tiempo para comenzar, eso es lo que cuenta, la nueva oportunidad que Jesús nos trajo, el gran regalo navideño de Dios.
Analítica les desea a todos unas buenas navidades con la esperanza de que el 2023 nos permita encontrar el camino que conduzca a una nueva Venezuela, en la que la que lo primordial sea el bienestar de cada uno de los habitantes de este hermoso país.
