No nos acostumbremos

Salgamos de la inercia. No puede ser que estemos como hipnotizados, que un poco de mejoría en las vidas de algunos (solo de algunos pocos, porque la mayoría no está bien) sea el pretexto para arrellanarnos y ver con modorra como transcurren los días.

El hecho de que se estén aplicando correctivos mínimos en las políticas económicas no quiere decir que Venezuela está mejorando, nada más lejos. Ya son 6 millones los venezolanos que han huido de Maduro y su régimen. Eso no puede pasar liso.

Tampoco podemos caer en la decepción por ver que unos funcionarios del gobierno de Biden se reúnen con Maduro. Los norteamericanos han dejado muy claro que no reconocen a Maduro y siguen apoyando a Juan Guaidó.

Por eso, una vez más, luchemos por nuestra libertad, luchemos por lograr elecciones libres, justas y transparentes. Por una transición que traiga fe y esperanza y con ella la vuelta de muchos venezolanos, hoy regados por el mundo.