El Editorial

No es la economía sino lo que la rodea

Se ha hecho famosa la frase que un asesor mostró a Bill Clinton en un cartel cuando en un evento como candidato a la Presidencia estadounidense, divagaba. “It’s the Economy, stupid”. Clinton reaccionó de inmediato y entró en el tema que interesaba, y después fue Presidente por dos períodos consecutivos.

En Venezuela, como en cualquier país del mundo, la economía es vital. Es importante para el empresario que se juega la vida produciendo, para el importador que se juega la fortuna importando, para el obrero y para el técnico que cada día salen a la calle a ganarse su dinero con el trabajo que consigan.

Pero la economía de un país, así como es la sumatoria del esfuerzo de una ciudadanía con cada uno haciendo y ambicionando de acuerdo a sus capacidades y oportunidades, es primero la consecuencia de una política nacional. Es el Estado el que marca los caminos, y en Venezuela el Estado comenzó hace veinte años retrocediendo, adueñándose de una economía que podía tener muchos problemas, que podía cometer injusticias, pero era la consecuencia de políticas previas de Gobiernos anteriores.

Hugo Chávez se atragantó con un factor económico que venía de afuera, el aumento de los precios del crudo, un producto que en Venezuela ya era responsabilidad del Estado y estatizó, desanimó, desconcertó a todo lo demás. Hoy estamos apenas saliendo de una hiperinflación letal que no fue generada por los trabajadores ni por los empresarios, sino por la errada conducción política de una economía que se quedó engarfiada en las garras de un gobierno ignorante, corrupto y excesivamente politizado.

Hoy no puede decir Venezuela que la economía repunta, entre otras cosas porque esa economía prácticamente no existe. Puede decir, en cambio, que parece haberse vuelto a encender una luz al final del túnel. Entonces la labor del Régimen no es alardear de una economía recompuesta, sino generar los incentivos para que nazca una nueva economía del esfuerzo, la ambición y las oportunidades de cada ciudadano.

Sólo con un detalle. Que para ello es fundamental la consolidación de la democracia real. La garantía tanto de mis derechos como los de los demás, la certeza constitucional de que habrá respaldo legal sólido e incorruptible para el ciudadano que se esfuerza, que emprende, que pone plazos y caminos a sus sueños. Y eso no es lo que está pasando., Esa no es la realidad ni siquiera petrolera del país en 2022. La economía es la sumatoria del esfuerzo de todos los ciudadanos honestos, no cobijar los capitales de los ladrones.

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